Por Catrin Einhorn / The New York Times
Las poblaciones mundiales de aves disminuyen a un ritmo más rápido del que se había hallado anteriormente. Las focas árticas se acercan cada vez más a la extinción. Pero también hay buenas noticias: las tortugas verdes se están recuperando notablemente bien.
Estos hallazgos fueron dados a conocer el mes pasado como una actualización de la Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, la autoridad científica mundial sobre el estado de las especies.
Subrayan los inmensos desafíos que enfrentan las especies en un mundo transformado por los humanos, pero también ofrecen nueva evidencia de cómo las intervenciones pueden ayudarlas a sobrevivir.
“Es cuestión de reducir las amenazas”, dijo Bryan Wallace, que ayudó a encabezar la evaluación de las tortugas marinas.
Tres especies de focas árticas cayeron a categorías de mayor peligro. Las focas capuchinas pasaron de vulnerables a en peligro de extinción, mientras que las focas barbudas y las focas arpa cayeron de preocupación menor a casi amenazadas.
Los animales necesitan el hielo marino para descansar, dar a luz y amamantar a sus crías. Sin embargo, el hielo marino global cayó a un nuevo mínimo este año.
Kit Kovacs, una líder del grupo especializado en focas, leones marinos y morsas de la unión conservacionista, dijo temer que la extinción sea una realidad para algunos mamíferos marinos del Ártico, a menos que el mundo actúe con mucha más firmeza para abordar el cambio climático.
La actualización también reveló que, de 11 mil 185 especies de aves a nivel mundial, el 61 por ciento tiene poblaciones en declive, comparado con 44 por ciento en el 2016.
La situación más sombría se debe en gran medida a una mayor disponibilidad de datos y conocimiento, más que a cambios recientes en tierra, dijo Ian Burfield, quien coordina las actualizaciones de la Lista Roja para BirdLife International, una red de grupos conservacionistas.
En las últimas dos décadas, la deforestación ha devastado especies por todo el mundo, impulsada por la expansión agrícola, la tala y el desarrollo.
En Madagascar, 17 especies de aves forestales, como el cálao de Schlegel, disminuyen tan rápido que han sido reclasificadas.
No obstante, las aves pueden recuperarse cuando se les da una oportunidad. Históricamente, la tala de bosques y el pastoreo de ganado diezmaron las aves de la Isla Rodrigues, en el Océano Índico. La mayoría fue llevada a la extinción.
Para los 70, las dos últimas especies de aves nativas de la isla, el cálao de Rodrigues y la curruca de Rodrigues, tenían sólo unas pocas parejas reproductoras cada una. Pero a medida que los conservacionistas intervinieron para restaurar los bosques, regresaron las aves. Con esta actualización, ambas especies pasan a la categoría de preocupación menor.
Otro punto positivo son las tortugas marinas verdes. Décadas de trabajo de conservación han llevado a que su población mundial aumente en alrededor de 28 por ciento desde los años 70, y han pasado de la clasificación de en peligro de extinción a la de preocupación menor.
Lo más significativo fue la reducción del consumo de productos derivados de la tortuga, afirmó Wallace. Para 1981, las siete especies de tortugas marinas estaban protegidas del comercio internacional.
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