Médicos salvan la vista de niños en Mozambique

En Mozambique, como en gran parte del África subsahariana, la conciencia sobre los problemas de visión es tan baja y el acceso a la ayuda tan limitado, que pocos niños reciben la atención que necesitan

  • 07 de febrero de 2025 a las 00:00
Médicos salvan la vista de niños en Mozambique

Por Stephanie Nolen | The New York Times

Durante el año pasado, Muanema Fakira notó algo extraño en su hija Sumaya, de 1 año. Su ojo izquierdo estaba nublado. No destellaba con curiosidad ni brillaba al sol. Cuando persistió, Fakira fue a clínicas en su poblado en el centro de Mozambique. Esos médicos no pudieron ayudarla.

Pero sabían de alguien que sí podría, si Fakira pudiera llevar a Sumaya, ahora de 2 años, en un viaje de 160 kilómetros hasta la costa. La familia viajó a Quelimane, donde Isaac Vasco da Gama le diagnosticó una catarata congénita.

Da Gama explicó que una infección al nacer, o poco después, puede provocar cataratas en los niños. La condición es preocupante porque los problemas de vista afectan el desarrollo de la función física del niño. Pero la buena noticia, dijo, es que el problema se puede resolver con una cirugía sencilla, una que practica una docena de veces por semana en el Hospital Central de Quelimane.

Da Gama es uno de sólo tres oftalmólogos pediátricos de Mozambique, un País de 30 millones de habitantes.

Sumaya fue operada en noviembre y un día después regresó a casa, ya en recuperación. Da Gama se alegró de haberla visto cuando aún era pequeña, antes de que sufriera daños permanentes. Fue una señal de que un sistema que él y sus colegas han estado tratando de implementar durante años podría estarse afianzando: los padres de Sumaya buscaron ayuda del sistema médico para un problema ocular —en lugar de acudir con un curandero tradicional o un hechicero.

En Mozambique, como en gran parte del África subsahariana, la conciencia sobre los problemas de visión es tan baja y el acceso a la ayuda tan limitado, que pocos niños reciben la atención que necesitan, aunque muchos problemas son tratables.

En el 2021, una comisión mundial sobre salud ocular informó que 510 millones de personas en todo el mundo, el 90 por ciento de ellas en países de ingresos bajos y medianos, tenían problemas de vista no corregidos. Es decir, no podían ver correctamente porque no tenían anteojos. Los niños con pérdida de visión en estos países tienen muchas menos probabilidades de estar en la escuela. Un estudio encontró que entre los que asisten, aquellos con problemas de visión no corregidos aprenden la mitad de lo que aprenden los que tienen visión normal.

El acceso al tratamiento es limitado debido a la escasez de personal capacitado y a la falta de integración de la atención a la vista en los sistemas de salud. Los niños no son examinados para detectar pérdida de visión y los padres y maestros no comprenden las causas simples de los problemas oculares que pueden manifestarse en distracción, falta de coordinación física y problemas de conducta. Mozambique tiene sólo 20 oftalmólogos, en comparación con seis hace 20 años. Casi todos están en la capital, Maputo, en el sur.

Da Gama completó sus estudios en India en el 2017 y abrió una clínica en Quelimane, una ciudad a la mitad de la costa del Océano Índico de Mozambique. Pero vio a muy pocos pacientes en su primer año. Descubrió que nadie era remitido a él porque los trabajadores de salud no reconocían las enfermedades oculares tratables. Comenzó a viajar a clínicas locales para instruir al personal médico sobre pruebas de detección y soluciones. Luego se asoció con la organización benéfica Light for the World y diseñó un programa de divulgación para mostrar a maestros, trabajadores de salud comunitarios, curanderos tradicionales y líderes locales cómo detectar problemas de la vista y enviar a los niños a la nueva sala de oftalmología del hospital de Quelimane.

Ahora, un par de veces al año y durante hasta un mes entero, lleva una clínica móvil a pequeñas comunidades para operar a niños con cataratas, glaucoma o estrabismo.

En sus viajes, Da Gama enseña a otros trabajadores de la salud cómo realizar las sencillas cirugías y cómo detectar las condiciones.

“La operación en sí no es un problema: podemos entrenar en una semana, dos semanas, cómo operar una catarata”, dijo. “Pero la cuestión es cómo identificar a los niños que necesitan las operaciones”.

© 2025 The New York Times Company

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