Por Marisa Meltzer / The New York Times
El mundo es presa de la fiebre Birkin. El mes pasado, la bolsa Birkin original, creada por Hermès para la actriz Jane Birkin en 1984, se vendió por 10.1 millones de dólares en Sotheby’s de París.
La forma en que Birkin la lució, adornada con cortauñas y calcomanías de causas políticas, ha dado lugar a su propia terminología: “Birkinificar” la bolsa. Se dice que los omnipresentes peluches Labubu que a las fans les gusta colgar en sus bolsas se inspiraron en la forma en que Birkin sujetaba adornos eclécticos en las suyas.
En las redes sociales proliferan las explicaciones sobre cómo emular el estilo desenfadado, burgués-bohemio de Birkin de finales de la década de 1960, con vestidos diáfanos tejidos a gancho y zapatillas de piso. Todo esto ocurre dos años después de su fallecimiento, el 16 de julio del 2023, tras más de una década de tratamiento contra el cáncer.
Birkin, nacida en Londres, se convirtió en una actriz venerada que apareció en más de 70 películas y en una música cuya canción más famosa, “Je t’aime... moi non plus”, junto a su pareja Serge Gainsbourg, fue un éxito mundial. Fue prohibida por el Vaticano por ser lujuriosa, y Birkin respondió que el Papa era su mejor publicista.
La casa en la Margen Izquierda de París donde vivía la pareja se inauguró como museo en el 2023, y las entradas para visitar la residencia se agotan con meses de anticipación.
En “Jane B. by Agnès V.”, un documental de 1988 realizado por Agnès Varda cuando Birkin cumplía 40 años, ella vacía el contenido de su Birkin original. Salieron varios cuadernos, una navaja suiza, recortes de periódico, rímel, lápices, dinero en efectivo, cigarros, una novela de Dostoyevsky y cinta adhesiva. Fija la mirada en la cámara con ironía y dice: “¿Averiguaste algo después de ver lo que hay en la bolsa? Incluso al mostrarlo todo, se revela muy poco”.
Birkin sabía que la bolsa era más conocida que ella. Durante su vida, la gente le preguntaba si era la misma Birkin que la bolsa. Ella respondía: “¡Sí, y ahora la bolsa va a cantar!”.
La Birkin original parece como salida de un naufragio, con sus asas deshilachadas, pátina moteada del cuero y marcas donde Birkin pegó calcomanías de Médicos Sin Fronteras y UNICEF. Fue diseñada en colaboración con Jean-Louis Dumas, entonces director ejecutivo de Hermès. Ambos se sentaron juntos en un vuelo de Londres a París y se les ocurrió la idea de una bolsa de mano más adecuada que las canastas que Birkin cargaba como bolsas desde su adolescencia.
“Ella no la trataba como una obra de arte”, dijo Adam Leja, coleccionista de alta costura de Varsovia que asistió a la exhibición pública en Sotheby’s. “Es sólo una bolsa normal para el día a día. Eso es lo increíble”.
Todas las demás personas tienen una relación muy diferente con la bolsa. Quien quiera una Birkin tiene que establecer una relación como cliente de la casa, a menudo comprando bufandas, carteras, suéteres o bolsas más pequeñas, antes de que le “ofrezcan” uno, como dice Hermès. La bolsa costaba 2 mil dólares cuando salió al mercado a mediados de los 80. Hoy, la Birkin más económica en tiendas de Estados Unidos se vendería por más de 10 mil dólares, dependiendo del tamaño, el color y el material.
El sitio de comercio electrónico de lujo 1stDibs publicó un comunicado de prensa sobre el aumento en las búsquedas de bolsas Birkin, con un incremento interanual del 484 por ciento en el primer trimestre del 2025.
En el mercado de segunda mano, esta bolsa tiene gran demanda. Resee, una consignataria de lujo en París, ofrece una Birkin color topo muy usada a la venta por 8 mil 140 euros (unos 9 mil 476 dólares) y una amarilla de piel de cocodrilo por 50 mil 860 euros (unos 59 mil 208 dólares).
Faye Landes, analista de ventas minoristas, comparó el valor del prototipo de la Birkin con el de un par de tenis usados por Michael Jordan en un partido de basquetbol.
“Millones de personas quieren ser íconos”, afirmó Landes. “Pero muy pocas tienen el talento o los recursos para esforzarse y convertirse en uno”.
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