Por Carolyn Wilke/ The New York TimesTras tejer una telaraña, algunas arañas, conocidas como araneidos, suelen añadir decoraciones, generalmente tejidas de seda, aunque a veces emplean restos de cadáveres de insectos o exoesqueleto mudado.
Las telarañas parecen diseñadas para ser ligeras y pasar desapercibidas. Sin embargo, estas criaturas les añaden elementos grandes y llamativos, conocidos como estabilimentos, algunos en forma de zigzag, otros de disco, o incluso una gran “X” que marca el centro de la telaraña.
Un estudio publicado recientemente en la revista PLOS One ofrece una nueva explicación sobre por qué las arañas tejen estabilimentos, aunque quizá no resuelva la controversia científica sobre el tema. A los científicos parece gustarles discrepar al respecto, afirmó Gabriele Greco, físico en la Universidad Sueca de Ciencias Agrícolas y uno de los autores del estudio.
Abunda la evidencia que respalda la idea de que los estabilimentos distraen a las aves o avispas que se alimentan de arañas. Se sabe que las arañas hacen vibrar sus telas, difuminando los estabilimentos, para luego escabullirse por un agujero en el disco o saltar a un lugar seguro. Pero los investigadores también han sugerido que estos adornos en la telaraña recolectan agua o engañan a los insectos al reflejar la luz ultravioleta.
Uno de los coautores del estudio, el naturalista italiano Luigi Lenzini, documentó durante dos años los estabilimentos en telarañas orbitales de arañas avispa en Cerdeña. Aproximadamente la mitad de las telarañas presentaban estas decoraciones.
Las arañas pueden detectar presas atrapadas mediante vibraciones que recorren los hilos de sus telas. Además, pueden ajustar la tensión de un hilo de seda, alterando así la propagación de dichas vibraciones. El equipo de Greco descubrió que los estabilimentos también podrían afectar la velocidad y el alcance de estas señales.
Utilizando un programa computacional para simular telarañas con y sin estabilimentos, el equipo modeló vibraciones que se originaban tangencialmente a los hilos espirales. En este caso, con un estabilimento parecido a una masa amorfa al centro de la telaraña, los modelos sugirieron que algunas vibraciones que de otro modo se perderían podrían viajar al otro lado de la tela, donde la araña podría detectarlas. La masa central podría mejorar la conectividad de la telaraña.
Su labor podría generar aplicaciones tecnológicas útiles. En algunos casos, el equipo descubrió que las vibraciones se propagaban por las telarañas unos milisegundos más rápido con decoraciones que sin ellas. Esos milisegundos podrían inspirar el diseño de sensores de vibración y presión más eficaces.
“Las implicaciones podrían ser incluso más importantes para la investigación de materiales y la tecnología de sensores que para los animales en sí”, dijo Todd Blackledge, biólogo de la Universidad de Akron, en Ohio.
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