Por: Brian Schaefer/ The New York Times
En 1990, Amelia Rudolph practicaba senderismo por Tuolumne Meadows, un impresionante paso de montaña en el Parque Nacional Yosemite, en California, cuando tuvo una epifanía en un brillante acantilado de granito: “¿Podrías hacer una actuación aquí? ¿Podrías bailar en un acantilado?”.
Rudolph, una bailarina del área de la Bahía de San Francisco que había entrenado con el Hubbard Street Dance Chicago, se había convertido recientemente en una ávida escaladora. Después de su revelación en la cima de la montaña, hizo un baile mientras colgaba del muro de escalada en el gimnasio donde trabajaba.
Ese baile, aunque poco refinado, fue recibido con entusiasmo. “Me di cuenta de que había tocado una parte de nuestra imaginación humana que adora volar”, dijo Rudolph, de 61 años.
De esa semilla creció Project Bandaloop, hoy sólo Bandaloop, una compañía de danza vertical que fusiona la danza contemporánea con la técnica y la tecnología de la escalada. Mediante el uso de equipo como arneses, cuerdas y dispositivos de seguridad, Bandaloop puede llevar las cualidades etéreas de la danza a extremos y trasladarlas a superficies perpendiculares improbables como la pared rocosa de El Capitán en California o el Monte Tianmen en China.
“El alma de la compañía”, dijo Rudolph, celebra “el poder y la vulnerabilidad de los espacios naturales”.

Ahora Bandaloop ha llegado a Broadway en el musical “Redwood”, estelarizado por Idina Menzel, que se estrenó el mes pasado en el Teatro Nederlander.
Melecio Estrella, director artístico de Bandaloop, es el autor de la coreografía vertical del espectáculo. “No es una forma que se pueda forzar”, dijo, citando superficies irregulares y variaciones en el impulso que pueden causar aterrizajes incómodos o una rotación excesiva en el aire. “Es una forma que hay que aprender a manejar”.
Rudolph estableció su compañía en California en la década de 1990.
Un baile en la Aguja Espacial en Seattle, Washington, para el Festival Bumbershoot en 1996 incrementó la visibilidad de la compañía. Más tarde, el grupo trabajó con Pink en su presentación en los American Music Awards del 2017 y bailó en la Catedral de San Pablo en Londres en el 2023.
Pero Bandaloop no siempre ha sido bien recibido por los presentadores de danza tradicionales. Por ello la compañía ha acogido colaboraciones no tradicionales, como asociaciones municipales y trabajos corporativos que conllevan salarios más altos. Ese dinero ayudó a la compañía a echar raíces en Oakland, California, en el 2007.
Bandaloop ha creado muchas obras y eventos comunitarios que promueven la custodia ambiental. La empresa también ha compartido su expertise con activistas y organizaciones climáticas, impartiendo sus protocolos de seguridad y asesorando sobre estilo, incluyendo qué ropa usar y cómo escalar con estilo para atraer la atención de los medios.
Los valores ecológicos y el sentido del espectáculo de Bandaloop lo convirtieron en una opción obvia para “Redwood”, sobre una mujer en duelo que encuentra conexión en un bosque y consuelo en lo alto de un árbol.

Gracias a los protocolos de seguridad de Bandaloop, la compañía nunca ha tenido una lesión o incidente grave, dice Thomas Cavanagh, el director ejecutivo.
Sin embargo, el miedo es una parte inherente del trabajo de Bandaloop. Tina Landau, la directora de “Redwood”, dijo que cuando los actores sentían miedo en el aire, ella bajaba la velocidad. Como explicó Estrella, “Nos movemos sólo tan rápido como lo permite su miedo”.
Rudolph percibe ser parte de “Redwood” como un momento de círculo completo. “La conexión entre el cuerpo humano, el espíritu humano y los espacios naturales”, dijo. “Es muy hermoso, porque ahí es donde inició Bandaloop”.
© 2025 The New York Times Company