Andy Goldsworthy transforma un valle de Yorkshire en su obra

Andy Goldsworthy presenta “Hanging Stones”, su proyecto más ambicioso: 10 edificios restaurados como obras de land art en un valle aislado de Yorkshire

  • Actualizado: 01 de agosto de 2025 a las 00:00
Andy Goldsworthy transforma un valle de Yorkshire en su obra

Por Alex Marshall / The New York Times

Andy Goldsworthy, artista británico del land art, conocido por sus brillantes y fugaces esculturas hechas de hojas, ha pasado gran parte de la última década trabajando arduamente en un valle aislado de Inglaterra, en condiciones que pocos considerarían bucólicas.

En cierta ocasión, Goldsworthy, de 68 años, recogió carretes de alambre de púas, oxidando algunos en el agua y quemando otros en el fuego. Luego, estiró el metal, hebra por filosa hebra, para poder usarlo para revestir el interior de una cabaña. Goldsworthy tuvo que usar muñequeras de Kevlar para evitar cortarse.

Durante un invierno “absolutamente gélido”, Goldsworthy también talló una cámara ovalada en la piedra de otro edificio —una obra “totalmente sombría”, dijo. Esos edificios —y moretones— forman parte de “Hanging Stones”, un sendero de 9.5 kilómetros en el valle de Northdale, Yorkshire, a lo largo del cual Goldsworthy ha restaurado nueve edificios agrícolas (y construido uno nuevo), convirtiéndolos todos en obras de arte.

El proyecto, dijo Goldsworthy, fue “el más importante de mi vida”, no solo por su magnitud. Sus dolores ya no “desaparecían como antes”, dijo, por lo que no podía pasar otra década trabajando en un proyecto tan exigente como este.

Tiene décadas de ser uno de los artistas de land art más destacados del mundo. Gracias a dos películas y numerosos libros, ha logrado renombre por sus obras temporales en las que, por ejemplo, se tumba en una banqueta justo antes de una tormenta para crear una sombra seca (utiliza la fotografía para documentar estas acciones).

Goldsworthy también ha creado muchos proyectos importantes, incluyendo un muro de piedra seca de 695 metros de largo en el Storm King Art Center de Nueva York que serpentea entre árboles antes de desaparecer en un lago.

Su obra le ha ganado admiradores en el mundo del arte y los museos estadounidenses, pero en Gran Bretaña a menudo ha pasado desapercibido. Eso podría estar a punto de cambiar.

Las Galerías Nacionales de Escocia inauguraron recientemente “Andy Goldsworthy: Cincuenta años”, una retrospectiva dominada por instalaciones nuevas (que permanecerá abierta hasta el 2 de noviembre). Y Goldsworthy también está terminando “Hanging Stones” (Piedras Colgantes), un proyecto que sus fans aclaman como su obra cumbre.

Algunos edificios, como la casa de alambre de púas, se basan en la historia de una zona que en su día fue hogar de la minería de hierro y aún es hoy hogar de la agricultura. Otros se centran en la naturaleza, incluyendo uno en el que Goldsworthy colocó troncos de árbol que se extienden de piso a techo, por lo que los visitantes tienen que pasar apretujados. Otros tienen un aire más místico o religioso, como uno en el que Goldsworthy untó lodo manchado de hierro de un arroyo cercano sobre ventanas y paredes, dando un tinte rojizo a la luz.

En el 2012, David Ross, un magnate británico del comercio minorista, quiso hacer un encargo a un artista de land art para su próximo cumpleaños número 50 y eligió a Goldsworthy. La idea inicial consistía en dos edificios en lados opuestos del valle. Pero la idea rápidamente cobró impulso, con Goldsworthy imaginando 10 casas y teniendo tortuosos enfrentamientos con la autoridad urbanística local.

Goldsworthy estudió arte en una universidad de Lancaster, Inglaterra. Alojándose en una vivienda junto al mar, un día cogió una pala y trazó líneas al azar en la arena. “En esas cuantas horas, me di cuenta de que no toda la arena es igual”, dijo. Algunas zonas estaban húmedas, otras blandas, otras duras. “En ese momento, el arte cambió por completo para mí: no sólo lo veo como un vehículo para mis propios sentimientos y expresión, sino como una forma de aprender sobre el mundo y nutrirme de él”, dijo.

Goldsworthy dijo repetidamente que se “nutría” creando arte al aire libre y que se sentía agotado si pasaba mucho tiempo sin hacerlo.

Tiene varios proyectos importantes en mente. En Escocia, donde reside, planea realizar una obra conmovedora en la que construiría una estructura con la tierra que los sepultureros extraen de los terrenos.

Pero “Hanging Stones” claramente aún lo cautiva. “Me encantaría trabajar aquí para siempre”, dijo Goldsworthy. “Estoy buscando la manera”.

Mientras su cuerpo se lo permita, no podría evitar caminar por el valle, tocar la tierra e intentar crear algo de arte. Después de todo, tenía que nutrirse.

© 2025 The New York Times Company

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