La policía se enfrentó el jueves con al menos 1,000 manifestantes que invadieron la Estación Central de trenes, metro y autobuses, la mayor de Rio de Janeiro (sudeste de Brasil), para protestar por el alza del precio del boleto de autobús.
La policía intentó evacuar a los manifestantes de la Estación Central, cerca del centro de la ciudad, con bombas de gas lacrimógeno.
Al final, con varios torniquetes caídos y la gente usando el servicio de trenes sin pagar, los manifestantes gritaban en tono triunfal: '¡la estación está libre!'.
Varios manifestantes, muchos enmascarados y vestidos de negro, destruyeron cajeros automáticos.
Un periodista de la AFP vio cómo un policía herido era evacuado por sus colegas, pero también vio a policías golpear a manifestantes pacíficos.
'La violencia viene sólo de la policía, vi a uno atacar a un tipo por tener una pancarta sin hacer nada, también vi una mujer ser golpeada contra un torniquete. Le lanzamos cosas a la policía porque sufrimos todos los días [con el aumento del pasaje]. Tres reales, es absurdo', expresó Natacha de Pina, una joven bancaria en la estación.
La manifestación, que comenzó pacíficamente, fue convocada por el Movimiento Pase Libre (MPL) para protestar por el alza de 9% en la tarifa de autobús en Rio, de 2.75 (USD 1.15) a tres reales (USD 1.25) a regir desde el sábado.
Una gran confusión reinaba también en el entorno de la estación, con manifestantes lanzando piedras contra los policías antichoque, que avanzaban en pequeños grupos, protegidos por sus escudos.
Una calle había sido bloqueada por una barricada en llamas.
'No habrá Copa ni aumento' del boleto, gritaban los manifestantes, que denuncian asimismo el elevado gasto público en la organización del Mundial de fútbol 2014 en perjuicio de la salud, la educación y el transporte públicos, de pésima calidad y que precisan de inversiones para mejorar.
'¡Queremos trenes con el patrón FIFA!', 'Fuera Sergio Cabral (el gobernador de Rio)', 'Go home Neymar (astro de la selección y el FC Barcelona]', 'Tres reales (por boleto) no pago', se leía en algunas de las pancartas.
En junio pasado, el aumento de las tarifas de autobús fue lo que desató masivas manifestaciones de junio, durante la Copa Confederaciones de fútbol, cuyas reivindicaciones incluyeron luego la lucha contra la corrupción de la clase política y mejores servicios públicos.
Finalmente, tras decenas de protestas que en su clímax llevaron a más de un millón de brasileños a las calles, y muchas de las cuales terminaron con enfrentamientos violentos con la policía, las autoridades dieron marcha atrás y regresaron a los antiguos precios para calmar a los manifestantes.
Rio de Janeiro será además la sede de los Juegos Olímpicos de 2016.