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ONU aprueba a Bachelet como jefa de Derechos Humanos

Guterres dijo a la prensa que Bachelet asume “en una época de consecuencias graves para los derechos humanos”.

10.08.2018

BERLÍN, ALEMANIA.-La ratificación unánime de Michelle Bachelet como alta comisionada de la ONU para los derechos humanos el viernes dio lugar a una fuerte discusión entre Estados Unidos y varios de sus adversarios sobre los abusos a los derechos, un anticipo de algunos de los retos que aguardan a la expresidenta chilena.

Con un golpe de su martillo, el presidente de la Asamblea General, Miroslav Lajcak, certificó la ratificación oficial de la persona elegida por el secretario general Antonio Guterres. Los diplomáticos de los 193 estados miembros brindaron una ovación.

“Con profunda humildad y honor anuncio mi aceptación como nueva alta comisionada para los derechos humanos de la @UN. Agradezco al secretario general @antonioguterres y la Asamblea General por confiarme esta tarea importante”, tuiteó Bachelet poco después de la aprobación.

Guterres repasó la trayectoria de Bachelet primera presidenta de Chile, primera titular de la agencia de promoción de la igualdad de género llamada UN Women, “sobreviviente de la brutalidad” de un dictador chileno y médica que comprende la avidez de la gente por la salud y los derechos económicos y sociales.
También “vivió bajo las tinieblas de la dictadura”, dijo.

El padre de Bachelet fue encarcelado como traidor por oponerse al golpe que destituyó al presidente marxista Salvador Allende en 1973. Ella y su madre fueron torturadas en una cárcel clandestina durante dos semanas antes de huir al exilio. Su padre, el general Alberto Bachelet, murió de un paro cardíaco luego de meses de torturas.

Guterres dijo a la prensa que Bachelet asume “en una época de consecuencias graves para los derechos humanos”.

“El odio y la desigualdad están en ascenso”, dijo. “El respeto por el derecho humanitario internacional y las leyes de derechos humanos está en decadencia. Se reduce el espacio de la sociedad civil. Las libertades de prensa sufren presiones”.

Algunas de las presiones que enfrentará Bachelet saltaron inmediatamente a la vista en varios discursos que siguieron a su ratificación.

La ministra consejera estadounidense Stefaine Amadeo, en nombre del país anfitrión de la ONU, dijo que “le corresponde” a Bachelet evitar lo que Estados Unidos llama el fracaso del sistema de derechos humanos de la ONU.

Dijo que el Consejo de Derechos Humanos con sede en Ginebra ha revelado una “incapacidad consecuente para afrontar los abusos extremos de los derechos humanos en el hemisferio occidental, en particular en Venezuela y Cuba”. Dijo que la ONU no ha sabido “afrontar debidamente las grandes crisis de derechos humanos” en Irán, Corea del Norte y el Congo.

Mohammad Hassani Nejad, un consejero en la misión iraní, replicó que la jefa de derechos humanos debe hablar “en nombre de todas las víctimas”, entre ellas los “niños migrantes enjaulados o las bombas fabricadas en Estados Unidos que matan a niños diariamente”.

La viceembajadora cubana Ana Silvia Rodríguez acusó a Estados Unidos de violaciones “flagrantes” de los derechos humanos con el embargo económico y financiero de Cuba, la separación de familias migrantes y las muertes de civiles “mediante bombas y guerras con drones”, así como “la brutalidad y abusos policiales en particular contra la población afroestadounidense”.

El embajador venezolano Samuel Moncada dijo que las amenazas de usar la fuerza militar contra su país son “la expresión del gobierno más racista y cruel de la historia reciente” de Estados Unidos.

Bachelet sucederá a Zeid Ra'ad Al-Hussein, diplomático y miembro de la familia real de Jordania, quien finaliza el 31 de agosto su cuatrienio.

Guterres rindió homenaje al “liderazgo, pasión, valor y habilidad” del comisionado saliente.

En ese puesto, Zeid fue un crítico franco de los abusos en todo el mundo. Recientemente dijo que su oficina “no deshonra a los gobiernos, éstos se deshonran a sí mismos”.

Dijo que le deja a Bachelet el mismo consejo que le dio su antecesora, Navi Pillay: “Sé imparcial y no discrimines a ningún país”, y “trabaja duro desde el primer día”.