Organizaciones sociales bolivianas se concentraban este miércoles frente a la sede de la embajada estadounidense en La Paz, lanzando petardos a sus jardines interiores, a pesar de una fuerte presencia de policías y vehículos antimotines, constató un periodista de AFP.
Los manifestantes caminaron unos 15 km desde El Alto hasta la representación de Estados Unidos, para protestar por la negativa de la justicia de ese país de extraditar al ex presidente Gonzalo Sánchez de Lozada, procesado en Bolivia por delitos de lesa humanidad, junto a dos de sus ministros.
El mitin, que en líneas generales se desarrollaba pacíficamente, coincide además con un nuevo aniversario de la matanza a balazos de más de 60 civiles registrada en El Alto el 17 de octubre de 2003 durante protestas contra el gobierno de Sánchez de Lozada, que luego dimitió y huyó a Estados Unidos.
La justicia boliviana pidió su extradición para juzgarlo por delitos de lesa humanidad en 2007, pero la solicitud fue denegada en septiembre, informó entonces el gobierno boliviano.
'Estamos marchando pera pedir justicia, el 'gringo' (como se conoce a Sánchez de Lozada, por su acento anglosajón) nos ha matado nos ha baleado, que ese cabrón venga ante la justicia, que no se oculte, pedimos su extradición', dijo Benigno Huanca, dirigente de los vecinos de El Alto, a la AFP.
Los enardecidos pobladores de El Alto lanzaron fuegos de artificio al frontis de la embajada resguardada por al menos unos 200 polícias antimotines.
'Estamos pidiendo justicia porque han matado, han masacrado a nuestros familiares', dijo entre llanto María Quispe, cuyo marido es una de las víctimas de la masacre de hace nueve años en El Alto, cuyos habitantes se opusieron a su plan de vender gas natural a Estados Unidos a través de puertos chilenos.
La justicia boliviana demanda también la extradición desde Estados Unidos de los ex ministros Carlos Sánchez Berzaín y de Jorge Berindoague.
La Paz y Washington carecen de embajadores desde 2008, luego de que el presidente Evo Morales ordenara la expulsión del diplomático estadounidense bajo el cargo de intromisión en los asuntos internos bolivianos. Luego Estados Unidos actuó de la misma manera con el embajador boliviano, en reciprocidad.