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Lazos familiares refuerzan orden entre Cuba-EUA

Si bien integrantes del Congreso del sur de Florida aún apoyan una línea dura, una mayoría de cubano-estadounidenses ha suavizado sus actitudes.

04.12.2011

Durante dos años consecutivos, Stephanie Varcia, alumna de sexto grado de 11 años de edad, ha hecho algo que era inimaginable hace cinco años. Ha pasado cuatro semanas en La Habana, jugando a las escondidillas con sus primos y yendo a la playa con sus tías y tíos. Cuando terminaron las vacaciones de verano, su madre tomó un vuelo para ir por ella y traerla de nuevo a Miami.

La estadía de Stephanie en Cuba -ritual cada vez más común entre familias que ahora incluye viajes a la isla de menores sin acompañantes- es un emblema de la profunda transformación en la relación entre cubano-estadounidenses en el sur de Florida y cubanos en Cuba. Su vacación indica más que un mero descongelamiento en la amarga congelación de 50 años entre Cuba y Estados Unidos. Es un reconocimiento, en muchos aspectos, de que el paso del tiempo y el anhelo de la familia han empezado a superar el cáustico atolladero político que siguió a la revolución comunista de Fidel Castro en 1959.

Si bien integrantes del Congreso del sur de Florida aún apoyan una línea dura hacia Cuba, posición que siempre cae bien entre electores de edad más avanzada (los que tienen mayores probabilidades de votar), una mayoría de cubano-estadounidenses aquí ha suavizado sus actitudes. Muchos de ellos prefieren ver más contacto con personas en Cuba, no menos.

“La verdad es que el motor en la política no es la relación entre Estados Unidos y Cuba, sino la relación entre cubanos, y eso es mucho más fuerte que 50 años de hostilidad entre gobiernos”, destacó Joe García, uno de los expresidentes del Partido Democrático de Miami. “Cuando se eliminan tan solo algunas de las barreras, la gente hace lo que hace la gente: ayudarle a sus familias”.

Pese al embargo comercial y económico de Estados Unidos, impuesto en 1960, los vínculos entre las dos poblaciones cubanas empezaron a cambiar lentamente hace una década y se han intensificado en los últimos dos años, uno de los resultados de la acción de la administración Obama en 2009 con miras a relajar las restricciones sobre viajes y embarques. Decisiones recientes por parte del gobierno cubano que permiten a los cubanos ser dueños de teléfonos celulares y computadoras, abrir pequeños negocios y comprar y vender automóviles y propiedades han solidificado incluso más estos vínculos.

Sin embargo, la mayor razón del giro radical es el cambio en el perfil de los cubano-estadounidenses en el sur de Florida. Se estima que hay 300,000 cubano-estadounidenses en Estados Unidos que llegaron después de mediados de los años 90, mayormente a través de un programa de visas especiales. Actualmente superan en número a exiliados cubanos de edad más avanzada que llegaron en los 60, notó Jaime Suchlicki, el director del Instituto de Estudios Cubanos y Cubano-Estadounidenses en la Universidad de Miami.

A diferencia de los exiliados que huyeron de Cuba en los años 60 y 70 perdiendo propiedades, familia y su patria, esta red de la generación más joven de familiares inmediatos en Cuba es fuerte y amplia.

Así que, aunque se oponen a Castro y están bien claros con respecto a las deficiencias de Cuba, la familia es su prioridad, no la política y la ideología. Lo mismo se aplica incluso entre algunos cubano-estadounidenses de generaciones anteriores que han perdido la paciencia con respecto a la longevidad de Castro y un embargo de 50 años que no logró expulsarlo.

“Los que han llegado más recientemente no van a caer en el aislamiento y enfrentamiento porque eso equivale a excluir a sus parientes”, dijo Fernand Amandi, de Bendixen & Amandi Internacional, empresa dedicada a la investigación de la opinión pública en Miami. “Así que los vínculos son mucho más estrechos actualmente, de persona a persona”.

Estados Unidos ya no limita el número de vuelos a Cuba que pueden efectuar los cubano-estadounidenses con familiares en la isla.
El año pasado, la cifra histórica de 320,000 personas volaron en vuelos chárter a Cuba desde Miami, con base en cifras del Departamento de Aviación de Miami-Dade, muchos de ellos como parte de una generación más joven, políticamente cansada, de cubano-estadounidenses. Este año, se prevé que la cifra sea mayor. Algunos de estos pasajeros vuelan varias veces al año, yendo de visita para bodas, cumpleaños y días feriados.

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