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Joe y Jill Biden no tendrán glamuroso y tradicional baile de inauguración presidencial

El Centro de Convenciones Walter E. Washington, donde suele celebrarse, actualmente sirve como un hospital para pacientes de covid-19

20.01.2021

WASHINGTON, ESTADOS UNIDOS.-Por primera vez desde 1949, la ceremonia de investidura de Joe Biden como presidente de Estados Unidos no tendrá un baile de inauguración.

El Centro de Convenciones Walter E. Washington, donde suele celebrarse el baile, actualmente sirve como un hospital de campaña para atender a los pacientes con covid-19. Es el símbolo de los tiempos. De ahí que Biden se fije como prioridad la lucha contra el coronavirus en el inicio de su gobierno.

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Biden y Harris prestaron juramento frente al Capitolio, en un lugar con vista a la icónica explanada del National Mall ( tradición que comenzó con el presidente Ronald Reagan en 1981).

El nuevo comandante en jefe inspeccionó las tropas, pero en lugar del habitual desfile por la avenida Pennsylvania hasta la Casa Blanca, los organizadores preperaron un 'desfile virtual'.

Por la noche, el actor Tom Hanks será el encargado de presentar un programa de televisión en horario estelar que durará 90 minutos, un reemplazo compatible con la situación de pandemia de las celebraciones que normalmente se realizan en persona.

Los demócratas se tendrán que conformar con recordar las fotos del baile de inauguración de Barack Obama, en donde Biden -entonces vicepresidente- bailó junto a su esposa Jill, hoy primera dama. Foto cortesía: Cordon Press.

Los demócratas se tendrán que conformar con recordar las fotos del baile de inauguración de Barack Obama, en donde Biden era vicepresidente. Foto: cortesía Cordon Press.

Como surgieron los bailes presidenciales

El primer Baile Inaugural tuvo lugar en 1789 tras la elección de George Washington. Durante el siguiente siglo se celebraron múltiples bailes en varios lugares, desde en el Edificio del Tesoro hasta en el Capitolio, con entradas a partir de cuatro dólares.

Durante la Gran Depresión y la Segunda Guerra Mundial, los bailes se convirtieron en un asunto privado para recaudar dinero para la caridad.

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Solo tres presidentes en la historia han cancelado sus bailes: Franklin Pierce en 1853, debido a la reciente muerte de su hijo; Woodrow Wilson en 1913, debido al alto gasto que suponía celebrarlo y Warren G. Harding en 1921, quien finalmente puso fin a estas celebraciones, ya que las consideraba demasiado frívolas. Finalmente, Harry S. Truman los trajó de vuelta en 1949.