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Guatemala, a escoger mañana al sucesor de Álvaro Colom

Entre decepción y esperanza los electores deben acudir a los centros de votación.

05.11.2011

Los guatemaltecos elegirán el domingo de entre el general retirado Otto Pérez Molina y el empresario Manuel Baldizón al que será el próximo presidente de un país azotado por una violencia rampante y con una débil economía.

Pérez Molina, quien figura como favorito en la intención de voto según las encuestas preelectorales, alcanzó popularidad gracias a que su imagen de militar ofrece para muchos cierta garantía de que será capaz de cumplir su promesa de combatir el crimen con “mano dura”. Su partido, Patriota, tiene como emblema una mano empuñada.

Su rival del partido Libertad Democrática Renovada (Líder), Baldizón, se ha valido del populismo para seducir a los electores, a quienes ofrece instituir un 15º salario anual que beneficie a los trabajadores y como también le preocupa la delincuencia, su propuesta para combatirla es aplicar la pena de muerte en el país.

Fernando Carrera, director de la Fundación Soros Guatemala, que promueve la participación democrática, opinó que el ambiente electoral está cargado de conflictividad y “hay presiones por la campaña que afectan a todos los sectores, incluso en medios de comunicación”.

“Aquí parece que la cosa es de vida o muerte, se han radicalizado mucho las posturas”, comentó. En vista de esa polarización, el presidente Álvaro Colom hizo un llamado para que la población confíe en las instituciones democráticas del país, pero también exigió a los partidos políticos que “se responsabilicen por sus líderes y sus bases” para evitar que reaccionen con violencia ante cualquier inconformidad con los resultados de los comicios.

El mandatario pidió respetar el resultado de la votación y señaló que se han tomado medidas para resguardar los comicios, esto al parecer en respuesta a un reporte en el cual el Tribunal Supremo Electoral decidió que en 25 localidades, donde hubo actos violentos y desórdenes después de la primera vuelta, no abrirá los centros de votación por temor a nuevos disturbios, lo cual obligará a los votantes a trasladarse a otras poblaciones para sufragar.
Statu quo

El politólogo independiente Álvaro Pop consideró que Pérez Molina atrae a los electores que consideran favorable perpetuar el “establishment”, por eso tiene apoyo urbano y de aquellos que no quieren que el sistema cambie. Su cercanía con la cúpula empresarial y militares respalda esa percepción.

En el caso de Baldizón, dijo el analista, se ganó la simpatía de muchos campesinos e indígenas alentados por el respaldo que le concedió la premio Nobel de la Paz 1992, Rigoberta Menchú Tum, quien en la primera vuelta quedó descalificada en sus aspiraciones presidenciales pero quien ahora pidió abiertamente votar por el candidato de Líder.

Después de que ambos candidatos rebasaron descaradamente el límite en gasto de propaganda electoral, que la ley fija en el equivalente a unos 6 millones de dólares y por lo que prefirieron pagar multas a acatar las normas, mucha de la población todavía guarda reservas respecto a los aspirantes presidenciales.

En el caso de Pérez Molina debido a que a pesar de haber edificado su imagen como un militar, prácticamente rehusó siempre ofrecer detalles del trabajo que desempeñó como oficial en una zona del país que durante el conflicto armado, y en los años en que él mismo estuvo destacado ahí, fue escenario de la cruenta política de “tierra arrasada” que destruyó docenas de poblados y mató a miles de indígenas o años después al frente de la temida agencia de inteligencia militar, según Pop.