Un estudiante de décimo grado de primaria armado con dos fusiles irrumpió el lunes en su escuela en Moscú y mató a tiros a un maestro de geografía y un policía frente a 20 estudiantes, antes de ser detenido, informaron los investigadores.
El padre del adolescente agresor tuvo un rol clave para que los estudiantes en el salón de clases salieran a salvo antes de que la policía llegara y se llevara al menor, dijo el jefe de policía de la ciudad.
El joven también hirió de gravedad a otro policía que respondió a la alerta de emergencia, dijeron los investigadores.
Ninguno de los casi 400 alumnos de la Escuela 263 resultaron heridos, informó la vocera de la policía local, Karina Sabitova. Sin embargo, los estudiantes estaban tan atemorizados que algunos de ellos y sus maestros salieron corriendo del edificio sin preocuparse por llevar sus abrigos pese a las temperaturas bajo cero.
La escuela, en el noreste de Moscú, tiene alumnos del primero al onceavo grado, como es común en Rusia.
Las balaceras en escuelas son extremadamente inusuales en Rusia. Cualquier ataque a una escuela, sin embargo, hace recordar inevitablemente el asalto a la escuela de Beslán en 2004, cuando extremistas islámicos de la región rusa del Cáucaso Norte tomaron como rehenes a unas 1,000 personas, la mayoría niños. Más de 300 rehenes murieron cuando las fuerzas de seguridad rusas irrumpieron en esa escuela.
Rusia también está actualmente en alerta por posibles ataques terroristas, especialmente después de que milicianos islámicos se adjudicaron dos atentados suicidas en la ciudad de Volgogrado, en diciembre, y amenazaron con lanzar ataques durante los Juegos Olímpicos de Invierno en Sochi, que comienzan el viernes en esa ciudad del Mar Negro.
El ataque del lunes, sin embargo, no pareció tener vínculo alguno con terroristas.
El adolescente armado ingresó a la escuela tras amenazar a un guardia de seguridad, quien al menos pudo activar una alarma y seguirlo hasta su salón, dijo el vocero de la principal agencia de investigación rusa, Vladimir Markin.
'Sin decir una palabra, disparó varias veces contra el profesor de geografía', dijo Markin.
Markin identificó al adolescente como Sergei Gordeev. Agregó que era un estudiante destacado que al parecer pasaba por una crisis emocional. Gordeev disparó al menos 11 veces con un fusil de pequeño calibre. También mató a un policía e hirió a un segundo, dijo Markin.
El padre del joven fue llamado de inmediato a la escuela. Él habló con su hijo por teléfono durante 15 minutos para tratar de convencerlo de que dejara que los 20 o más estudiantes en el aula salieran, pero el muchacho se negó, dijo el jefe de la policía de Moscú, Anatoly Yakunin en declaraciones televisadas.
El padre, que vestía un chaleco antibalas provisto por la policía, entró posteriormente al salón de clases. Unos 30 minutos más tarde, los estudiantes salieron a salvo, dejando al hombre y su hijo solos en el salón. Fuerzas especiales de la policía irrumpieron entonces, dijo Yakunin.
Los investigadores estaban interrogando a Gordeev, sus compañeros de clase, empleados de la escuela y el guardia de seguridad para tratar de determinar por qué le disparó al maestro, dijo Markin.
El oficial identificó al profesor asesinado como Andrei Kirillov, de 29 o 30 años de edad. La esposa de Kirillov es maestra en la misma escuela y tenían un hijo pequeño.
Además del fusil de pequeño calibre, Gordeev llevaba también una carabina de cañón corto, dijo el jefe de la policía de Moscú Anatoly Yakunin. Ambas armas pertenecían a su padre y estaban registradas legalmente, añadió.
La posesión de armas de cacería es legal en Rusia siempre y cuando las armas estén registradas.