Brittany Maynard comenzaba una vida de recién casada a sus 29 años de edad cuando fue diagnosticada de astrocitoma grado II, un tumor cerebral grave.
La vida de esa joven parecía desmoronarse en cosa de segundos, pero lo peor estaba por venir, pues poco después Maynard fue informada de un cambio en su diagnóstico, su cáncer no era grado II sino que grado IV, cambio que bajaba su vida a solo meses que además terminarían bajo intensos dolores.
Bajo este oscuro panorama, la pareja tomó la decisión de mudarse a Oregon, estado en el que está permitido el suicidio asistido por un médico, para así poder elegir el día de su muerte.
Los doctores le dijeron que viviría unos 10 años
'Cuando tienes 29 años y te dicen que tienes una especie de línea de tiempo (que cumplir), de todos modos se siente como que vas a morir mañana', afirma Brittany.
A pesar de haber pasado por cirugía, su prognosis tomó un dramático giro meses después: el cáncer progresó hacia un glioblastoma multiforme (GBM) de nivel 4, la forma más mortífera de cáncer.
Entonces los doctores le dieron la terrible noticia: tenía máximo 14 meses de vida y sería una muerte lenta y dolorosa mientras el tumor avanzaba, causando dolores de cabeza, nausea, vómito, debilidad y desmayos.
Brittany decidió que no quería morir así y eligió utilizar medicina prescrita por su doctor para terminar con su vida el próximo 1 de noviembre, dos días después del cumpleaños de su marido, para así morir 'con dignidad', afirma. Ella recalca que su muerte no será suicidio.
No hay una sóla célula en mi cuerpo que sea suicida o que quiera morir', declaró la mujer a la revista PEOPLE. 'Quiero vivir. Ojalá hubiera un cura para mi enfermedad pero no la hay'.
Brittany unió fuerzas con una organización llamada Compassion and Choices, la cual defiende la eutanasia. Ella afirma que pasará este último mes peleando para que otros tengan también derecho a morir de una forma digna.
'Tener la opción de escoger cómo irte con dignidad es menos aterrador', afirmó.
Brittany y toda su familia se mudaron a Portland luego de que le dieran su diagnóstico. En ese lugar desde 1997 se aprobó una ley que permite morir con dignidad.
Eligió morir dos días después del cumpleaños de su esposo
Brittany y toda su familia se mudaron a Portland donde desde 1997 se aprobó una ley que permite morir con dignidad.
08.10.2014
Oregon
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