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EEUU perdió oportunidad de pactar con militares venezolanos 

Pudo haber sido una de varias oportunidades perdidas para ganarse el favor de las normalmente impenetrables fuerzas armadas de Venezuela

04.05.2019

CARACAS, VENEZUELA.- Alrededor de mayo de 2017, una inusual petición de un prominente general venezolano llegó a la Casa Blanca: el general Iván Hernández, tanto jefe de la guardia presidencial como de contrainteligencia militar, quería enviar a su hijo de 3 años a Boston para una cirugía cerebral y necesitaba visas para su familia.

Tras días de debate interno, el todavía nuevo gobierno del presidente Donald Trump rechazó la petición, ya que no encontró motivo alguno para ayudar a un miembro del gobierno socialista al que consideraba corrupto y abusivo, pero al que todavía no estaba preparado para confrontar.

Esa decisión, revelada a The Associated Press por un exfuncionario de Estados Unidos y otra persona familiarizada con las conversaciones internas, pudo haber pasado desapercibida si el asesor de seguridad nacional, John Bolton, no hubiera señalado a Hernández esta semana en una transmisión en vivo como una de las tres personas al interior del régimen que se retractó de un plan —supuestamente en el último minuto— para derrocar al presidente Nicolás Maduro.

Pudo haber sido una de varias oportunidades perdidas para ganarse el favor de las normalmente impenetrables fuerzas armadas de Venezuela.

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Estados Unidos también rechazó conversaciones extraoficiales con el supuesto cabecilla de los potenciales desertores, el ministro de Defensa Vladimir Padrino López.

Bolton dijo que Hernández, Padrino López y el presidente del Tribunal Supremo, Maikel Moreno, optaron por apoyar a Maduro en el momento de la verdad: cuando el líder de la oposición Juan Guaidó apareció el martes en un paso elevado rodeado por un pequeño cuadro de fuerzas armadas listas para lo que él dijo era la fase final de una campaña para rescatar la democracia de Venezuela, a la cual denominó Operación Libertad.

Poco se sabe del alcance del apoyo para la conspiración. El líder de la oposición Leopoldo López dijo el jueves que llevaba semanas hablando con comandantes del ejército estando bajo arresto domiciliario. El enviado especial de Estados Unidos, Elliott Abrams, dijo que incluso había un documento con el plan para un gobierno transicional que habían acordado altos funcionarios.

“Me dijeron que el documento es largo —creo que 15 puntos— y habla de las garantías para el ejército, para una salida digna de Maduro, y de Guaidó como presidente interino”, dijo al canal de televisión venezolana por internet VPItv.

Los tres funcionarios no han negado directamente haber participado en conversaciones con la oposición, pero sí han reafirmado su lealtad a Maduro y permanecen en sus puestos. Una cuarta persona, el general Manuel Figuera, cabeza de la agencia de inteligencia SEBIN, sí rompió filas y desde entonces se desconoce su paradero.

Sin embargo, algunos dudan que los altos funcionarios militares que han amasado enorme poder bajo Maduro, y están sancionados por Estados Unidos, realmente consideraron traicionarlo.

En lugar de eso, especulan que la oposición —y por extensión Estados Unidos— pudo haber sido engañada por agentes de inteligencia cubanos en Venezuela.
“Pretenden comprarnos como si fuésemos mercenarios”, declaró Padrino López el jueves mientras Maduro estaba de pie a su lado.

Una pista de la aparente resistencia de los funcionarios militares de unirse a cualquier complot respaldado por Estados Unidos puede encontrarse en la historia de previos acuerdos fallidos con autoridades estadounidenses.

El exfuncionario de Estados Unidos y dos personas más acordaron discutir los detalles previamente ocultos de las interacciones bajo condición de no ser identificados debido a la naturaleza delicada de lo que fueron conversaciones privadas de alto nivel al interior de los gobiernos de Trump y Barack Obama.

Durante años, las autoridades estadounidenses intentaron identificar formas de involucrar al ejército, el árbitro por tradición en las disputas políticas en Venezuela. Sin embargo, las opciones se vieron limitadas tras la limpieza profunda que Hugo Chávez hizo de la influencia estadounidense en las fuerzas armadas.

Por eso, con el beneficio de la retrospectiva, sobresalió la petición de visa de Hernández.
Una carta dirigida a la embajada de Estados Unidos en Venezuela del Hospital Infantil de Boston indica que el hijo de Hernández recibió autorización para la cirugía el 14 de marzo de 2017, para la cual la familia había hecho un depósito de 150.000 dólares.

Indica que es “lo más conveniente para el niño” es que tanto Hernández como su esposa reciban visas para acompañar al menor durante lo que se esperaba fuera una convalecencia de dos meses.

La carta fue proporcionada a la AP por una de las personas familiarizadas con el asunto.
Luego de que se rechazara la petición de visas humanitarias, un ex alto funcionario de Venezuela que coopera con la policía de Estados Unidos recurrió a sus contactos en Washington a nombre de Hernández.

Sin embargo, una vez más la petición cayó en oídos sordos, reflejando lo que una de las fuentes consideró una falta de pensamiento estratégico por parte de la Casa Blanca y el Departamento de Estado.

“Hay un escepticismo legítimo por parte de Estados Unidos para involucrarse dada la cantidad de asesoría cubana en el gobierno de Maduro”, dijo Douglas Farah, un experto en seguridad nacional de Latinoamérica y presidente de la consultora IBI.

“Pero claramente la petición humanitaria puede atravesar muchas barreras ideológicas y pagar grandes dividendos a la larga”, agregó Farah, quien no tenía conocimiento directo del incidente.

De momento no hubo comentario de la Casa Blanca.