Ciudad del Vaticano.- El nuevo papa León XIV, nacido como Robert Prevost en Chicago, ha captado la atención mundial no solo por su elección como el pontífice número 267 de la Iglesia Católica, sino también por su amplio dominio de idiomas, una cualidad que refuerza su perfil como líder cercano, global y preparado para comunicarse con fieles de todo el mundo.
León XIV habla con fluidez cinco lenguas modernas: inglés, su idioma natal; español, que domina gracias a su labor misionera en Perú, además su madre era de España; italiano, esencial para la vida vaticana; francés y portugués. Además, lee latín, la lengua oficial de la Iglesia, y alemán.
Este dominio multilingüe le permite conectar de forma directa con millones de católicos en diversos continentes.
Su manejo del español, por ejemplo, lo acerca especialmente a América Latina, una región con el mayor número de católicos en el mundo, mientras que su conocimiento del portugués le da acceso directo a fieles de Brasil y otros países lusófonos.
Asimismo, el italiano es indispensable en su día a día dentro del Vaticano, mientras que el francés, uno de los idiomas más hablados en África y Europa, amplía aún más su alcance pastoral.
El hecho de leer en latín y alemán le facilita el acceso a documentos eclesiásticos, filosóficos y teológicos clave en la tradición católica.
El multilingüismo del nuevo papa contrasta con la imagen de un pontífice reservado, y lo perfila como un líder con vocación de cercanía, diálogo y apertura intercultural, elementos que podrían marcar su estilo de gobierno en los próximos años.
Esta capacidad de comunicarse en distintos idiomas también podría desempeñar un papel crucial en encuentros diplomáticos y en la construcción de puentes entre culturas y religiones, una misión esencial en el contexto global actual.
Una elección histórica
El 8 de mayo de 2025, el cónclave, integrado por 133 cardenales, alcanzó el consenso necesario en la cuarta votación, celebrada durante el segundo día de deliberaciones.
A las 18:08 (hora local de Roma), la tradicional fumata blanca se elevó desde la chimenea de la Capilla Sixtina, anunciando al mundo la elección de un nuevo papa.
Prevost se convirtió en el segundo papa perteneciente a la Orden de San Agustín en la historia de la Iglesia, tras 578 años del pontificado de Eugenio IV.
Al elegir el nombre de León XIV, se unió a una línea histórica de trece papas anteriores, evocando figuras como León I el Magno y León XIII, conocidos por su liderazgo firme y su compromiso social.
