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Comunidad entierra con dolor víctimas de mortal terremoto

Gobierno comenzó a preparar la reconstrucción, para lo cual hace estudios sobre necesidades de inversión. Ayuda internacional comienza a llegar al país, pero damnificados no la reciben.

10.11.2012

Miles de pobladores participaron masivamente en el sepelio de los 10 miembros de la familia Vásquez, fallecidos soterrados tras el sismo del pasado miércoles.

La familia se encontraba en una cantera cuando fue sorprendida por el movimiento telúrico que dio lugar después al deslave de un cerro, de donde extraían piedras y otros materiales de construcción que constituía su fuente de trabajo.

La muerte de los 10 familiares fue lo más dramático del sismo que impactó a los guatemaltecos.

Reconstrucción

El gobierno de Guatemala inició ayer el proceso para evaluar la inversión requerida para reconstruir la región oeste del país, devastada por un terremoto el miércoles que deja al menos 52 muertos y 22 desaparecidos, informó la vicepresidenta Roxana Baldetti.

Baldetti explicó que el presidente Otto Pérez convocó a todos sus ministros “para que cada quien lleve la evaluación de lo que corresponde” para comenzar la reconstrucción.

“Vamos a analizar lo económico, ver cuánto vale la reconstrucción”, insistió la vicepresidenta durante un recorrido por las zonas afectadas con el fin de recolectar información y cuantificar costos.

El restablecimiento de las cañerías en tres municipios y en la ciudad del departamento de San Marcos (oeste), el más afectado por el potente sismo, está valorado en 10 millones de dólares y demoraría unos tres meses, según Baldetti.

Además, reconoció que muchas zonas rurales devastadas por el sismo dos días después seguían sin recibir ayuda alimentaria, debido a que carreteras comunales están bloqueadas por derrumbes.

Pérez declaró el jueves el estado de calamidad por 30 días en los siete departamentos más golpeados por el sismo de 7.4 grados para atender la emergencia.

Explicó que persiguen reconocer el nivel de los daños y priorizar acciones, así como cumplir con el protocolo para recibir la ayuda internacional que ha sido ofrecida al país.

Para este viernes estaba previsto el arribo de un avión con 60 toneladas de alimentos donados por Venezuela, mientras que Estados Unidos dio 50,000 dólares para atender la emergencia, Taiwán, 60,000; y el Banco Interamericano de Desarrollo dará 200,000 dólares.

Miedo

En la cama ocho de un pabellón del hospital de San Marcos reposa Jesús, de 26 años, quien perdió su pierna derecha por un derrumbe cuando intentaba auxiliar a sus familiares atrapados bajo los escombros del terremoto que devastó el oeste de Guatemala el miércoles.

“Me cayeron pedazos de la casa sobre la pierna. Quedó destrozada... cuando reaccioné quise ayudar a mi madre, pero no pude levantarme, quería ayudarla”, dijo el joven.

Entre las lúgubres paredes verdes del hospital, apenas iluminadas por focos que parpadean debido a un suministro fluctuante de electricidad, Jesús recuerda como vio morir a su madre, su hermana y dos sobrinas tras desplomarse la vivienda elaborada de bloques de lodo.

Minutos antes del terremoto Jesús se preparaba para asistir a una cita de trabajo en una bodega de productos eléctricos a la que nunca llegó, el fuerte movimiento de la tierra le arrebató a su familia, pero agradece a Dios “no quitarle la vida”.

Elisea Álvarez (55) vende a la intemperie alimentos a las pocas personas que pasan por un camino de San Marcos. Finaliza una llamada por teléfono celular y cuenta los momentos de pánico que vivieron ante la violencia del sismo.

“Estábamos adentro de la casa cuando empezó todo a moverse y salimos corriendo, ese edificio (señala) de la funeraria... ¡Cómo se movía!... y se fue la luz”, narra la mujer aún atemorizada por las leves réplicas que siguen remeciendo la región.

A pocos metros varios pobladores se agolpan frente a una vivienda de dos pisos a punto de colapsar. Los habitantes corren presurosos para rescatar sus pertenencias a pesar del peligro.

Para calmar el temor, una vecina reparte una bebida caliente elaborada con una hierba que ellos llaman ‘flor de muerto’, que “es buena para tranquilizar los nervios”, comenta Milvia Sánchez (35), quien aprovecha para pedir a las autoridades ayuda para reconstruir la vivienda elaborada de bloques de concreto.

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