El cooperante británico Alan Henning viajó a Siria para ayudar a las víctimas de una cruenta guerra civil, pero se convirtió también en víctima de la brutalidad del conflicto a manos del grupo yihadista Estado Islámico.
El primer ministro británico, David Cameron, confirmó el viernes por la noche el 'brutal asesinato' de Henning, tras la publicación de un video por parte de EI con la aparente decapitación del rehén británico.
Este hombre de 47 años, casado y padre de dos adolescentes, fue secuestrado en diciembre cuando llevaba ayuda a un campo de refugiados sirios.
Su esposa Barbara describió a su marido como 'un hombre desinteresado y pacífico', que dejó su trabajo como taxista en Manchester (noroeste de Inglaterra), 'para ayudar a los más necesitados'.
Henning, apodado 'gadget' por su afición a las nuevas tecnologías, no era un cooperante profesional, pero decidió juntarse con un grupo de amigos musulmanes de la asociación caritativa, 'Aid4Syria', un nombre que se hizo tatuar en el brazo.
Calificado por sus amigos como 'un hombre de gran corazón', Henning también se implicó a fondo para reunir fondos y comprar material médico y alimentos que la asociación llevaba luego a Siria.
Su aparición en un video de estos extremistas sunitas, publicado el 15 de septiembre, conmocionó a todo Reino Unido, donde la prensa le mostraba sonriente con un niño sirio en brazos.
'Alan es un hombre lleno de compasión', declaró entonces a The Guardian Kasim Jameel, otro taxista de Manchester que organiza envíos de ayuda humanitaria en los que participó Henning.
'Podría contar muchas anécdotas sobre el bien que Alan ha hecho y sobre cómo este hombre no musulmán ayudó a los musulmanes que sufren en el conflicto', afirmó.
Súplicas de imanes ignoradas
Según Jameel, Alan Henning insistió en participar en un convoy a finales del año pasado en vez de pasar las fiestas de fin de año con su familia.
El 20 de diciembre los vehículos de ese convoy humanitario informal partieron de suelo británico pero fueron detenidos por un grupo armado en Siria, tras haber cruzado la frontera turca.
'Pusieron a todo el mundo en una habitación y empezaron los interrogatorios', dijo un amigo de Henning que no quiso identificarse al periódico The Times.
'Hablaban en inglés porque nadie en el convoy hablaba árabe. Era una mezcla de libios, de argelinos y trataron mal a Alan porque no era musulmán', añadió.
Henning fue separado de sus acompañantes, según contaron ellos mismos tras ser liberados, y luego trasladado a Raqqa (en el norte de Siria), la localidad que los yihadistas del EI consideran su capital, según varios periódicos británicos.
Una periodista de la BBC, Catrin Nye, conoció a Alan Henning el pasado mes de octubre, cuando estaba llenando una ambulancia con pañales y comida para bebés.
'Era alguien divertido, hacia muchos bromas [...] y todos los que iban a viajar con él lo apreciaban mucho', explicó a la radio BBC 5.
Tras su captura, decenas de imanes de Reino Unido pidieron a los yihadistas de EI su liberación.
'Cualquier cooperante humanitario tiene allanado su camino para recibir ayuda del cielo', escribieron los líderes religiosos, para quienes 'el Corán no justifica en ninguna parte el secuestro y las amenazas sin sentido contra Henning'.
Pero las súplicas cayeron en oídos sordos y los peores temores de los allegados de Henning se hicieron realidad este viernes con la publicación del vídeo de su ejecución y la confirmación de su muerte por el gobierno británico.