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La rutina de El Chapo Guzmán en las montañas de Sinaloa

El narco colombiano Alexander Cifuentes Villa relató durante el juicio en Nueva York, el día a día del capo mexicano, de quien dijo haber sido su brazo derecho

15.01.2019

NUEVA YORK, ESTADOS UNIDOS.- El narcotraficante colombiano Alexander Cifuentes Villa relató como vivió durante dos años con Joaquín Guzmán en las montañas de Sinaloa.

Durante el juicio que se celebra contra el capo mexicano, afirmó haber estado tan cerca de El Chapo que aseguró haberse sentido su brazo derecho y “también su izquierdo”.

Sus declaraciones sirvieron para exponer la rutina que seguía de fugitivo, escondido en las sierras sinaloenses. “Solía despertase a medio día. Tras el almuerzo, realizaba las llamadas a sus socios caminando bajo los árboles”, dijo Cifuentes

Villa vivió con Joaquín Guzmán en otoño de 2007 para seguir el negocio de la distribución de droga y garantizar que llegara a su familia el dinero de las ventas. Para Cifuentes, El Chapo era más que un socio. 'Hacía lo que Joaquín me pidiera', declaró.

Cifuentes comentó también que durante su estadía con Guzmán, permanecían muy preocupados con su seguridad y que le sugirió tener un helicóptero para poder escapar rápido.

La residencia donde pasó más tiempo era 'Las Trancas'. El Chapo tenía unas siete propiedades en las montañas de Sinaloa, según el recuento de Villa. A una le llamaban 'La Playa', porque estaba junto a un pantano. Eran estructuras pequeñas, de madera, que contaban con sus propios generadores de energía, tenían televisión vía satélite y acceso a Internet, “No eran lujosas”, dijo, “para no llamar la atención del Ejército”.

Según Alex Cifuentes, todas las propiedades tenían una característica común: las ventanas estaban polarizadas para que no se viera su interior.

El Chapo contaba con varios secretarios personales que tomaban notas todo el tiempo en libretas de bolsillo. “Había siempre muchas cosas que hacer y muchos números”, explicó. 'Ellos se encargaban de pasarle los mensajes cuando se levantaba, de llevarle la agenda y organizar la compra de víveres', puntualizó Villa.

Cifuentes indicó que gastaban cerca de 200,000 dólares mensuales en las operaciones del campamento, donde tenía a medio centenar de guardaespaldas. “La seguridad estaba organizada en tres anillos”, explicó.

Y agregó. 'Unos custodiaban las inmediaciones de la residencia. Otros las vías de acceso. También tenía personal en los helipuertos del Ejército'.

Cifuentes explicó que solían cambiar de vivienda cada 20 días. “Los guardas que dejaban atrás no conocían la nueva localización”, señaló.

'Ellos (los pistoleros) aguantaban hasta cinco minutos antes de abandonarla cuando recibían la alerta de que se aproximaba el Ejército. El Chapo daba la orden de no dispararles en la medida de lo posible”, afirmó.

Además del personal de seguridad y los secretarios, Joaquín Guzmán tenía hasta siete mujeres de servicio que se rotaban en parejas. 'El refugio era frecuentado por sus socios más próximos y familiares. Se llegaba con una pequeña avioneta”, dijo.

Según el relato de Villa, Emma Coronel, esposa del Chapo, se acercó en alguna ocasión. “Iba poco', afirmó , 'También llegaba alguna amante”, añadió.

Cifuentes comentó también que estuvo presente en la fiesta de cumpleaños que celebró el 4 de abril de 2008, en el cual Guzmán recibió múltiples regalos, incluida una camioneta blindada de color blanco tipo pick up y un vehículo todoterreno Hummer de camuflaje.

El narco colombiano, Alex Cifurentes, se quedó en la sierra sinaloense con El Chapo Guzmán hasta la primavera de 2009. De ahí se trasladó a Cancún, pero antes tuvo que recibir la autorización del jefe, porque en las ocasiones anteriores que le planteó irse, le negó la petición.