Una vez más el pueblo hondureño se rindió y buscó el amparo maternal de su patrona: la Virgen de Suyapa.
Más de dos millones de fieles peregrinos inundaron el santuario nacional, quienes movidos por el fervor y la devoción llegaron para celebrar el 265 aniversario de su hallazgo.
De todos los rincones del país y más allá de la fronteras patrias llegaron los devotos a ponerse de hinojos ante la madre del cielo.
La presencia de la Virgen María, en la advocación de Nuestra Señora de Suyapa, se dejó sentir y vibró en el corazón de los creyentes que se acercaron para venerarla.
En el altar mayor del templo, la pequeñita pero milagrosa imagen de 6.5 centímetros de alto vestía sus mejores galas.
Ella, la Morenita más bella de Honduras, quiso presentarse ante sus hijos tal cual es: la soberana, la portadora de la fe e intercesora de todas las gracias ante Jesucristo.
Mensaje de fe
Con esta magna celebración quedó evidenciado el poder de convocatoria que se le atribuye a la Virgen de Suyapa.
A cada una de las personas que se acercan a su morada la mueven propósitos determinados: dirigir plegarias de agradecimiento, buscar su santa protección, pagar promesas o simplemente visitarla para contemplar su belleza.
Tanto el santuario como la ermita resultaron insuficientes para recibir a los fieles, algunos esperaron en los alrededores el turno para participar en una de las 10 eucaristías celebradas ayer en honor del cumpleaños de la Virgen.
En los alrededores del templo había un mar de personas que parecían hormigas laboriosas en busca de bendición y paz.
Desde las 5:00 de la mañana hasta las 6:30 de la tarde, el Evangelio cobró vida para engrandecer el regalo del cielo que representa la madre de Dios.
A las 9:00 se celebró la misa solemne que como todos los años es oficiada por el cardenal Óscar Andrés Rodríguez.
Con reverencia, los fieles escucharon el pasaje de San Juan que se refiere a las bodas de Caná, donde la Virgen María pidió la intercesión de su hijo Jesucristo.
En su homilía, monseñor destacó que la misión de la virgencita es fortalecer la fe cristiana de Honduras convirtiéndose en el primer símbolo nacional, sello de identidad y el corazón mismo de la nacionalidad catracha.
Enfatizó que Honduras profesa la religión católica y lo es más aún porque ama a María en la advocación de Suyapa.
Expuso que la Morenita es el signo auténtico de la religiosidad del pueblo hondureño, ya que a lo largo de 265 años ha caminado junto él.
'La imagen de la Virgen de Suyapa encontrada en el cerro El Piligüín hace 265 años es un ícono de nuestra identidad, antes que Honduras tuviera Constitución y héroes estaba ella', señaló.
El jerarca de la iglesia Católica hizo referencia a la nota de la sección Metro de EL HERALDO respecto a que 9,154 capitalinas, que representan el 1.7 de la población del Distrito Central, llevan el nombre de Suyapa.
'Suyapa significa invocación fervorosa, ideal de mujer creyente, un nombre tan propio, tan nuestro. Muchas hondureñas agracian su encanto femenino con este santo y dulce nombre. El nombre que la Virgen María escogió para quedarse en Honduras', declaró Rodríguez.
Como parte de su mensaje, el prelado recordó que la madre les invita a acogerse a ella, a renovarse en la fe y que Honduras pueda mostrarse con un nuevo rostro, a tener confianza en Dios, que es el que trae verdad, justicia y paz.
Peregrinaje
Los fieles devotos de la Virgen de Suyapa quisieron celebrar junto a ella esta fiesta nacional. Decenas de buses con procedencia de varios departamentos del país transportaron a los fieles devotos.
La feligresía de La Paz, Intibucá, Olancho, Comayagua, El Paraíso, Choluteca, Cortés, Atlántida y zonas de Francisco Morazán se hizo presente para venerar a la Morenita.
Las Fuerzas Armadas ofrecieron conciertos en honor a su capitana general.