Sus palabras reflejan su exquisito nivel de preparación. La pasión por la educación, la familia, el arte y la cultura son elementos que se conjugan en una profesional de las leyes pero con innata vocación de educadora.
Su nombre es Gracia Zúñiga de Villeda, esposa del candidato a la presidencia por el Partido Liberal, Mauricio Villeda, con quien ha compartido una larga vida en matrimonio de 38 años y con quien procreó cinco hijos.
Es la cuarta de los cinco hijos de Antonia Soto de Zúñiga y Ramiro Zúñiga Huete (QDDG), hermano menor de Ángel Zúñiga Huete, un prominente político hondureño que nació de las entrañas del Partido Liberal.
Su infancia, al lado de la maestra Mercedes Agurcia Membreño en el Teatro Infantil de Honduras (1958), estuvo llena de brochazos de arte, teatro, música y baile que concluyeron en una obra humana con infinito amor por la cultura.
Esta ideal oportunidad permitió fundir en su personalidad valores como la responsabilidad, integridad, bondad y la sencillez.
Mismos que fueron acoplados en sus estudios primarios y secundarios realizados en la Escuela Federico Froebel y la Americana, su carrera de derecho en la Universidad de Navarra, España y las maestrías obtenidas en Asesoramiento Educativo Familiar, en el Centro Universitario Villanueva y Universidad Complutense de Madrid.
Define como sus grandes ejemplos a su madre y su suegra Alejandría de Villeda Morales (1916-2012) con quien compartía largas tardes de comunicación con Dios.
“Mi Suegra era una mujer de una fe muy profunda y al final lo que hacíamos era rezar el rosario, mi madre es como el tesoro más grande que tengo en este momento, solíamos decir que teníamos gemelas porque se llevaban con mi suegra (en edad) apenas diez meses de diferencia”, relató Zúñiga de Villeda a EL HERALDO.
“Ellas son parte de esas oportunidades que he tenido y que me han ido formando a lo largo de la vida y eso define mi forma de ser y mi forma de hacer”, expresó.
Una historia de amor
Además de afianzar una base necesaria para el desarrollo de su vida personal aseguró haber tenido la suerte “de saber elegir la persona” que le ha acompañado en la historia de amor que soñó en su infancia.
Es esta persona, Mauricio Villeda, a la que conoció desde que eran niños en el Teatro Infantil y de quien se enamoró en la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras, es “el amor de mi vida”.
“Yo me fui a estudiar derecho a España y en una vacación que vine me matriculé
en la Universidad Nacional Autónoma de Honduras y ahí me reencontré con Mauricio que estaba estudiando derecho”, comentó.
“Recuerdo que la primera vez que salí con él me invitó a votar en unas elecciones de dirigencia estudiantil porque él estaba participando y yo nunca había votado en mi vida porque estaba estudiando en España pero por salir con él fui a la votación”, relató entre risas.
Ese episodio marcó el inicio de su vida juntos que fue concretado un año después ante los ojos de Dios.
“Realmente solo salimos dos meses porque yo regresé un año a España y cuando regresamos nos casamos fue un amor a primera vista, es de lo más orgullosa que me puedo sentir, Mauricio y yo hemos logrado formar una familia donde hemos procurado cuidar ambos cada momento y seguimos siendo muy felices”, expresó.
¿Quien es Mauricio?
“Qué le puede preguntar usted a una mujer
enamorada”, respondió Gracia de Villeda a EL HERALDO al intentar conocer su opinión personal de su compañero de hogar como político.
“Mauricio es una persona con muchas cualidades muy particulares, el mayor encanto que tienen es su sencillez, su simplicidad, su naturalidad, mis suegros los educaron muy bien, supieron hacer de ellos personas muy sencillas”, describió.
“Mauricio es una persona que es feliz con poco, ahora que andamos al interior del país me preguntan qué le gusta comer y yo les digo que si le quieren dar en el clavo ténganle tortillas cuajada y frijoles parados”, refirió.
Vida en política
El tener descendencia liberal y el ejemplo de liberalismo de sus padres creó en Gracia de Villeda una afinidad, respeto y amor por su partido mismo que afortunadamente comparte con su esposo.
Esta pasión por el liberalismo fue heredado también por la pareja a sus cinco hijos que actualmente acompañan como familia la decisión adoptada por Villeda para buscar la presidencia como lo hizo con buen suceso su difunto padre, Ramón Villeda Morales.
“Cuando tomó la decisión de tener esta participación política, una de las cosas que nos prometimos es que la actividad no nos iba a separar e iba impedir que pudiéramos tener esos ratos de familia que es lo que más hemos cuidado”, señaló.
La venía para ser candidato, según ella le fue otorgada a Villeda por Jorge Bueso Arias quien vio en él la sencillez que describe su esposa.
“Tal vez Mauricio no sea una persona como muy extrovertida, sociable de esa gente que se sonríe con facilidad pero la gente que tiene la posibilidad de estar un par de horas con él descubre esa bondad, esa sencillez y ese espíritu de servicio que es su mayor atractivo”, comentó.
Como Primera Dama
Aseguró que esperarán los resultados en las elecciones, pero señaló que es necesario pensar en las soluciones a la problemática de Honduras.
Su indicada preparación educativa le ha permitido conocer que el mayor descontrol de la sociedad hondureña se originó a partir de la desintegración familiar, problema para el cual ya lucha en la conducción de un programa de radio denominado “La hora de la Familia”.
Sin embargo, los mayores resultados podría ser logrados al desarrollar programas desde el Despacho de la Primera Dama de la República, tal como fue logrado por su suegra.
“Doña Alejandrina desarrolló aquí en Honduras esa acción social que posteriormente otras primeras damas le dieron seguimiento cuando ella organizó la Junta Nacional de Bienestar Social que se dedicó a la problemática de la mujer, madre, de los niños, jóvenes y personas con discapacidad”, recordó.
Pese a este ejemplo, el brusco cambio de la sociedad impide que estas sean taras absolutas de la Primera Dama aseguró.
“Yo creo que pensar que a la Primera Dama le corresponde atender la problemática social, es algo de una dimensión muy grande para que una persona lo haga, es más, ya esto lo hemos hablado con Mauricio, la atención de la problemática social es el trabajo fundamental del gobierno no del Despacho de la Primera Dama”, manifestó.
Y es que sin este apoyo directo del gobierno asegura que sería imposible plantear soluciones y tomar decisiones en las distintas problemáticas.
“Por ejemplo el Instituto Hondureño de la Niñez y la Familia (Ihnfa) atiende una población de menores en riesgo o niños que han sido abandonados, esto niños tienen una problemática particular y no es cualquiera el que puede atenderlos”, señaló.
“A mi modo de ver en el Ihnfa ha faltado esos programas sistemáticos de formación del personal para desarrollar habilidades para atender a los niños maltratados o niñas que recogen de las calles y que han tenido experiencias muy duras, una de mis principales preocupaciones sería ayudar a determinar programas formativos para este personal”, explicó.
Así también plantea la formación de una política curativa basada en programas de ayuda a la familia y la población en riesgo y a la prevención de la problemática social.
“Detrás de cada niño de la calle, detrás de cada muchacho que cae en el alcohol y en las drogas hay un problema familiar que no se ha atendido y eso a mí me hace ilusión son cosas que no se han hecho y que son tremendamente necesarias”, comentó.
También señaló sobre la importancia de crear centros de educación complementaria públicos para que los menores asistan en sus jornadas después de clases mientras sus padres laboran y evitar que sean absorbidos por los males de las calles.
Además asegura que la ley es clara y que las empresas privadas deben dar su ayuda en cuanto a generar mejores condiciones para las mujeres en su etapa de maternidad para las cuales según la ley deberían crear guarderías al tener mínimo 20 mujeres empleadas.