Honduras

Temen repunte de VIH en trabajadoras sexuales

El 60 por ciento de las mujeres que ejercen este tipo de trabajo
han abandonado las atenciones que les brinda Salud.

26.04.2013

Bajo la sombra de la noche, Maira (nombre irreal) sale de su hogar, ubicado en uno de los barrios de Comayagua para ofrecer su cuerpo a cambio de unos cuantos lempiras.

En el oficio lleva unos 10 meses, y aseguró que decidió integrarse al grupo de mujeres que se prostituyen en la plaza La Merced para llevar sustento a su casa.

Maira tiene 26 años y espera sentada en una de la bancas de la plaza la llegada de algún cliente.

La mujer, que viste una diminuta falda jeans y que al momento en que cruza las piernas deja ver más su torneada figura, y una blusa escotada, reveló que los riesgos de su oficio son múltiples, pero no tiene otro empleo.

“Así es la vida, tengo que hacerlo para vivir y sé que uno corre peligro, pero hay que estar ‘chiva’ para que no le pase nada”, dijo Maira.

Al consultársele si acude de forma periódica a controles de Salud, aseguró que algunas veces, pero no logró detallar cuándo fue su última consulta.

Lo que sí manifestó es que exige a sus clientes utilizar preservativos, “para evitarse problemas de salud”.

De acuerdo con el personal del centro de salud José María Ochoa, ubicado en el barrio Abajo, a partir de 2010 las trabajadoras sexuales dejaron de recibir atención permanente.

Según Guillermina Flores, directora municipal de salud, lo que sucedió fue que la organización no gubernamental Mujer y Familia que las hacía llegar al centro asistencial dejó de funcionar en la ciudad a causa de problemas financieros.

La institución se encargaba de reclutar a las mujeres para que acudieran al centro de salud para ser examinadas y capacitadas en torno a la prevención de las enfermedades de transmisión sexual, entre ellas el VIH.

“En aquel momento llegamos a reunir hasta 80 mujeres a la semana, las que acudían de forma periódica a las evaluaciones”, agregó.

También se logró identificar a las trabajadoras sexuales que habían sido infectadas por el VIH, las que comenzaron a recibir tratamiento a través de la Clínica de Atención Integral (CAI), que funciona en el Hospital Santa Teresa.

“A las mujeres que se les detectaban infecciones de trasmisión sexual, incluido el VIH, se les hacía conciencia para que se retiraran de la prostitución, con el fin de evitar la propagación de la enfermedad”, comentó Flores.

En la actualidad son escasas las mujeres trabajadoras del sexo que solicitan el apoyo que ofrece el centro de salud, según el personal que labora en la institución sanitaria.

Esta situación pudiera desencadenar un repunte en el caso de las enfermedades de transmisión sexual, incluido el VIH.

Escasa formación

La psicóloga Ángela Orellana, que también formó parte del personal que trabajó en el programa del ITS-VIH sida, para este sector de la población, dijo que además se les impartieron charlas sobre valores morales, autoestima, métodos de planificación y uso de preservativos para que se protegieran ellas y a sus clientes.

“Se les motivaba a salirse de este oficio y establecer un hogar con una pareja, esto era parte del plan que se mantenía”, reconoció. De acuerdo con Orellana en 2006 se realizó un estudio de vigilancia epidemiológica del comportamiento en trabajadoras sexuales con una muestra de 200 mujeres.

El resultado que obtuvieron fue que este sector de la población representaba uno de los grupos más vulnerables a infecciones de transmisión sexual en la comunidad.

En la actualidad el programa es sostenido por el personal del centro de salud, pero el 60 por ciento de las mujeres que atendían dejó de acudir a las citas médicas.

Y es que pese a que en el centro de salud se continúa con las charlas, no cuentan con el personal que realice el trabajo de campo para reclutar a las mujeres trabajadoras del sexo, como sucedía cuando se contaba con el apoyo de la institución no gubernamental.

Por esta razón además se desconoce en la actualidad el número de personas que se dedican al trabajo de la venta de sus cuerpos en la comunidad, ni los datos reales sobre su condición de salud.

Vulnerabilidad

En el CAI del Hospital Santa Teresa también se les brinda apoyo educativo a las trabajadoras sexuales y personas que son portadoras del VIH.

Según Ligia Marcía, médico del CAI, la mayoría de las pacientes que se han dedicado al oficio de la prostitución al momento de presentar la enfermedad ocultan a lo que se dedican por miedo a ser aún más discriminadas. “De unas 15 pacientes que atendemos, cuatro de ellas han revelado que se dedican a este oficio”, dijo Marcía.

Un estudio realizado por la Organización Panamericana de la Salud (OPS), sobre “Género, mujer y el VIH en América Latina y el Caribe”, reveló que las mujeres son más vulnerables que los hombres a la infección del VIH, pero más aquellas con bajo nivel educativo y dependientes de forma económica.

El último informe de Salud reveló que entre el grupo de trabajadoras comerciales del sexo, las menores de 25 años son las que menos acuden a programas de asistencia sanitaria.

También reveló que en la ciudad de Comayagua apenas el 25.8 por ciento de las mujeres menores de 25 años que se dedican al antiguo oficio conocen de los programas de prevención. En el caso de las mujeres mayores de 25 años que se dedican a esta labor, el 27.6 por ciento aseguró conocer de los servicios de asistencia preventiva. Una organización que se dedica a la distribución de preservativos a nivel de Centroamérica también realizó un estudio entre las trabajadoras del sexo en Francisco Morazán, Cortés, Comayagua, Choluteca y Atlántida.

El estudio reveló que un bajo porcentaje de las mujeres encuestadas estaban conscientes que al reducir el número de parejas disminuía el riesgo de contraer el VIH.

La mayoría de las entrevistadas aseguró haber acudido a un centro asistencial luego de ser infectadas por enfermedades de transmisión sexual.

Estadísticas

El patrón de transmisión de la infección del VIH en Honduras es la vía sexual (en el 91.3% de las infecciones), mal que afecta en un alto porcentaje a la población joven y económicamente activa.

El comportamiento del número de casos de VIH y sida en el país en el período 1990-2011 indicó que ha mantenido una clara tendencia hacia el alza, al moverse de 1,681 casos en 1990 a 29,597 casos en 2011. Esto significa que el VIH y sida se multiplicó por 17.61 veces.

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