Honduras

Revelan la existencia del ‘Cartel de Belén’

Unidades de inteligencia detectaron cobros policiales en 17 puntos de taxi, 25 centros de chiveadas, cinco talleres clandestinos y ocho locales de prostitución y venta de drogas.

07.04.2014

Los tentáculos de la corrupción alcanzaron con intensidad a los agentes y oficiales asignados al distrito policial 1-5, cuya sede se ubica en el barrio Belén de Comayagüela.

La Unidad de Investigación de EL HERALDO obtuvo información confirmada sobre operaciones irregulares ejecutadas por policías que también se organizaron en una red para delinquir.

Los uniformados que integran esta red son conocidos como el “Cartel de Belén” y actúan en asociación con los policías corruptos que integran el “Cartel de La Granja”.

El Distrito Policial de Belén es el más grande de la capital. Tiene una población que supera el medio de millón de personas que residen en unas 37 comunidades, entre residencias, colonias, barrios y aldeas.

Además, tiene la mayor extensión territorial, con aproximadamente 1,000 kilómetros cuadrados.

Este vasto territorio se convirtió, de hecho, en campo fértil para sus actividades criminales.

En parte, la podredumbre de este distrito tiene su origen en la conglomeración de negocios donde la venta de drogas, armas y el tráfico de personas (con fines de explotación sexual) está a la orden del día.

Para operar sin dificultad, estas redes del crimen organizado mantienen estrechas relaciones con los mandos policiales, a quienes efectúan pagos mensuales, convirtiéndose así en una especie de “impuesto de guerra”.

Modus operandi

Los informes de inteligencia a los que tuvo acceso EL HERALDO revelan que todas las operaciones ilegales en este sector se hacían con la autorización de un jefe policial identificado como B2, para efectos de investigación.

Un código inviolable en los carteles de Belén y La Granja es que ningún policía puede atreverse siquiera a mencionar los nombres de los oficiales vinculados en las actividades ilícitas.

De hecho, este código es el que se habría violado en el “Cartel de La Granja” y, por tanto, le costó la vida al policía Juan Carlos García Flores, de 33 años, ejecutado en la colonia Los Alpes a inicios de semana.

García estaba de vacaciones y recién tenía tres días de haberse incorporado a sus labores en el distrito policial de La Granja.

Su error fue mencionar el nombre de un oficial con rango intermedio y afirmar que este debía pagar 100,000 lempiras mensuales a un oficial de la escala superior como compensación por mantenerlo en el cargo.

Aunque la cifra parece exorbitante, resulta mínima si se toma en consideración que los oficiales vinculados a los carteles hacen cobros a negocios que “no quieren problemas con la policía”.

Extorsiones

Según los informes a los que ha accedido EL HERALDO, en el caso del distrito policial de Belén, oficiales corruptos recibían pagos mensuales de 25 chiveadas autorizadas (juegos ilegales que dejan millonarias ganancias a costa de incautos).

Además, los órganos de inteligencia identificaron al menos cinco talleres clandestinos donde se desmantelan los carros robados en diferentes puntos de la ciudad.

Asimismo, se cobra un “impuesto” mensual a 17 puntos de taxi.

Lo anterior indica que el delito de las extorsiones nunca se controló porque quienes estaban detrás del mismo eran oficiales de policía corruptos.

La incapacidad de la policía de ejecutar capturas, por un delito que se comete en horas del día y del cual hay muchos testigos, levantó las sospechas de las autoridades de Seguridad.

Asimismo, se comprobó que los oficiales del “Cartel de Belén” cobraban una mensualidad en ocho Nigth Clubs que operan en las avenidas principales de Comayagüela y había cobros especiales en una docena de casas donde se vende droga.

El fácil acceso a la droga ha provocado que muchos agentes y oficiales sean adictos a la cocaína.

Los informes revelan seguimientos que se hicieron a radiopatrullas en que se observó que había uniformados que ni siquiera podían ponerse de pie cuando intentaban salir de las viviendas distribuidoras de estupefacientes.

Los reportes establecen que, en el caso del distrito de Belén, estos policías corruptos tenían que reportar 180,000 lempiras mensuales a un oficial de escala superior.

El cobro es superior al de La Granja en virtud de la extensión y de la cantidad de negocios en el sector.

Estos 180,000 lempiras son exclusivamente por el derecho de mantener en el cargo a todos los miembros de la red.

Además, los informes revelados a este medio de comunicación dicen que se había establecido un cobro por la devolución de armas decomisadas que no eran reportadas a la Jefatura Metropolitana o a Casamata.

Cambios

Hace unas tres semanas, el alto mando decidió rotar la jefatura del distrito de La Granja. Ahí fue asignado el comisario Ronmel Martínez, quien tiene una trayectoria y hoja de servicio limpia.

Sin embargo, Martínez carece de experiencia en puestos de mando.

De ahí que, esta semana, la Secretaría de Seguridad optara por remover a los jefes de los siete distritos de la Metropolitana 1.
Los distritos son El Edén, El Manchén, Kennedy, Belén, La Granja, San Miguel y San Francisco.

Según los investigadores especiales, los mayores problemas por aumento de los índices delictivos se detectaron en los distritos de La Granja, Belén y El Edén.