Honduras

Responsables de asesinatos están siendo protegidos

“Denunciamos que los policías involucrados en estos crímenes, que están plenamente identificados, no se les captura, porque sencillamente están siendo protegidos por un sector de la Policía Nacional”, dijo Velásquez Názar.

07.04.2014

Al cumplirse un año del vil asesinato de Rafael Alejandro Vargas Castellanos y Carlos David Pineda Rodríguez, ambos de 22 años de edad, los miembros de la Fundación Alfredo Landaverde, demandan justicia y que se envíe a los tribunales a los responsables del repudiable hecho.

A través de un comunicado se dio a conocer que Vargas Castellanos y Pineda Rodríguez eran dos promesas de este país, “que se debate en su más profunda crisis de violencia e impunidad”.

“Vemos con suma preocupación un gobierno débil, incapaz de tomar decisiones políticas contundentes y efectivas para investigar estos crímenes y llevar ante la justicia a los responsables”, establece el documento que fue leído por Ramón Velásquez Názar, miembro de la organización.

“Preocupa a la Fundación Alfredo Landaverde que, aunque nos hallamos comprometido con la búsqueda de la justicia, queriendo rescatar la paz perdida, nos encarcelamos en nuestros hogares permaneciendo atados al poste mental de la injusticia e impunidad”.

Ante esa situación se demanda que “todos los responsables y aquellos que debieron evitar el asesinato de Rafael Alejandro y Carlos David, sean presentados de inmediato ante los tribunales de justicia correspondientes”.

“Denunciamos que los policías involucrados en estos crímenes, que están plenamente identificados, no se les captura, porque sencillamente están siendo protegidos por un sector de la Policía Nacional, que está obstruyendo que se llegue a la justicia y promoviendo la impunidad”, dijo Velásquez Názar.

De acuerdo con el comunicado, tanto Rafael Alejandro, Carlos David y Alfredo Landaverde, son inmortales porque “se fueron de esta vida dejando una huella, un mensaje a toda la hondureñidad de que nuestro país es digno de mejor suerte, que no vale la pena ni las riquezas del mundo, más que dejarles a nuestros hijos un nombre limpio y digno”.

Es por eso es que se seguirá la lucha para que los sucedido no se vuelva a repetir en el país. Por su parte, Hilda Caldera, viuda de Alfredo Landaverde, dijo que a un año de la muerte de los dos estudiantes de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH), “el país está de luto y no solo los familiares de los fallecidos”.