El director departamental de Educación de El Paraíso, Omar Enrique Calderón, renunció al cargo, en lo que, según fuentes gubernamentales, es el inicio de varias dimisiones que presentarán otro jefes regionales.
“Confirmado, el departamental de El Paraíso (renunció), hay tres más tentativos (que renunciarían), pero hasta que no tengamos el documento, preferimos mantenerlo pendiente”, informó el ministro de Educación, Marlon Escoto.
Calderón fue contratado como director departamental bajo acuerdo de delegación 0406-SE-11, del 1 de noviembre de 2011, debido a que esa plaza no fue otorgada mediante concurso, según los archivos de Educación.
La nota de renuncia de Calderón expone de forma escueta las razones de su decisión, pues solo se indica que “por motivos personales interpongo mi renuncia a partir del 15 de julio como director departamental de El Paraíso”, constató EL HERALDO.
No obstante, el ministro Marlon Escoto mencionó la semana pasada que por presiones políticas algunos directores departamentales podrían renunciar.
El funcionar indicó que algunos directores departamentales de Educación estaban siendo objeto de presiones de líderes políticos para que dejarán sus puestos.
Amparo
El director Calderón es uno de los 11 directores departamentales que presentó un recurso de amparo en la Sala Constitucional de la Corte
Suprema de Justicia en contra de las suspensiones que hizo de sus plazas el ministro de Educación.
Aseguran que sí concursaron para obtener esos empleos y no llegaron a los mismos mediante una simple delegación, como lo asevera Escoto.
Al renunciar Calderón, la acción legal perdería efecto para él, pues ya no habría derecho a restituirle.
El recurso de amparo se admitió con suspensión del acto reclamado, por lo que los 11 querellantes fueron reintegrados a sus cargos mientras esa judicatura resuelve la demanda.
La Secretaría de Educación suspendió a estos 11 directores para proceder a nombrar a sus sustitutos por medio de concurso.
La plaza director de Educación de El Paraíso será sometida ahora a ese procedimiento de selección sin complicación, al igual que otras dos (Intibucá y Gracias a Dios) en donde no ha existido conflicto por el cargo.