Cruzar las aguas del río Guayape a través de puentes provisionales es la única opción que tienen varios vecinos de aldeas y caseríos de los municipios vecinos de Juticalpa.
Y es que de lo contrario deben recorrer varios kilómetros para trasladarse a la cabecera departamental, situación que les genera pérdida de tiempo y mayor gasto económico.
A esto se suma el mal estado de la carretera principal, que cruza la zona productiva de San Francisco de Becerra y Juticalpa.
Por estas razones desde hace más de una década los pobladores de diferentes comunidades utilizan los puentes de madera que construyen los vecinos que residen en la orilla del afluente.
Unos siete puentes de madera son edificados cada año a lo largo de la ribera del río.
Los accesos están ubicados en las comunidades de San Pedro de la Joya, La Empalizada y el balneario Las Jaguas.
Se estima que unos 80 vehículos transitan a diario por los puentes de madera.
René Donaldo Lobo, uno de los pobladores que se encarga de construir uno de los puentes, reveló que desde hace 14 años se utilizan los pasos improvisados.
La inversión es de 130,000 por cada puente. “Esta inversión en varias ocasiones ha sido perdida, luego de una crecida inusual del caudal que de inmediato arrasa con el puente. Nuestra inversión dura el tiempo de verano”, agregó el entrevistado.
Los conductores que utilizan el puente cancelan veinte lempiras cada vez que cruzan por el acceso.
Los únicos que no pagan por utilizar el tramo de madera son los conductores de la Cruz Roja, Cuerpo de Bomberos, Batallones, Iglesia Católica y ambulancias de hospitales, manifestó Lobo.
En tiempo de invierno las personas utilizan los servicios de lanchas ya que en cada invierno los puentes se desmoronan producto de la potencia del caudal.
Los pobladores de las comunidades que permanecen incomunicadas piden a las autoridades gubernamentales la construcción de puentes permanentes debido que cada año se ven en la necesidad de recurrir a los puentes de madera para lograr pasar de un extremo a otro del afluente.