San Pedro Sula, Honduras.- Hondureños ilegales que distribuyen fentanilo en las calles de San Francisco, California, miembros de la temida mara MS-13 y la pandilla 18 podrían enfrentar un destino poco esperado: una celda en la prisión de Guantánamo, Cuba. La misma cárcel donde permanecieron confinados los terroristas vinculados con los atentados del 11 de septiembre de 2001.
La semana pasada, el presidente Donald Trump ordenó al Departamento de Defensa y Seguridad Nacional que acondicionara la base naval de Guantánamo para recibir a lo que él ha llamado los “peores delincuentes ilegales”. Su plan contempla la detención de hasta 30,000 personas en esas instalaciones.
El Pentágono desplegó a más de 150 militares, entre ellos infantes de Marina y otros militares del Comando Sur de EUA, encargado de Latinoamérica.
La agencia EFE informó ayer que Estados Unidos envió el primer vuelo con migrantes arrestados hacia un centro de detención en la Base Militar de Guatánamo.
Karoline Leavitt, portavoz de la Casa Blanca, dijo: “Ya no permitiremos que Estados Unidos sea un vertedero de criminales ilegales de naciones de todo el mundo”.
Reacciones
Leonardo Pineda, experto en seguridad ciudadana, sostiene que, según las declaraciones de funcionarios del gobierno estadounidense y abogados especializados en migración, “la cárcel de Guantánamo será para personas que se encuentran ilegales en Estados Unidos que se dedican a actividades delictivas”.
“Si es como ellos lo han manifestado, en esta cárcel recluirán a los hondureños que son miembros de la banda Los Hondos, que se dedican a distribuir fentanilo en San Francisco, y miembros de la mara MS-13 de El Salvador y la 18, los integrantes del Tren de Aragua de Venezuela y delincuentes de otras organizaciones criminales de diferentes países”, sostuvo.
Esta decisión podría generar un doble efecto: por un lado, limpiaría las calles de ciudades estadounidenses golpeadas por la droga y la violencia y, por otro, liberaría a países como Honduras de criminales que han sembrado violencia por años en la región.
Aunque advierte que si el gobierno de Trump usa este centro de detención para recluir a migrantes cuya única falta ha sido cruzar la frontera en busca de una mejor vida, los países afectados deberían denunciar la situación ante organismos internacionales, puesto que “sería una flagrante violación a los derechos humanos”.
La Base está situada en la costa sureste de Cuba, a unos 700 kilómetros de Miami. Desde 1903, es la instalación militar en el extranjero más antigua de Estados Unidos.