Honduras

Padres pretendieron ocultar a menor que se quemó con pólvora

Omar Mejía dijo que en esta temporada de fin de año 'se amputaron más de diez deditos a niños, que ya quedaron marcados para toda la vida'.

07.04.2014

Se quedó dormido con los cohetes y los fósforos en la bolsa. La fricción hizo que los petardos estallaran y le causaran severos daños en sus extremidades.

Esta es la triste realidad que enfrentó un menor de edad, pero más triste aún fue la decisión de sus padres de intentar curarlo en casa con remedios caseros, situación que complicó su estado de salud.

El menor tiene nueve años. Fue ingresado al Materno Infantil el jueves con quemaduras de tercer grado en su muslo derecho, pese a que el hecho ocurrió la madrugada del 1 de enero, en La Libertad, Comayagua.

Los progenitores del menor lo llevaron de manera tardía a la Unidad de Quemados, quizás por temor a una sanción de parte de las autoridades.

Aunque el uso de pólvora no está prohibido en esa comunidad, la Fiscalía sí podría iniciar acciones contra los progenitores por descuido, ya que permitieron a su hijo exponerse al peligro de manipular productos explosivos.


Costos del tratamiento

El presidente de la Fundación de Atención al Niño Quemado de Honduras (Fundaniquem), Omar Mejía, detalló que el tratamiento para este menor es el más caro.

'Para una rehabilitación completa se requieren de 500 mil lempiras, solo en hospitalización diaria son más de 30 mil lempiras, él tiene una quemadura severa, ya vino con un alto grado de infección, además requiere de varios injertos de piel', explicó.

Mejía detalló que este es el paciente número 16 que ingresa por pólvora al Materno Infantil.

El cirujano plástico pediatra dijo que solo en tratamiento para el resto de los niños que ingresaron quemados por pólvora, el hospital Escuela y Fundaniquem han erogado más 200 mil lempiras.

El galeno lamentó que pese a existir una ordenanza de prohibición, en la capital se registraron nueve niños quemados, tres en Comayagua, tres en Choluteca y uno de La Paz'.

Este recuento no incluye a la menor que perdió cuatro dedos de su mano izquierda, originaria de Cantarranas, Francisco Morazán, ya que ella fue atendida en ortopedia de adultos.