Tegucigalpa, Honduras.- A poco más de un mes de las elecciones primarias en Honduras, la crisis migratoria y su impacto en la economía han desplazado el interés ciudadano por la contienda política.
Así lo advierte durante una entrevista a EL HERALDO, el analista y excandidato presidencial Olban Francisco Valladares, quien describe el panorama como “sumamente complejo”.
Además, criticó la falta de renovación política, especialmente en el Partido Liberal, que ha recurrido a figuras de otros institutos políticos, y en el oficialismo, donde no se han visto cambios estructurales.
Honduras sigue rezagada en la región, con altos índices de pobreza y falta de estabilidad económica, consideró.
A continuación, la entrevista:
¿Cómo analiza la situación política del país, previo a las elecciones primarias del 9 de marzo?
Esta situación es muy compleja, sumamente compleja. A mi juicio, el interés que provoca el proceso electoral y la proximidad de las elecciones primarias ha sido superado por la inquietud y esta zozobra que hay con nuestros migrantes.
¿Y por qué provoca esta zozobra? porque los migrantes constituyen para Honduras el 27% del Producto Interno Bruto (PIB) o sea de todo lo que el país produce en bienes y servicios, de cada 100 lempiras de productos, 27 de cada 100 son provocados o son producidos por los migrantes que mandan sus remesas.
¿Eso en qué se traduce para el país?
Ese es un problema grave para el país porque dejamos correr los años, los gobiernos irresponsables aún cuando se les advirtió con tiempo que no podíamos tener los huevos en una sola canasta, fueron permitiendo y no tomaron las medidas adecuadas desde el punto de vista de la administración pública y del desarrollo del país para mejorar las condiciones y no depender de eso.
¿Las remesas son las que sostienen la economía del país?
Lo que está ocurriendo con las remesas, es lo que ocurrió con las maquilas, que en los 90 cuando hubo el auge de las maquilas, hubo voces entre ellas la mía, que advertimos que el gobierno no podía poner todas sus esperanzas en la maquila, porque la maquila eran empresas golondrinas, eso quiere decir que, en el menor sombrerazo, a la menor amenaza, al menor cambio en las condiciones que ellos tenían para haberse instalado, emigran y se van.
Aletean en un fin de semana y eso lo comprobamos, cuántas empresas coreanas cerraban el viernes, mandaban a sus trabajadores a descansar el fin de semana y el lunes ya no estaban.

¿Qué ocurrió al depender principalmente del sector maquilador?
La economía de aquellos momentos se orientó precisamente a poner esos huevos en aquella canasta de la maquila, al punto de la maquila no resultó lo que suponía que era, porque se estancó en 150 mil empleos y ese es el número que Honduras produce en materia de jóvenes que se incorporan a la fuerza laboral anualmente.
En cuatro años el censo electoral nos está arrojando 600 mil nuevos votante, eso quiere decir que esos 600 mil hondureños que cumplieron 18 años se incorporaron en cuatro años a la fuerza laboral de Honduras.
¿Cuántos empleos generó el país en cuatro años? ni 100 mil. Hay un déficit de casi medio millón de plazas de trabajo permanentes y con salarios dignos para un periodo de cuatro años.
¿Qué está ocurriendo en este momento?
Obviamente el interés de la población, la angustia de la población, la zozobra de la población ya no está concentrada en las elecciones y se ha concentrado en la situación de los migrantes.
¿Esta situación traerá algún impacto en el proceso electoral interno de nuestro país?
Claro que va a traer un impacto, porque esta gente si está registrada, si son jóvenes que alcanzaron su Documento Nacional de Identificación (DNI) por fuerza tienen que aparecer en el padrón electoral y estos jóvenes vienen con otra mentalidad.
Estos jóvenes lo que hacen es engrosar o aumentar ese nicho de votantes que no tienen ninguna creencia en nada y en nadie.
Que no creen en los partidos políticos tradicionales, que las nuevas fuerzas políticas que han surgido no los convencen y que tampoco creen en los precandidatos que han surgido a la palestra política.
Eso es muy importante, precisamente para aquellos que creen que ya tienen el sartén por el mango y creen que van a ser los ganadores exclusivos o los ganadores sin cuestionamientos en las próximas elecciones.
Van a elecciones primarias tres partidos políticos ¿cómo analiza a cada una de estas instituciones políticas?
Eso demuestra una debilidad en el sistema. Eso quiere decir que la proliferación de los partidos políticos no alcanzó el volumen suficiente para competir con estas tres fuerzas tradicionales y lo triste es que no surge una corriente poderosa que pueda traer esperanzas de que el país modifique su patrón de desarrollo.
Porque quienes están en la contienda electoral son los mismos y los mismos lamentablemente no modificaron los cuadros sino que se mantuvieron con las mismas caras de hace 20 o 30 años, o bien jóvenes que fungieron como funcionarios en los periodos recién pasados y que muchos de ellos tienen cola y eso es lo que preocupa, porque aparentemente tanto los dirigentes políticos como el electorado tienen memoria corta y se les olvida que hay mucha gente que está optando o pujando por ser candidatos electos que tienen reparos desde hace 10, 15 o 20 años.
Cualquier pueblo que se precia de eso y lleva un registro de esos actos, y aunque pasen 20 o 30 años, a la postre siempre salen a relucir.
¿Quiere decir que seguimos con más de lo mismo?
Eso significa que nosotros seguimos navegando en la misma lancha que tiene agujeros, que hace aguas por todos lados y que no nos presagia ninguna modificación en el tren de desarrollo que deberíamos tener para siquiera empezar a competir en Centroamérica no digamos en el continente americano, mucho menos en Europa y Asia que nos comieron el mandado hace rato.
Es lamentable pensar que muy pocos hondureños y no digamos el pueblo porque ese está afanado con su pobreza y está afanado en otras situaciones.
Pero al nivel de la clase dirigencial y cuando hablo del sector dirigencial, estoy hablando del político, del empresarial, del gremial, donde están incluidos los sindicatos y las centrales obreras, nosotros no vemos ninguna inquietud, ni hemos visto ningún aporte de ideas nuevas transformadoras.
¿Ha identificado cambios con el actual gobierno?
Este último régimen que hasta en el nombre le puso refundación, lo de refundación no ha habido absolutamente nada.
No ha habido nada y los cambios que se han pretendido hacer son cambios en reversa, precisamente porque van en contra de la idiosincrasia del pueblo hondureño y de los principios democráticos.
Entonces, no son una fuerza prometedora de un mejoramiento del nivel de vida, sino más bien de un empeoramiento del nivel de pobreza que hemos tenido o del nivel de limitaciones que hemos tenido durante tantos años.
No hay esperanzas de que podamos tener un cambio porque no hay propuestas concretas.
¿Las malas decisiones de este gobierno van a tener alguna repercusión en las elecciones generales para cualquier candidato de Libre?
Yo creo que lamentablemente lo que el pueblo hondureño esperaba, incluso que se reflejó en una votación masiva que llevó al poder a doña Xiomara, era que iban haber transformaciones en democracia y libertad.
Pero la verdad que el principio democrático integral que se entiende por la democracia política y no la democracia política de ir a votar cada cuatro años, no.
La democracia política se ejerce permanentemente y es la libertad de expresión de ideas de un pueblo en general.
La democracia económica que quiere decir que los habitantes de una sociedad tienen acceso a los bienes, a los frutos que da la economía, siempre y cuando haya sectores extremadamente favorecidos, groseramente ventajosos sobre las grandes mayorías, ya no hay democracia económica y la democracia social que incluye todos los demás factores como la seguridad ciudadana, el acceso a la educación, el acceso a la salud, esa es democracia social.
Entonces, estos tres pilares que constituyen la democracia, no los hemos tenido nunca juntos.
¿No hay desarrollo en ninguna de las áreas que son fundamentales?
No hemos visto desarrollo en cada una de estas áreas que es lo que hace que un país se eleve en el concierto de las naciones, que pueda escalar niveles superiores de bienestar, no lo hay y por eso es que entonces, contrario a lo que ocurría hace 50 años, en América Latina, Honduras está disputando los últimos lugares en la escala del desarrollo.
Estamos en los últimos lugares en salud, educación, seguridad jurídica, en seguridad ciudadana y en todo lo demás estamos en los últimos lugares.
Estamos compitiendo con Haití que ha sido durante todo el siglo pasado y este siglo, Haití ha sido la cenicienta en América Latina y me da mucha tristeza porque Haití fue el primer país de las américas en independizarse y no han podido levantar cabeza.
Al Partido Liberal llegaron líderes de otros institutos políticos, ¿qué lectura le da a esto?
Eso no nos dice nada bueno del Partido Liberal, por una sencilla razón: quiere decir que no renovó sus cuadros, que no hubo relevo generacional, que se quedaron con las mismas figuras, que cuando acordaron que la gente que debió abrazar esas juventudes liberales de antes que eran pujantes, ilustradas, buenos abogados, buenos economistas, de repente ya dejaron de existir y los partidos fueron controlados y particularmente el Partido Liberal por las mismas figuras de antaño.
No hubo espacios para el relevo de jóvenes que ascendieran. Y terminaron importando figuras que no necesariamente reúnen las expectativas del pueblo.
¿En qué se refleja esto?
En que me estoy basando en las encuestas que nos indican que más del 50 por ciento del electorado hondureño no está contento ni con los partidos políticos ni con los candidatos.
Eso quiere decir los jóvenes solo van a tener dos caminos: o se abstienen de votar, que es lo peor que le puede pasar a un país, cuando su población electoral, su población madura no se manifiesta, no escoge un liderazgo que lo conduzca, es un país que va a la deriva, es un país donde va a imperar la anarquía, la violencia, la corrupción. Eso es lo que se presagia y esto ya está comprobado en otros países.
En América Central misma hemos tenido países mucho más ricos que Honduras, países hermanos, siameses porque nacimos el 15 de septiembre de 1821, sin embrago son países con mucha más riqueza natural y sin embargo están peleando con los mismos niveles de pobreza, ¿por qué? porque los pueblos de repente abandonaron su responsabilidad de ir a escoger sus liderazgos y no han podido salir de esos niveles de pobreza que aun mantienen y me refiero a países como Guatemala.
¿Y ocurre lo mismo con los otros países vecinos?
El Salvador hasta ahora es que está viendo una luz que, con sus moles, con sus preguntas y con sus expectativas no sabemos que pueda pasar en el corto plazo después que Bukele tenga que abandonar, al menos que se declare dictador como todos los otros países y todos los dictadores de América Central y América Latina, pero ¿qué va a pasar con El Salvador? ¿Va a poder sostener ese modelo los que vengan? ¿va haber una sucesión que coincida con ese modelo de cambio que va a tener Bukele?, eso está por verse.
Y al Partido Nacional, ¿qué se le avizora en esta contienda?
A todos nos consta que en ambos partidos existen jóvenes muy calificados.
Profesionales de primera línea y precisamente porque no comparten los estilos de conducción política rehúyen a participar, pero eso es lo peor que le puede pasar a alguien.
Si nosotros protestamos, tenemos que estar dispuestos a protestar y a contribuir y no importa lo que sea.
Muchos de los que estamos calzando muchas canas, en algún momento fuimos jóvenes y fuimos jóvenes rebeldes y no nos plegamos a la tradición política. Y contrariamos a nuestros padres y casi nos exilian las mismas familias, pero logramos cambiar nuestra mentalidad, nuestro enfoque.
¿Quiere decir que ahora no hay interés por participar en actividades políticas?
Los jóvenes de ahora han optado precisamente, profesionales muy buenos en todos los partidos, incluyendo a Libre.
Libre tiene gente buena también, pero ha sido descartada, relegada, hecha a un lado y porque tiene una conducción lamentable para la historia del país.
Esto no debió haber ocurrido nunca en Honduras porque hemos tenido desde el 80 para acá y se lo digo yo como testimonio, que en el 80 cuando hicimos la nueva Constitución de la República, hubo una esperanza de que Honduras iba a salir adelante.
Se cantó el Himno Nacional en el Congreso Nacional y posteriormente en el transcurso que fuimos mejorando nuestro proceso electoral, yo fui partícipe en el Congreso, tantas veces que cantamos en Himno Nacional porque estábamos orgullosos de las reformas.
Yo no he escuchado en los últimos 20 años se haya cantado el Himno Nacional porque llegaron a redactar y a emitir alguna ley que vaya en beneficio del pueblo hondureño.
Hablando del Congreso Nacional, se dice que este es el peor, ¿Cuál es su punto de vista?
Tiene toda la razón. Esa es una opinión generalizada. Es más, dentro del mismo Congreso, allí hay figuras muy interesantes, particularmente en el campo administrativo, en los edecanes del Congreso Nacional que han conocido de forma directa e inmediata, cada uno de los congresos que han existido y la opinión de ellos es eso, que los congresos de hace 20 años, eran mucho mejores, más deliberantes, pero sobre todo más respetuosos.
Había un respeto, una consideración. Siempre habían pujilatos, siempre habían discusiones muy fuertes y duras, yo mismo las tuve.
¿Qué enseñanza nos puede compartir de cuando usted fue diputado en el Congreso Nacional?
Tuve una experiencia amarga que me enseñó mucho. Yo recuerdo que cuando se destruyó todo lo que habíamos logrado en materia de reforma agraria y se instaló la Ley de Transformación en los años 90 del periodo del licenciado Rafael Leonardo Callejas, yo fui uno de los que me opuse a los cambios que se habían hecho, porque precisamente desbarataban todo lo que nosotros habíamos logrado hacia atrás con los militares en materia de reforma agraria, en materia de desarrollo del campo y recuerdo que me cortaron el micrófono y para mí esa fue una gran lección y dije yo: no vuelvo a utilizar este camino para llegar donde yo quiero y después aprendí que el cabildeo, la plática respetuosa, amigable, respetuosa con los colegas del Congreso Nacional llegaba muy lejos.
¿Hoy ocurre todo lo contrario a lo que usted hizo en ese momento?
Hoy no, es a empujones, hoy es el insulto, aspectos peyorativos, la degradación, la subestimación.
Una característica del hondureño es que fue respetuoso de la mujer. La figura de la mujer, siempre de niño aprendí en la escuela y en la casa, nunca agreda a una compañera, no agreda a una mujer, eso privaba.
Hoy no, hoy se le trata como si fuera basura y es cierto que esto de la equidad y la liberación femenina y el que está ocupando puestos mayores que antes, esto no deja de perder su condición de ser mujer y los hombres en un mundo de esta naturaleza tenemos que aprender a ser condescendientes, pero sobre todo respetuosos y aquí se ha perdido totalmente.
Aquí cualquier insulto, cualquier degradación provoca chabacanería, provoca risa y eso no puede ser.
¿Se ha degradado la clase política hondureña?
Yo creo que esa es la percepción general. Yo tengo un amigo que me dice que los valores se perdieron en el país y está sumamente frustrado. Yo no creo que sea así.
Yo creo que esta desvalorización que hemos tenido, se ha tenido en los centros urbanos más grandes, en la capital, en las cinco ciudades se ha perdido el sentido de los valores, pero en el área rural el hondureño sigue siendo respetuoso, moderado.
El campesino nuestro no es violento, no lo es. Ese es un concepto muy equivocado y lastimosamente cuando se nos califica desde afuera, se nos califica como un país violento, eso no es cierto.
Si nosotros vemos las estadísticas, la gran mayoría de nuestros municipios reflejan cero actos de violencia. La violencia está concentrada en los centros urbanos donde hay más competencia, más consumismo.
¿Para usted hubo cambios en nuestra sociedad?
Yo creo que la sociedad hondureña, sigue siendo igual que la de antes. Pero lastimosamente los liderazgos, los líderes son los responsables de conducir a los pueblos y de sus actitudes, de su probidad, de su honestidad, de su honrade, de su respeto, esas cualidades humanas que lo hacen un verdadero líder por su calidad humana, lamentablemente aquí le damos el título de líder a cualquier payaso, por no decir otras cosas.
Y cuando se nos agota lo de líder, decimos el líder máximo, al super líder y no es cierto. No pasan la prueba del ácido.
¿Usted se va a postular como candidato presidencial por el PINU para las elecciones generales de noviembre próximo?
Fíjese que he tomado una decisión, por asuntos internos del partido que no me gusta divulgarlos, lamentablemente el ímpetu que tenía el año pasado de servir hasta el último momento que pueda al país y al partido, pero me ha hecho cambiar de opinión y mejor prefiero ver los toros desde la barrera, seguir contribuyendo con mis opiniones, pero uno en la vida nunca puede decir no, depende de las circunstancias.
Yo creo que en Honduras todavía hay campos para hacer otros tipos de arreglos y yo estoy soñando con una gran coalición de las fuerzas independientes que es la fuerza mayoritaria en el país en este momento.
Ni todos los partidos puestos juntos, superan precisamente el voto que no tiene candidato y no tiene partido político. Y allí es donde puede ser que exista una probabilidad. Pero yo creo que ya rendí lo que tenía que rendir o casi rendí todo lo que tenía que rendir.
Estoy orgulloso de eso y solo espero el bien del país. Y solo espero ver figuras en las cuales yo tenga respeto, que yo sienta que son superiores y que pueden conducir al país a niveles superiores.
¿Esa coalición que usted visualiza, puede alcanzar las expectativas que tenemos los hondureños?
Si puede surgir un liderazgo confiable, una figura en este momento que no la veo pero que existen, existe una cantidad de ciudadanos que usted no tiene idea y yo el año antepasado que integré grupos que anduvimos a la pesca de figuras respetables en el país.
Lastimosamente las personas más calificadas que con una facilidad enorme podrían conducir a Honduras, rehusaron o porque les ha ido muy bien en sus ocupaciones o en sus profesiones que dicen: porqué me voy a sacrificar, tengo hijos pequeños en la escuela.
Pero, en algún momento, así como nosotros de jóvenes dimos la vida, porque yo soy uno de los tantos que ofrecí mi juventud, mis esfuerzos, abandoné mis pulperías por dedicarme a servir al país y no me arrepiento.
¿Si le tocara incursionar en esa actividad lo haría?
Si pudiera volverlo hacer lo haría, así que yo invito a la juventud a que piensen de que la política no es mala, son ciertos políticos.
Lamentablemente son los que logran entronizarse en los niveles superiores de mando en las instituciones políticas, lamentablemente y los demás enmudecen y los demás no protestan, y los demás son carretas y los demás incluso en la conducción de los partidos no opinan porque siempre están cuidando su posición de poder dentro de las instituciones.