Tegucigalpa, Honduras
Diversas reacciones desde la sociedad desató ayer las diferencias que existen entre el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, y el gobierno, en torno al nombramiento del nuevo vocero de la Misión de Apoyo contra la Corrupción e Impunidad en Honduras (Maccih).
Desde la sociedad civil opinan que la OEA y el gobierno deben buscar mecanismos que les permitan superar sus diferencias para la escogencia consensuada del nuevo vocero da la Misión.
Omar Rivera, coordinador de incidencias de la Asociación para una Sociedad más Justa (ASJ), recomendó que funcionarios del organismo regional y las autoridades gubernamentales busquen la aproximación, el diálogo y el asentimiento alrededor de una agenda anticorrupción compartida que distribuya roles y responsabilidades en el marco del convenio que fue suscrito hace dos años.
En días anteriores, Almagro, en una entrevista en Perú, en el marco de la Cumbre de las Américas, dijo que desde el 10 de marzo de 2018 la OEA aguarda el beneplácito del gobierno hondureño para integrar a Luiz Antonio Guimaraes Marrey, exfiscal de Sao Paulo, Brasil, como vocero de la Misión.
Pero esta manifestación obligó al gobierno a emitir un comunicado prensa en el que estableció que fue hasta el 10 de abril que se tuvo conocimiento de la gestión diplomática de Almagro sobre quién sería el sustituto de Juan Jiménez Mayor.
“No hay tiempo que perder, deben establecerse procedimientos transparentes de cómo se escogerá ese nuevo vocero y hacerlo en el marco de criterios mutuamente aceptados por las partes para evitar sorpresas u opacidad”, dijo Rivera.
Oposición
Desde el Consejo Nacional Anticorrupción (CNA) aseguran que no existe el mínimo interés desde el poder para que la Misión continúe funcionando en el país.
“Hoy por hoy hay quienes no les conviene que la Maccih funcione en el país, no solo a nivel nacional sino que a carácter internacional, y que las verdaderas instituciones que combaten a la corrupción no funcionen como tal”, manifestó Odir Fernández, jefe de la Unidad de Investigación del CNA.
Para que Luis Guimaraes tome posesión de su cargo deberá existir un beneplácito de parte del gobierno de Honduras. Sin embargo, hay quienes opina que el silencio del gobierno es un no a la designación del exfiscal brasileño como nuevo jefe de la Misión.
Nueva opción
Mientras que en el Frente Parlamentario de Apoyo a la Maccih son del criterio que la OEA no tiene otra opción que nombrar a otra persona como vocero.
“La salida que queda es proponer otro candidato, pero aquí ya se transforma en una divergencia que tiene la OEA contra el gobierno. Almagro de proponer a otra persona de los mismos kilatajes del señor Guimaraes, y al gobierno no le va quedar otra que aceptarlo”, manifestó Yahvé Sabillón, coordinador del Frente Parlamentario de Apoyo a la Maccih.
No es la primera vez que Almagro se ve envuelto en controversias en cuanto a temas de la Maccih. En febrero pasado, Juan Jiménez Mayor denunció una serie de diferencias con Almagro, que días más tarde lo obligaron a abandonar la Misión.
Jiménez venía incómodo y molesto con Almagro porque no lo recibía, pero lo que le afectó fue el tono de la carta que el secretario general le envió al presidente Juan Orlando Hernández ante la complicada situación legal que atravesó el expresidente de Guatemala, Álvaro Colom. Días más tarde, Almagro designó como vocera interina a la señora Ana María Calderón Boy en sustitución Jiménez Mayor.
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