Honduras

Marlon Escoto desnuda corrupción gremial

Políticos y gremialistas se repartieron el sistema. Para mantener sus estructuras corruptas, en complicidad con el Estado, crearon mecanismos para captar más fondos de los maestros.

07.04.2014

SERIE 1/3

El ministro de Educación, Marlon Escoto, denunció ayer un histórico complot entre el poder gremial y político contra los mismos maestros, quienes han tenido que enfrentar un “sometimiento financiero”.

En entrevista exclusiva con EL HERALDO, Escoto reveló el origen de toda una conspiración contra los mismos maestros, quienes descaradamente han sido utilizados en las calles para mantener un estatus quo corrupto.

De acuerdo a su análisis, esa espiral de corrupción comenzó hace unos 15 años, al desconcentrarse la Secretaría de Educación.

Al crearse las direcciones departamentales y distritales “aparece una combinación letal para la educación: el diputado de turno del partido de turno con más poder y el dirigente magisterial del departamento con más poder se unen”.

Con esta alianza, según Escoto, lo que buscaron fue controlar los nombramientos de directores, lo cual debía venir con la venia del gremio y del político.

Sin embargo, “en un momento dado el político y el gremio es el mismo personaje, el profesor descuida un poco su lucha gremial y se pasa a la competencia política, entonces en un solo individuo se concentra el poder gremial y el poder político”.

A su juicio, este problema de nombramientos no se resuelve con las juntas de selección, al extremo que llega a calificarlas como “una de las tragedias más grandes”.

El cargo de director departamental se vuelve apetecible para el político y el gremialista porque permitía presidir la junta de selección. Los abusos en estas juntas son tan grandes que entra un nuevo elemento: “el empleo público a costa de cualquier cosa”.

Así, personas que no son docentes logran entrar al sistema “creando como estructuras combinadas, entre ser gremio, ser político y la figura del activista político gremial”.

Los activistas políticos gremiales comienzan a recibir salarios, por lo que abandona su función “y se dedica a activar por el gremio para mantener sus puestos y activar políticamente de manera simultánea”.

“En cada departamento y en cada municipio se van creando estos grupos de activismo que llegan a ser poderosos a nivel nacional”.

Así, la función educativa comienza a debilitarse porque el sistema ya no mantiene a profesores, sino a políticos gremiales y activistas…

Escoto advierte que los fondos para satisfacer las demandas de los niños comienzan a desaparecer el presupuesto, su planilla, anual o mensual, “casi todo el dinero es para pagar salarios”.

En las disputas por mantener esas situaciones se consienten las crisis educativas y surge un desequilibrio cuando los dirigentes magisteriales, después de prácticamente ser sostenidas por el Estado, como gremio pasan a tener un poderío económico superior al poderío de los políticos en cada departamento.

Así, con la complacencia del Estado, la dirigencia hace un pacto para crear mecanismos que les permitan obtener fondos de sus agremiados, no necesariamente de la cuota gremial mensual.

“Crean otro tipo de productos financieros y el Estado es cómplice de hacer la deducción en el origen en el pago, eliminan el riesgo, inventan préstamos, crean hipotecas, crean seguros y crean cooperativas al interior de los gremios”, indicó.

Escoto explicó que es de esta manera como las estructuras de la dirigencia, además de tener personal pagado por el Estado, comienzan a captar mucho dinero para mantener vigente esa estructura.

“Todos los ministros lo sabían, que lo que se estaba produciendo era un sometimiento financiero a miles de docentes a través de sus propias estructuras”, denunció.

En este proceso de sometimiento, muchos profesores fueron olvidados por el Estado.

“El Estado prácticamente lo olvido, no lo protegió, lo absorbió la dirigencia, le creó este proceso de sometimiento financiero y además le hizo creer que eran ellos (los dirigentes) los que defendían esos derechos en la calle”.

Producto de ese proceso de corrupción, hasta hace unos meses al menos 4,000 profesores recibían en sus salarios apenas 1 lempira, esto solo para mantener activas sus cuentas bancarias.

“Todo lo que se pagaba se absorbía como deuda, porque los productos financieros están en función del riesgo, pero no hay ningún riesgo cuando a la persona se le hace la deducción obligada en la cuenta de pago”.

Estos maestros devienen obligados a dedicarse a otras actividades para sobrevivir, “su principal trabajo de docente no es prioridad”.

Al preguntarle cómo logran mantener los dirigentes, por tanto tiempo, ese estatus, respondió: “A través de las convocatorias a paralización”.

Para ello, los dirigentes usan las capacitaciones y los programas radiales como espacios de batalla.

“La estrategia de crear la crisis era muy simple y un tanto primitiva, porque el primer objetivo era no darle educación al niño y en eso generar indignación del padre, en unos años los padres de familia protestaban en contra del Estado, porque el Estado no le cumplía a los profesores”, reveló.

Los afanes económicos de la dirigencia han sido tan voraces que en los medios de comunicación ni siquiera se registran propuestas para mejorar la educación. “No hay registros para la mejora educativa que haya surgido de los gremios magisteriales”.

Escoto indicó que la creencia de que hay arreglos políticos influenció con su nombramiento como ministro.

“Se esperaba que el nuevo ministro, al tener alguna supuesta afinidad, dejase hacer y dejase pasar”, reconoció.

Advierte que en cada gobierno hay un colegio magisterial que predomina.

Para el caso, admitió que en el actual gobierno el que ha tenido mayor auge o mayor control de algunas cosas ha sido el Pricphma, que fue fundado por el Partido Nacional.

Pero en los tiempos del partido Liberal es el Colprosumah, indicó. “En esta llegada nuestra hay una mezcla de todo y hay desesperanza y desesperación, la gente ya estaba cansada de lo mismo, del mismo juego, de la misma historia y los niños en la calle”.

Al iniciar los diálogos con la dirigencia, se percató que no se quería pasar de la protesta a la propuesta, porque eso significa asumir responsabilidades “y ellos no están en condiciones de asumir responsabilidades sino de imponer”.

Así, pese a las extensas reuniones, surgían diferencias entre lo que se decía en la sala y lo que expresaban públicamente: que “aquí no se avanza nada porque obviamente no se iba avanzar nada en la línea de corrupción que ellos han promovido”.

“Esos meses sirvieron para convencerme que no existían propuestas, no existían voluntades y tampoco ellos tienen claridad de cómo transitar de esa protesta a la propuesta y comprometerse”.

Escoto denunció que la dirigencia quiere seguir en la imposición “no doy clases” y al maestro le dicen “ustedes si no protestan les van a quitar esto”.

“Ese secuestro mental del profesor, del padre y de la sociedad no podía seguir, entonces vivíamos ese momento que nos absorbiera la dirigencia magisterial y dejar de hacer una cantidad de trabajos que la Secretaría tenía que hacer”.