Ante la falta de empleos en esta comunidad, varias madres solteras montaron la microempresa Confecciones Industriales del Sur.
Las mujeres comenzaron capacitándose en la elaboración de todo tipo de prendas de vestir, con el apoyo de la fundación Funazúcar.
Luego ellas, recibieron un capital semilla de 90 mil lempiras, de los cuales 50 mil se los dio la Alcaldía de Marcovia y 40 mil la fundación Pantaleón. Asimismo esta fundación les prestó 65 mil lempiras.
Con estos recursos compraron la maquinaria y los materiales para iniciar labores.
Según Edith Yolanda Núñez, es difícil buscar empleo y no tener respuesta. Lo más triste es cuando en la casa los hijos demandan el sustento diario.
Por esa razón decidió capacitarse para formar parte de esta microempresa. Hasta el momento las ganancias son pocas, pero en un futuro no muy lejano se verán mejores frutos, dijo Núñez.
“Soy madre soltera y tengo tres hijos a los que tengo que llevarles el sustento diario. Ellos no esperarán. Tengo la fe en Dios de que este negocio prosperará para que podamos tener un salario digno”, expresó la confeccionista.
Por su parte, Claudia Velázquez, gerente general de Confecciones Industriales del Sur, dijo que comenzaron realizando uniformes de los alumnos de las escuelas del sector de El Chapetón, lugar donde está ubicada esta microempresa.
Posteriormente empezaron a confeccionar los trajes de trabajo de la empresa azucarera La Grecia, con la cual ahora tienen un contrato para la elaboración de overoles y gabachas.
A los pedidos se sumó la empacadora Camarones Santa Inés y la empacadora Camarones Litoral, que solicitaron la confección de las gabachas de los empleados.
La gerente expresó que la microempresa está buscando otros mercados fuera de la región para elaborar uniformes de empresas industriales.
Esta microempresa es un ejemplo de que se puede trabajar cuando se quiere pese a que no haya un empleo en la zona, dijo Velázquez.
Esperanza
Confecciones Industriales del Sur lo conforman 15 mujeres. Varias de ellas no solo laboran en la microempresa, sino que también estudian por la noche, pues entendieron que solo con educación se puede salir adelante.
Estas emprendedoras mujeres tienen la esperanza de que pronto tendrán una microempresa autosostenible que genere las suficientes ganancias no solo para beneficio de ellas, sino que pueda proveer empleos en una zona muy deprimida por la falta de puestos de trabajo. Las microempresarias actualmente tienen el taller en un local alquilado y con las ganancias que actualmente obtienen buscan incrementar las operaciones.
Por su parte, Nahún Cálix, alcalde de Marcovia, dijo que ante la falta de empleos tanto en el municipio, como en todo el país, otras personas deben seguir el ejemplo de estas microempresarias. La comuna apoya a grupos como estos que están dispuestos a formar microempresas para producir autoempleo en esta zona tan limitada de puestos de trabajo, dijo el edil.