Tegucigalpa, Honduras.- En el marco del proceso político electoral, la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH), a través del Instituto Universitario de Democracia, Paz y Seguridad (IUDPAS), reporta que 24 hondureños, fueron víctimas de hechos violentos.
Las autoridades establecen que esa cifra, es desde el llamado a elecciones primarias que realizó el Consejo Nacional Electoral (CNE) el 8 de septiembre de 2024.
El informe de observación de la UNAH muestra que, hasta febrero de 2025, se identificaron seis homicidios, cuatro de las víctimas eran precandidatos a alcaldes; cuatro atentados, seis agresiones simbólicas, dos agresiones físicas, dos amenazas a la vida, tres intentos de coacción o intimidación y un caso de difamación.
Además, detalla que las víctimas fueron quince hombres y nueve mujeres, de los cuales nueve son pertenecientes al partido Libertad y Refundación (Libre), nueve al Partido Liberal y seis al Partido Nacional.
El análisis revela que los departamentos que registraron los 24 casos de violencia son: Colón, Valle, Comayagua, Francisco Morazán, Cortés, Copán, Lempira, Atlántida y Yoro.
Las cifras son “el resultado del monitoreo de casos a nivel nacional”.
El primer incidente derivado de violencia homicida fue el caso del ambientalista, regidor y aspirante a la alcaldía de Tocoa, Colón y el último, la muerte de un precandidato a la alcaldía de Morazán, Yoro.
Los datos fueron socializados por el área de democracia de este instituto de investigaciones revela que a medida que se acercan las elecciones, “la violencia política se intensifica, al registrar casos de amenazas, agresiones físicas, atentados y homicidios contra distintos actores políticos”.
La UNAH realiza la observancia de los hechos a fin de poner a disposición de las autoridades, políticos y la ciudadanía, información que permitirá visibilizar la problemática y plantear recomendaciones para abordarla.
Además, en su competencia académica e investigadora, ha observado la violencia política en cinco de los doce procesos electorales de la era democrática de Honduras.
Los procesos han sido sistemáticos, independientes y con perspectiva de género, y los resultados han permitido subrayar las debilidades del sistema electoral hondureño y emitir recomendaciones que contribuyan a la construcción y fortalecimiento de los valores democráticos, propiciando un rol ciudadano propositivo y crítico, enfocado en la inclusión, respeto, transparencia y eficiencia, desde la participación ciudadana informada.