Honduras

Indígena trilingüe recibe el premio Maestro del Año

Con su pluralidad de lenguaje ayuda a que niños ladinos, misquitos y tawahkas se eduquen en Gracias a Dios.

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17.09.2015

Tegucigalpa, Honduras

La educadora tawahka Ermelinda Salinas Ortiz, de 38 años, que venció las barreras que le imponían la pobreza y el idioma, fue galardonada este jueves como Maestra del Año en un evento en Casa Presidencial, encabezado por el presidente Juan Orlando Hernández.

La docente imparte clases en tres lenguas: tawahka, misquito y español, en el centro básico Marco Aurelio Soto en la comunidad Tawahka de Krausirpi, ubicada en las márgenes del río Patuca, entre Gracias a Dios y Olancho.

“Me siento muy satisfecha porque el esfuerzo me hizo ganar, y por la simpatía que he tenido ante mi comunidad. Ante mis alumnos he ganado este gran puesto y me siento agradecida con el Creador porque todo lo que pasa es por voluntad de El”, dijo emocionada Salinas, quien es madre de seis hijos.

La galardonada inició su discurso en su lengua natal Tawahka, lo que arrancó aplausos entre los presentes en la ceremonia que se celebró en el Salón Morazán.

La profesora relató que cuando decidió estudiar magisterio tuvo que realizar una dura travesía porque caminó durante una semana y viajó en lancha hasta llegar a Tocoa, Colón, para luego trasladarse a Tegucigalpa, donde se formó como maestra intercultural bilingüe en la Universidad Nacional Autónoma de Honduras.

Se graduó en 2002, luego trabajó como maestra de Proheco durante cuatro años y en 2009 obtuvo una plaza permanente para enseñar en la comunidad de Krausirpi, donde atiende a 26 niños del cuarto grado.

Producto de la difícil situación económica por la que atraviesa, su hija mayor no pudo concluir sus estudios universitarios y ahora se dedica a ayudar en la cocina de su casa y dos de sus vástagos que están por finalizar el bachillerato tampoco realizan estudios superiores.

“En la escuela hay 264 alumnos y casi no hay cuadernos ni lápices, por lo que a veces a los maestros nos toca comprarles a los niños”, expuso.

Además, no cuentan con computadoras para realizar prácticas en la clase de computación.

“La comunidad también presenta un alto nivel de inseguridad”, se quejó.

Pide ayuda

Salinas tuvo pocas palabras para agradecer la premiación porque dedicó más tiempo a exponer las carencias de su escuela y de la comunidad Krausirpi para que el Presidente le brindara ayuda.

Y no desperdició la oportunidad de que en el evento se encontraba la primera dama, Ana de Hernández, para pedirle que la recibiera después de los actos para solicitarle ayuda.

Entre las peticiones expuestas por la maestra galardonada se encuentran las mejoras en la infraestructura escolar del Centro Básico “Marco Aurelio Soto”, uniformes y zapatos para los alumnos y alumnas, pupitres, pizarras, construcción de aula de audiovisuales, biblioteca y dotación de computadoras e internet.

El premio para Salinas fue como Mejor maestra a nivel Nacional, pero la Secretaría de Educación también dio premios para los mejores docentes de los 18 departamentos.

Ejemplo a seguir

Por su lado, el ministro de Educación, Marlon Escoto, resaltó que entre las virtudes que se consideraron para premiar a Salinas se encuentra su creatividad, puntualidad, responsabilidad y excelentes relaciones sociales.

A la comunidad donde ella da clases se puede llegar por el río Patuca o por aire, y en medio de esas dificultades ella se ha dedicado a educar y resaltar los valores culturales de un pueblo desconocido para muchos, como lo es el pueblo Tawahka”, expresó Escoto.

El funcionario consideró la gestión educadora de Salinas como “ impresionante” e invitó a los docentes a nivel nacional a seguir su ejemplo de tenacidad.

“Cuando un maestro se dedica a educar con pasión demuestra que tiene amor por la sociedad”, opinó.

Escotó dijo que por instrucciones del Presidente aplicarán mecanismos de compensación para los profesores.