Casi 300 mil personas que acudieron a las urnas el 18 de noviembre anularon el voto o ejercieron el sufragio en blanco, fenómeno que debe generar reflexión en la clase política para sacar conclusiones.
Varias son las razones por las cuales los delegados de mesas anulan el voto a los ciudadanos, pero hay una que no deja de preocupar: la falta de una capacitación efectiva de los representantes de los movimientos y partidos que, usualmente, utilizan al activista más cercano con la misión de “ir a defender” los intereses de la corriente o partido.
La falta de una orientación efectiva de los electores para ejercer el sufragio de una manera correcta, sumada al sesgo político y al bajo promedio de escolaridad de los delegados de mesas, puede estar influyendo en la proliferación de votos nulos en cada proceso electoral.
Donde no se puede hacer nada es en los votos blancos, porque reflejan la voluntad del elector, que seguramente no simpatiza con ninguno de los aspirantes.
En las elecciones primarias del 30 de noviembre de 2008, el Partido Nacional sacó 41,413 votos nulos, mientras que los liberales 48,834. Ambos partidos sumaron 90,247 votos nulos. Los blancos, en el caso del Partido Nacional, fueron 56,945, mientras que el Partido Liberal registró 48,524. Entre los dos partidos acumularon en las primarias de hace cuatro años 195,714 nulos y blancos.
Al hacer comparaciones con las elecciones que acaban de suceder, el comportamiento de votos nulos con blancos es relativo al 1.6 millones que acudieron a los centros de votación en 2008.
Lo que ocurrió en 2012
En las recientes elecciones primarias, de 5.1 millones de ciudadanos convocados, llegaron a ejercer el sufragio 2.3 millones, de acuerdo al 97 por ciento del recuento oficial de votos que ha hecho el Tribunal Supremo Electoral (TSE).
El Partido Liberal registra 38,000 votos nulos, 5,519 el partido Libertad y Refundación (Libre) y 76,819 el Partido Nacional. Entre los tres partidos se generan 120,338 votos nulos, equivalentes al 13.41 por ciento de la afluencia electoral.
En cuanto a votos blancos, el Partido Liberal lleva acumulados 58,677, el partido Libre 24,246 y 79,025 el Partido Nacional.
Entre nulos y blancos, los tres partidos suman 282,286 votos que no fueron tomados en cuenta, equivalentes al 33.42 por ciento. Esta cantidad es alta y es capaz de definir una elección si los políticos se preocuparan por evitar los votos nulos cuando estos se producen por causas ajenas a la voluntad de los votantes y de los delegados de mesas. Los votos nulos de esta pasada contienda (120,338) duplican la sumatoria de los votos obtenidos por las cuatro corrientes minoritarias de los dos partidos históricos (58,196). Los votos blancos casi las triplican.