Una Honduras hundida en una caótica situación de inseguridad es la imagen que los organismos internacionales que vigilan el respeto de la libertad de expresión y de los derechos humanos tienen sobre este país.
Este retrato lo reflejan en sus constantes alertas y reclamos
que le hacen al gobierno hondureño al conocer constantemente de asesinatos, amenazas, agresiones, atentados y secuestros a periodistas y propietarios de medios de comunicación.
Amnistía Internacional (AI), la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), la Federación Latinoamericana de Periodistas (Felap), Reporteros sin Fronteras (RSF), la Cámara de Representantes de Estados Unidos, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), entre otras organizaciones, han mostrado una gran preocupación por lo que ocurre en Honduras y han exigido al gobierno de Porfirio Lobo Sosa, investigación y justicia en el caso de los asesinatos, así como medidas de protección para que los comunicadores ejerzan su trabajo sin ninguna represión, ya sea de los agentes del Estado o del narcotráfico y crimen organizado.
“Desde el inicio del año 2012, en Honduras no ha pasado un día sin que a un periodista, un propietario de un medio de comunicación local o un observador de la sociedad civil le hagan saber vía telefónica que su vida está en peligro”, escribió recientemente RSF en una de sus alertas lanzadas al mundo.
“Reporteros sin Fronteras también tuvo conocimiento de que la mañana del 9 de mayo hombres armados secuestraron al periodista y coordinador de la radio HRN, Alfredo Villatoro, cuando este se dirigía al trabajo, en Tegucigalpa. La organización espera que las operaciones emprendidas para buscar a este colega permitan encontrarlo rápidamente sano y salvo”, dice su más reciente alerta, en la cual también exige que se investigue y se castigue a los responsables del asesinato del periodistas Erick Martínez desaparecido el pasado 5 de mayo y encontrado muerto dos días después.
Sobre la situación que atraviesa la prensa hondureña, el 24 de marzo, Irina Bokova, directora general de la UNESCO, también expresó: “Estoy muy preocupada por la cantidad de periodistas asesinados en Honduras últimamente y me inquieta el entorno de violencia en el que los profesionales de los medios de información deben desempeñarse para ejercer su derecho fundamental a la libertad de expresión”.
Al mismo tiempo ese organismo calificó a Honduras como el tercer país más peligroso en el mundo para ejercer el periodismo.
Los periodistas más golpeados son quienes cubren narcotráfico, crimen organizado, corrupción, violación de derechos humanos o critican a autoridades gubernamentales o poderes locales.
Días después, 94 líderes de la Cámara de Representantes de EE UU pidieron a la secretaria de Estado, Hillary Clinton, la suspensión de la ayuda militar y policial a Honduras tras la muerte de otro periodista y las continuas violaciones de los derechos humanos en ese país.
Los congresistas denunciaron que los defensores de los derechos humanos, periodistas, líderes comunitarios y de la oposición están sujetos a “amenazas de muerte, ataques y ejecuciones extrajudiciales”.
Más recientemente la agencia de noticias Argenpress en una nota sobre Honduras escribió: “Es un país muy pequeño que mantiene una elevada tasa de asesinatos en general, y de periodistas en particular. La violencia allí está desatada por los sectores más privilegiados de la sociedad que sustentan grupos armados y a un gobierno de extrema derecha respaldado por Estados Unidos”.
La SIP, en los últimos meses también advirtió de un panorama sombrío para la prensa hondureña, al conocer los escasos esfuerzos que realiza el gobierno de Lobo para resolver la veintena de asesinatos contra periodistas registrados en los últimos dos años”.
Años sombríos en contra de la prensa
El Comisionado Nacional de los Derechos Humanos (Conadeh) registra el asesinato de 29 comunicadores desde el 2003 hasta la fecha.
German Rivas fue el primer periodista asesinado. El hecho ocurrió el 26 de noviembre del 2003 en Santa Rosa de Copán.
El último periodista fue Erik Martínez, encontrado muerto el recién pasado 7 de mayo. De acuerdo con los registros del Conadeh, en el gobierno de Ricardo Maduro (2002-2006) se registró una muerte. En la administración de Manuel Zelaya (2006 -2009) se dieron cinco asesinatos.
En el gobierno de Roberto Micheletti (2009-2010) ocurrió una muerte y en lo que va del gobierno de Porfirio Lobo Sosa, que comenzó en enero de 2010 y terminará en enero de 2014, se han registrado 22 asesinatos de comunicadores.
En la escalada contra la prensa también están implícitas las amenazas, las agresiones, las intimidaciones hasta llegar al secuestro y el asesinato. La sociedad nacional e internacional repudian estos actos.