Tegucigalpa, Honduras.- La llegada del nuevo presidente de Estados Unidos, Donald Trump, es un trago amargo para millones de migrantes, tanto para los que están en territorio norteamericano, como para los que van en ruta.
En su discurso como presidente número 47 de esa nación, Trump afirmó que el 21 de enero de 2025 será el día de la liberación, porque se realizarán acciones para empezar la restauración de Estados Unidos
El primer anuncio de Trump fue una declaración de emergencia nacional en la frontera sur de Estados Unidos, así como ordenar que todas las personas que entren ilegalmente sean detenidas inmediatamente y comenzar a devolver millones de “delincuentes” a los países de donde llegaron.
Anunció el inicio de capturas y eliminar la invasión de pandillas que están aumentando la delincuencia en suelo estadounidense, incluyendo las ciudades grandes y del interior.
Sobre los migrantes que están intentando ingresar a Estados Unidos, anunció que se va restaurar la política de permanecer en México (Quédate en México), es decir, que quienes quieran entrar a Estados Unidos esperarán en la nación azteca hasta que haya una resolución sobre cada caso.
Para que se haga efectiva esa medida, anunció que mandará tropas a la frontera sur de Estados Unidos con el objetivo de enfrentar la invasión, que calificó como desastrosa. También designará a los carteles de las drogas como organizaciones terroristas internacionales.
Tensión
Los hondureños en Estados Unidos aseguran que existe temor en la comunidad migrante. Este lunes, Trump firmó las primeras órdenes ejecutivas, así que está por verse cómo se materializan, así que la gente seguía trabajando.
Lo que todos proyectan es reducción en las remesas, aumento a los impuestos, persecución de los indocumentados y masivas deportaciones, que afectarán la economía hondureña y a las miles de familias que viven de lo que les envían sus familias.
Jessica Girón, representante para Honduras de la Alianza Nacional del TPS, aseguró que las personas indocumentadas en Estados Unidos siguen trabajando y a la espera de las posibles medidas que se puedan implementar.

Advirtió que no es verdad que solo se van a deportar a personas involucradas en hechos criminales, porque siempre caen inocentes y son criminalizadas por faltas menores, que se pueden maximizar para poderlos deportar.
También hay familias que están entregando la custodia de sus hijos a familiares, en caso que tengan que salir de emergencia y que el gobierno no se los vaya a quitar, creando una situación muy difícil.
Sin embargo, las personas no han dejado de trabajar; de hecho, están laborando más porque necesitan ahorrar más dinero. Ahora priorizan sus propias necesidades sobre las de sus familiares. Es decir, si antes alguien ayudaba a cinco personas, ahora solo puede apoyar a una o dos, lo que se traduce en una reducción de las remesas enviadas.
Un hondureño en Estados Unidos, cuyo nombre se mantiene en anonimato, afirmó que el temor está latente pero no les queda otra opción que seguir trabajando, y confiar a Dios, por que las facturas no paran y la obligación al trabajo se debe cumplir, debido que en algunos sectores de Estados Unidos hay mucho desempleo y si faltan a sus labores hay dos personas dispuestas a reemplazarlos.
Medida
Ricardo Puerta, experto en migración, consideró que las propuestas para la frontera sur de Estados Unidos del presidente Trump necesitan reformas constitucionales y es posible que los cuatro años del gobierno no le ajusten para aplicarlas.
Cuestionó que la agenda del presidente no solo es migratoria, hay muchas realidades que no se reconocen, como el consumo de drogas, las limitaciones en salud y la inflación que ha golpeado la nación del norte.
Señaló que Estados Unidos es un país de migrantes y los hijos de migrantes son los que están en el poder, como Trump, pero todavía no se sabe cómo va a manejar este tema, ya que muchas de las políticas que quiere hacer no son legales.
Analizó que todo lo que quieren realizar el nuevo mandatario norteamericano ya existe, pero no ha funcionado.
Juan Flores, presidente de la Fundación 15 de Septiembre, pronosticó que las medidas del presidente Trump pueden causar más muertes de hondureños que intenten llegar a los Estados Unidos con coyotes, porque el hambre y el miedo no se detendrá.
Flores consideró que el gobierno de la presidenta hondureña Xiomara Castro debe mejorar las relaciones con Estados Unidos y educar a los migrantes sobre cómo van a ser las medidas en la frontera, ya que muchos pueden perder la vida, porque no se van a entregar a las autoridades como se hacía hasta el lunes 20 de enero.
José Tercero Midence, experto en derecho constitucional de Estados Unidos, declaró que el presidente Trump por medio de una orden ejecutiva puede suspender y reactivar el título 42, una disposición que permite la expulsión de migrantes de forma rápida bajo el argumento de protección a la salud, y que fue implementada durante la pandemia del covid-19. Igualmente, puede suspender la medida de arrestar y dejar en libertad, es decir, que ya no se dejará salir a los migrantes detenidos en Estados Unidos, sino que automáticamente los deportarán.
Explicó que no se necesitan reformas constitucionales para enviar tropas a la frontera sur de Estados Unidos, como la Guardia Nacional, ya que el artículo II de la Constitución establece que el presidente es el comandante de las Fuerzas Armadas y podrá movilizar las tropa en cualquier momento, tanto en territorio nacional como internacional.

Tercero advirtió que Honduras se verá afectado en dos temas, migratorio y económicos, por las leyes que se están proponiendo, mientras que las deportaciones seguirán, como se ha hecho desde 1890, por medio de la Ley de Migración.
César Castillo, coordinador del Observatorio de las Migraciones Internacionales de Honduras (OMIH), declaró que evitar la migración no es responsabilidad de Estados Unidos, sino de Honduras, y por ello se deben desarrollar y buscar las acciones necesarias para mejorar las condiciones de vida de la población.