Un líder narcotraficante guatemalteco fue declarado culpable de distribuir cocaína a sabiendas de que sería importada a Estados Unidos desde Latinoamérica, informó el departamento de justicia.
Tras un juicio de nueve días, un jurado declaró culpable a Mario Ponce Rodríguez (extraditado desde Honduras) por acusaciones de asociación ilícita para distribuir cocaína.
“Ponce fue uno de los narcotraficantes más prolíficos entre los narcotraficantes de Centroamérica”, expresó el fiscal estadounidense Wilfredo Ferrer en un comunicado de prensa.
El narcotraficante aceptó pagar una multa de 8.8 millones de dólares a las autoridades estadounidenses al conocer la decisión del jurado.
El monto será impuesto en la sentencia que revelará el juez federal Donald M. Middlebrooks en una audiencia del 21 de agosto.
Ponce Rodríguez enfrenta una condena máxima de prisión perpetua. De acuerdo con evidencias presentadas por la fiscalía durante el juicio, Ponce Rodríguez recibió entre 500 y 2,000 kilogramos de cocaína que llegaba en aviones a pistas aeronáuticas clandestinas de Guatemala.
Luego ordenaba a otras personas que trasladaran la droga a un lugar donde permanecía hasta que era enviada a México, y desde allí a Estados Unidos.
Contactos en Honduras
Algunos testimonios presentados durante el juicio describieron las negociaciones entre Ponce Rodríguez y líderes narcotraficantes colombianos sobre dos cargamentos de cocaína de 1,000 kilogramos que llegaban desde América del Sur a Honduras y Guatemala.
Las evidencias mostraron que Ponce Rodríguez dividía sus inversiones en cargamentos de cocaína en partes iguales con los narcotraficantes que se la enviaban a él.
El narcotraficante cobraba un arancel por recibir la droga en Honduras, y ese dinero podía ser utilizado posteriormente para sobornar a funcionarios con el fin de que le facilitaran la distribución de la cocaína, de acuerdo con los documentos presentados en el proceso judicial.
La fiscalía no identificó a los funcionarios en el comunicado de prensa.
Ponce Rodríguez, además, hizo construir un laboratorio para procesar la droga en una de sus fincas en Guatemala, custodiada por numerosos guardaespaldas armados. En esa hacienda tenía también una pista aérea clandestina.
En el juicio, los testigos declararon también que el narcotraficante tenía un helicóptero y pilotos a su disposición para trasladar droga a México.
Ferrer explicó que el guatemalteco era responsable de recibir importantes cantidades de cocaína en Honduras y Guatemala, que tenían como destino final Estados Unidos.
Mark Trouville, agente especial de la agencia antinarcóticos DEA manifestó que Guatemala y Honduras han emergido como conductos claves para los narcotraficantes que trasladan cocaína desde Colombia a México, y luego hacia Estados Unidos.