Hace tres meses que el centro penitenciario de Danlí no recibe el desembolso económico estatal que debe recibir cada mes.
La falta de fondos ha obligado a las autoridades del reclusorio a retrasar el pago de los proveedores, quienes en la actualidad se niegan a continuar el crédito.
Ramón García, director de la penitenciaría, explicó que la deuda actual es de 600,000 lempiras.
“Lo que más nos preocupa de esta situación es que los reclusos si no se les da un tiempo de comida se molestan y pueden desencadenar otro tipo de acciones”, expresó García.
El centro penal tiene un presupuesto para alimentación de 191,100 lempiras mensuales.
De dividir este valor entre cada privado de libertad se destinan 13 lempiras diarios por cada recluso, es decir unos 4.33 lempiras por cada
tiempo de comida al día.
El subcoordinador de reclusos, Santos López, pidió en nombre de sus compañeros a las autoridades centrales
brindarles la ayuda para mejorar las condiciones del centro penal.
“Sabemos que no podemos pedir muchas cosas ni las mejores condiciones porque no estamos en nuestras casas, pero dormir en un lugar adecuado y tener qué comer es un derecho inherente al ser humano”, manifestó López.
Y es que en las celdas donde permanece López el hacinamiento cada vez es mayor.
En cada cubículo del centro de detención permanecen 20 personas, pese a que fueron construidos para ser habitados por un máximo de 10.
El recinto carcelario fue edificado para albergar unos 250 privados de libertad, pero tiene una población penitenciaria de 490 reclusos.
El inmueble donde convive López se construyó en 1982 y desde ese momento no ha sufrido ninguna remodelación.
El espacio que posee es de 16 manzanas de terreno, de las cuales 14 son cultivables y en las dos restantes se ubica el edificio.