Honduras

CA recibe a Obama con abanico de propuestas

Honduras lleva en su portafolio la petición de que Estados Unidos brinde un mayor apoyo a la guerra contra las drogas y respaldo al combate a la inseguridad, sin dejar a un lado la posibilidad de atraer inversión económica al país.

07.04.2014

Una variedad de carpetas con peticiones puestas sobre la mesa del diálogo con Centroamérica es lo que encontrará el presidente estadounidense Barack Obama en su visita a Costa Rica como parte de su participación en la cumbre del Sistema de Integración Centroamericana (Sica).

La visita de Obama a San José este 3 y 4 de mayo es la segunda que hace a la región centroamericana pero la primera a Latinoamérica en su segundo período presidencial.

Pese a que los diálogos girarán en torno a seguridad, combate al narcotráfico, energía e inversión, las naciones centroamericanas tendrán cada una sus propias prioridades. Este hecho ha sido interpretado como una especie de falta de acuerdo entre la región, pero a la vez una clara muestra de las desigualdades que existen en el istmo.

Legalización de las drogas

Washington estima que el 90% de la cocaína que se consume en Estados Unidos pasa en vehículos, avionetas, lanchas y hasta submarinos por México y Centroamérica. El constante flujo comercial intrarregional tampoco ha sido desaprovechado por los narcos, que embalan los paquetes en furgones de mercancías.

Es por ello que para la primera potencia mundial se vuelve una prioridad hablar sobre el tema, pero la apuesta de Centroamérica apunta a ser muy divergente.

Guatemala, para el caso, lleva al diálogo el rezago de las pláticas anteriores sobre la legalización de algunas drogas en la región.

En 2012, militares y policías centroamericanos decomisaron 85 toneladas de cocaína, pero el flujo de droga no para y, según la UNODC (Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito) y autoridades locales, es uno de los detonantes de la violencia en la región, lo que ha multiplicado las voces que piden alternativas.

En contraposición a la lucha tradicional a las drogas, hace un año el presidente de Guatemala, Otto Pérez, sorprendió con su propuesta de despenalizar las drogas para frenar la ola criminal, que fue rechazada de un tajo por Washington.

Aunque en Centroamérica la propuesta no tuvo eco, los presidentes apoyan un debate que busque nuevos mecanismos para enfrentar el narcotráfico.

“Dejemos que la política de combate a la droga se fundamente en los firmes pilares del siglo XXI y no en las viejas y desgastadas estructuras del siglo XX, basadas en prejuicios e ideologías”, dijo Pérez hace unos días.

Omar Zúñiga, exjefe de la Oficina de Bienes Incautados (OABI) de Honduras, dijo que el “remedio sería peor que la enfermedad”, al estimar que se dispararía aún más el consumo.

“Nuestras sociedades no están preparadas para una acción como esa”, aumentaría el consumo, coincidió el analista salvadoreño Antonio Martínez.

Pero el debate sigue. Pérez logró colar el tema en la Cumbre de las Américas hace un año en Colombia y centrará la agenda de la Asamblea General de la OEA en junio en Guatemala.

Estados Unidos ha destinado desde 2008 unos 500 millones de dólares a la Iniciativa Regional para la Seguridad en Centroamérica (CARSI, siglas en inglés), considerados insuficientes por los gobiernos de la región.

“Los tiempos han cambiado. No considero esperable que haya un vuelco de ayuda financiera”, porque Estados Unidos está en un control del gasto, admitió el canciller costarricense, Enrique Castillo.

Lejos de que aumente, para el año fiscal 2013 el gobierno de Obama propuso una baja de las ayudas a Centroamérica (de 100 a 86.2 millones de dólares).

Programas de inversión

Pero el presidente estadounidense también conocerá algunas propuestas de empresarios centroamericanos.

“Los empresarios de la región podrán presentar propuestas conjuntas al presidente Obama... en el cierre del foro empresarial”, confirmó el ministro costarricense de Comunicación, Francisco Chacón.

La actividad se realizará a partir de las 10:30 de la mañana en la Antigua Aduana, un edificio patrimonio arquitectónico de Costa Rica que se encuentra dentro del perímetro de seguridad de las otras sedes en las que estará el mandatario estadounidense.

El encuentro del sector privado, al que asistirán unos 170 empresarios, es organizado por INCAE Business School (Escuela de Negocios del Instituto Centroamericano de Administración de Empresas) y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

Se abordarán temas de energía, integración logística y comercial.

Obama también abordará en la cumbre las relaciones con la región bajo el Tratado de Libre Comercio (TLC), la migración y el desarrollo de energías limpias. “Hay toda una gama de oportunidades”, subrayó Obama.

Expertos y grupos sociales estiman que el tema de la seguridad pasa por la pobreza, que afecta al 40% de la población centroamericana y reclaman planes de ayuda al desarrollo social y económico.

La ministra de Comercio Exterior de Costa Rica, Anabelle González, destacó la expectativa de atraer más inversiones y afianzar el TLC (CAFTA, por sus siglas en inglés), que desde 2006 incrementó el comercio de 34,000 a 61,000 millones de dólares, aunque muy favorable para Estados Unidos.

Migración

Con un proyecto de reforma migratoria en el Congreso, Obama estará en mejor posición de responder a demandas que prevén plantear Funes y otros mandatarios sobre las condiciones y estatutos de los inmigrantes.

Cinco millones de centroamericanos -alrededor de la mitad salvadoreños-- reside en Estados Unidos y cientos de miles de familias viven de las remesas, que en 2012 llegaron a 12,000 millones de dólares, equivalentes al 7% del Producto Interno Bruto (PIB) regional.

Ese total de 5.3 millones de centroamericanos es en base a una región de 45 millones de personas, sobre todo de Guatemala, El Salvador, Honduras y Nicaragua.

En 2012, Guatemala recibió 4.781 millones de dólares (10% del PIB) en remesas, El Salvador 3.910,9 millones (16.4%), Honduras 2.960,2 millones (15,7%) y Nicaragua 1.014,2 millones de dólares (9.7%), según informes de los bancos centrales de esos países.

Unos 140,000 hombres, mujeres y niños cada año arriesgan sus vidas para llegar a México en ruta a Estados Unidos. Unos 20,000 migrantes son secuestrados anualmente en el camino, según la Comisión Nacional de Derechos Humanos mexicana.

La migración ilegal de centroamericanos a Estados Unidos aumentó entre 1980 y 1996 por las guerras civiles que sufrieron Guatemala, El Salvador y Nicaragua. Pero hoy el éxodo sigue.

“La mayoría migran por razones económicas, por la falta de empleo. Pero hay otro fenómeno, en los últimos años, causado por la violencia”, aseguró Elizabeth Enríquez, coordinadora de la Mesa Nacional para la Migraciones en Guatemala.

Según Enríquez, muchos “están huyendo de extorsiones y amenazas” en el Triángulo Norte (Guatemala, Honduras y El Salvador), golpeado por la expansión del narcotráfico -sobre todo de los carteles mexicanos- y las violentas pandillas.

En 2012, de Estados Unidos fueron deportados vía aérea 40,647 guatemaltecos; 32,000 hondureños y 19,685 salvadoreños, según datos de las oficinas de Migración.