Honduras

Biósfera y Copán Ruinas, aporte patrimonial del país

Las Ruinas de Copán y la Reserva de la Biósfera del Río Plátano son el aporte de Honduras al patrimonio mundial de la humanidad. También hay otras reservas naturales y arqueológicas que le esperan este feriado

01.10.2019

TEGUCIGALPA, HONDURAS.-Las riquezas naturales y arqueológicas que tiene Honduras trascienden las fronteras, pues forman parte del aporte de la nación al patrimonio mundial de
la humanidad.

Entre lo que nuestro país ofrece al mundo y que está reconocido por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) están las Ruinas de Copán, el sitio arqueológico ubicado en el occidente del país, y la Reserva de la Biósfera del Río Plátano, que se localiza en La Mosquitia, en el departamento de Gracias a Dios.

“Además de Patrimonio Mundial de la Humanidad, la Reserva de la Biósfera es también considerada nuestro único patrimonio natural, es área protegida y además es zona arqueológica, es decir que tiene cuatro reconocimientos”, explicó Alejandra Reyes, jefa de áreas Protegidas del Instituto de Conservación Forestal (ICF).

Según Reyes, estos dos reconocimientos nacionales y dos internacionales son posibles gracias a los esfuerzos que se realizan para su conservación.

La Reserva del Hombre y la Biósfera del Río Plátano fue reconocida por la UNESCO en 1980.

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Ese mismo año fueron reconocidas las Ruinas de Copán, el sitio arqueológico de la antigua civilización maya ubicado a poca distancia de la frontera con Guatemala y que en las últimas décadas se ha convertido en uno de los lugares más visitados por turistas nacionales y extranjeros.

La ciudadela maya cuenta con un registro histórico que cubre la mayor parte del período clásico y que ha sido reconstruido en detalle por arqueólogos y epigrafistas.

Copán originalmente pudo haber sido llamado “Oxwitik” por los mayas, era una poderosa ciudad-estado, gobernando un vasto reino en el sur de la
región maya.

La ciudad sufrió un desastre político importante en el año 738 d. C., cuando Uaxaclajuun Ub’aah K’awiil, uno de los más grandes reyes en la historia de la dinastía de Copán, fue capturado y ejecutado por su antiguo vasallo, el rey de Quiriguá. Esta inesperada derrota dio lugar a un receso de 17 años durante el cual Copán puede haber estado bajo el dominio
de Quiriguá.

Una parte significativa del lado oriental de la acrópolis fue afectada por la erosión causada por el río Copán, aunque el río fue desviado en los años 1930 con el fin de proteger el sitio contra
daños mayores.

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Reservas naturales

En la actualidad Honduras cuenta con cuatro reservas de biósfera, entre las que se encuentran: la Reserva del Hombre y Biósfera del Río Plátano, ubicada en el oriente del país, dentro de La Mosquitia hondureña; la Reserva de Biósfera Fronteriza Trifinio Fraternidad, ubicada en el occidente del país y que es compartida geográficamente con Guatemala y El Salvador.

Esta última fue reconocida en 2011 y ampliados sus límites para Honduras en 2016. Además están la Reserva del Hombre y de la Biósfera Cacique Lempira, El Señor de las Montañas, reconocida en 2015, y la Reserva del Hombre y la Biósfera San Marcos de Colón, reconocida en 2017.

Estos cuatro sitios naturales abarcan el 11.8 por ciento del territorio nacional. Dentro de estos territorios existen áreas protegidas, zonas de protección forestal, monumentos culturales, territorios indígenas, sitios arqueológicos e históricos, ciudades y paisajes productivos.

Dentro del territorio que comprende la Reserva del Hombre y Biósfera del Río Plátano está Ciudad Blanca, o la ciudad perdida del dios mono, cuya existencia fue conocida a inicios de 2015, cuando ocurrieron los primeros hallazgos de piezas arqueológicas, y hoy se ha convertido en un atractivo turístico en la zona.

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Naturaleza

Además, Honduras posee el segundo arrecife de coral más grande del mundo, después de la Gran Barrera Coralina de Australia. Está ubicada en Islas de la Bahía y se extiende unos 700 kilómetros desde la península de Yucatán, y Honduras se destaca por tener los arrecifes más saludables de Mesoamérica, a los que también se les conoce como “bosques tropicales del mar”.

Mientras que el Jardín Botánico Lancetilla, situado siete kilómetros al sureste de Tela, Atlántida, es uno de los mayores sitios de esta naturaleza en América Latina. Tiene una extensión de 1,681 hectáreas. En tanto, en el Golfo de Fonseca, el mangle es la joya natural más bella del sur.

Esta biodiversidad natural es única a nivel mundial y es un valioso aporte a la biodiversidad.

Esto y mucho más es el aporte de Honduras para el mundo, sitios que deben ser conocidos
y protegidos.