El estado de violencia generalizado y la incursión de las fuerzas del orden en el Bajo Aguán han provocado daños colaterales en la zona donde más de 60 personas han perdido la vida y decenas han resultado heridas
a causa del conflicto de tierras.
La organización no gubernamental Casa Alianza divulgó en las últimas horas un informe donde revela que la violencia generada entre campesinos y terratenientes
en el sector del Bajo Aguán ha generado un estado de pánico entre los niños de la zona.
El estudio realizado en colaboración con la Secretaría de Derechos Humanos y Justicia, la Fiscalía de Derechos Humanos
y otras organizaciones, recorrió la zona en busca de testimonios de campesinos y menores de edad, descubriendo que los últimos han resultado seriamente afectados psicológicamente.
'Se identificó que los niños evaluados padecen de ataques de pánico, pesadillas nocturnas, insomnio y temor a los agentes de seguridad', destaca el documento.
Los niveles de violencia que se registran en el sector, de acuerdo a Casa Alianza, derivaron en un estado de miedo generalizado entre sus habitantes, por lo que
'los testimonios recogidos no representan más que una ínfima parte de la realidad que atraviesan', agrega.
Además, destaca 'el Bajo Aguán se ha convertido en territorio de conflicto permanente, donde las violaciones a los derechos humanos se han sistematizado hasta generar un estado alarmante de la normalización de la violencia'.
Denuncia que la policía destruyó las viviendas y cultivos de los campesinos en una de las fincas con excavadoras y gasolina, por lo que se vieron obligados a alojarse en un albergue, mientras otros habitan en ramas de árboles, donde están expuestas a la intemperie, y el resto se ha refugiado en casas de otras personas que no han resultado afectadas.
Además de la extrema violencia en esta región del norte de Honduras, los niños también tienen que soportar condiciones de pobreza agudas, dijo este martes el director de Casa Alianza Manuel Capellín.
'Las niñas en el Bajo Aguán sueñan con comer carne', reveló en declaraciones a la emisora HRN. 'Eso me deja muy conmovido', añadió.
La dieta básica de los pobladores consiste en arroz, frijoles, tortillas y guineo. Y de vez en cuando se suman el queso y la carne de pollo.
Y también hay otro tipo de violencia que afecta a los pequeños, como las violaciones de menores.
Capellín contó el caso de dos niñas de 4 y 5 años que fueron objeto de abuso sexual; sin embargo, el temor de las autoridades a adentrarse en esta conflictiva región no ha permitido que se les haga justicia.
Las violaciones de niñas aumentaron incluso los casos de abortos de menores en el hospital de Colón a un promedio de tres diarios, señaló.
Los niños en el Bajo Aguán viven en una indefensión tremenda, lamentó Capellín.