TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Durante septiembre la situación en Honduras se tornó catastrófica o apocalíptica producto de fenómenos naturales.
El hundimiento de un sector de la colonia Guillén en la capital, producto de una falla geológica, fue el inicio de las tragedias que azotan a Honduras durante el corriente septiembre.
Si la situación, para algunos, no era alarmante, las lluvias de la temporada saludaron el maldito sistema de acueductos del país que ha sido un problema histórico.
También creció el caudal de algunos ríos que significó evacuación inmediata para las personas de muchos sectores.
La crecida desproporcionada de los ríos también se tradujo en muerte: hasta familias completas han sido arrastradas por las mortales corrientes, que además ya dejan más de 13 decesos.
Desapareció la Guillén
En la primera semana de Septiembre se activó una falla geológica en la colonia Guillén de la capital hondureña y en menos de 10 días, la zona mostró su peor versión: pareciera que un terremoto o alguna bomba se había encargado de destruir a totalidad muchas viviendas.
Lo que en realidad sucedió es que la falla provocó que colapsara la zona cero de la falla activa.
Desde el pasado 12 de septiembre dieron inicio las evacuaciones por precaución en la zona.
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“Hasta la fecha -22 de septiembre- hemos evacuado 314 familias, siendo un total de 2,082 personas donde 1,523 son adultos y 729 son menores de edad, más sus mascotas que también forman parte de cada familia”, detalló la Alcaldía.
Entre clamor y el dolor de las familias que perdieron absolutamente todo, el deslizamiento en el sector 1 de la colonia Guillén sigue avanzando y comenzará a destruir viviendas de la colonia Nueva Santa Rosa, advirtió la Unidad Municipal de Gestión Integral de Riesgo (UMGIR).
“Este era mi humilde hogar... ahora me toca dejarlo”, lamentó una de las afectadas.
Otra falla geológica
Un rapidito cayó ayer viernes a una hondonada tras activación de falla geológica en Copán.
Las lluvias sufridas en el país en los últimos días continúan dejando daños en diferentes zonas.
En las últimas horas, un derrumbe dejó a otra comunidad incomunicada luego de que su carretera colapsara, mientras un vehículo transitaba por el lugar.
Los hechos ocurrieron en la carretera ubicada entre Santa Rosa y Cucuyagua en Copán, pero se conoció que también dejaría incomunicado al vecino departamento de Ocotepeque.
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“Yo llevaba el bus, pero como estaban dejando pasar para allá yo iba confiado, cuando quise trepar la gradita sentí que el bus se sentó y miré que se iba desmoronando desde arriba, Le grité a la gente que saliera”, narró Marlon Geovanni Chávez, operador de automóvil.
Lluvias mortales
El pasado 16 de septiembre cuando recién comenzaban las lluvias una tragedia familiar alertó que la situación a nivel del país se podía salir de las manos.
Sin vida fueron encontrados los cuerpos de cuatro personas, miembros de una misma familia, que fueron arrastradas la tarde del miércoles por una corriente en la zona Cañaveral de San Francisco de Yojoa, Cortés, norte de Honduras.
Posteriormente, días de terror han vivido miles de hondureños en varios sectores del país, acorralados por violentos caudales de ríos y quebradas que los han hecho abandonar sus hogares tras reportarse inundaciones.
Hasta la noche del pasado jueves, el Cuerpo de Bomberos contabilizaba 13 personas muertas a causa de las fuertes tormentas, así como centenares de familias evacuadas y albergadas.
En las zonas más afectadas clamaban la aparición de las autoridades del gobierno central, quienes hasta el jueves comenzaron a tomar acciones, cuando muchas personas ya tenían el agua al cuello. Doña María Gómez es una de ellas.
La señora, quien puso una carpa en la colonia Filadelfia, expresó su temor de estar viviendo algo similar a lo de Eta y Iota en 2020.
“En ese momento perdimos todo, ahora salimos de la casa solo con lo básico y dispuestos a perder nuestras cosas”, dijo.
La única acción de Copeco ha sido declarar en alerta roja los departamentos de Copán y Santa Bárbara. Asimismo, se mantienen el mismo nivel de alerta para los municipios de Pimienta, Potrerillos, Villanueva y San Manuel en Cortés; Santa Rita, El Progreso y El Negrito en Yoro hasta el Ramal del Tigre en Tela, Atlántida.
Edwin Aguilera, jefe de Operaciones de Copeco, detalló que en Cortés hay 727 familias afectadas, 715 en Lempira, 800 en Copán, 460 en Francisco Morazán, 400 en Atlántida, 472 en Yoro y 270 en Santa Bárbara.
Los departamentos con menos daños son Comayagua con 92, Valle 87, en El Paraíso 39, Ocotepeque 32, Olancho 22 y Choluteca 6.
A medida pasan los minutos la situación se vuelve crítica, ya que en Cortés se están volviendo a vivir los escenarios de Eta y Iota, con barrios y colonias completamente anegados, ríos desbordados y las familias edificando champas a la orilla de las carreteras, por miedo a morir por los posibles desbordes.
Asimismo, las lluvias que cayeron entre el 1 y 22 de septiembre reciente dañaron en todo el territorio nacional 99 tramos carreteros, 11 puentes y nueve cajas puente; incomunicando ciudades, pueblos, aldeas y caseríos completos, según el último recuento de la Comisión Permanente de Contingencias (Copeco).
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Autoridades
Mientras esto sucedía, la presidente Xiomara Castro estaba en ONU en para leer su primer discurso como mandataria y delegó a su esposo al mando de estas tragedias mientras ella retornaba al país.
La acción de que Manuel Zelaya estuviera al cargo de la emergencia fue criticada por varios sectores porque, según aclararon, en caso de no estar la mandataria, está la figura de los designados presidenciales como lo demanda el orden constitucional.
Por su parte, Salvador Nasralla, designado presidencial, dejó ver que el gobierno lo tiene excluido de las tomas de decisiones y, en cambio, se le ha dado al expresidente Manuel Zelaya, actual asesor de Castro, la potestad para tomar las decisiones.
“Yo tengo el conocimiento científico para resolver el problema de las inundaciones. Sólo me falta que la presidente @XiomaraCastroZ me delegue esa importante función y el presupuesto respectivo”, protesto Nasralla.