Una drástica reducción en los porcentajes de reprobación se ha registrado en los niveles de básica y media, de acuerdo con un informe de la Secretaría de Educación.
En el sistema básico (de primero a sexto grado) hubo 78 mil aplazados en 2011 y unos 56 mil en 2013, lo que significa una merma de 21 mil, o lo que es lo mismo, un 25 por ciento menos. En educación primaria hay 1.2 millones de niños matriculados.
Los datos de 2013 llegan hasta el tercer trimestre de 2012, pero representan una tendencia casi definitiva, según autoridades educativas.
Estas cifras podrían bajar un poco porque se está a la espera de la evaluación del cuatro trimestre y de los proceso de recuperación.
Francisco Morazán es el departamento que más reducción reportó al pasar de 12,229 aplazados en 2011 a 8,033 en 2013, para una diferencia de 4,196 aplazados menos en ese lapso.
Otra zona con resultados considerables fue Lempira, que vio reducido a más de la mitad el número de reprobados. De 6,691 aplazados en 2011, la cifra bajó a 3,327, es decir, una reducción de 3,364.
Similar comportamiento sucedió en Intibucá, donde los reprobados en 2011 fueron 3,320 y en 2013 la cifra se redujo a 1,737.
Hubo otros departamentos en que la reducción de reprobados fue menor, como Olancho, sector que en 2013 cerró con 4,417 aplazados y dos años antes la cifra fue de 4,639.
El ministro de Educación, Marlon Escoto, atribuye esta mejora de rendimiento al cumplimiento del año académico y a los procesos de evaluación a los que han sido sometidos los alumnos y maestros.
Este año se rebasó la meta de 200 días de clases y casi los 60 mil maestros y los 1.8 millones de estudiantes fueron sometidos a exámenes para conocer sus conocimientos en matemática y español.
El funcionario también valora que este año por primera vez se hizo una evaluación trimestral del rendimiento del alumnado, lo que ha permitido dar seguimiento a los estudiantes con bajo nivel académico y tomar acciones correctivas a tiempo.
“El sistema de información de la Secretaría de Educación permite hacer un monitoreo preventivo. Antes estos datos solo se conocían en noviembre y diciembre. Ahora se puede hacer una evaluación por cada parcial”, expresó Escoto.
Los maestros están obligados a alimentar una base de datos de la Secretaría de Educación sobre las calificaciones de cada parcial de sus estudiantes y a partir de ahí se hace una serie de análisis, indicó Marlon Escoto.
Los datos son procesados por el Sistema Nacional de Información Educativa de Honduras (Sinieh) de la Secretaría de Educación.
“Tener información por parciales permite identificar por regiones los estudiantes que no están aprobando, poder ayudar a las escuelas y advertir a los profesores y padres de familia”, remarcó el ministro.
Escoto destacó que este año se cumplieron las metas del programa EFAS de obtener notas de alumnos de 77 por ciento de promedio en las materias de español y 76 en matemática, objetivos que estaban planteados para cumplirse hasta 2015.
De igual manera destacó que la deserción escolar en 2013 será de 1 por ciento, o sea que 18 mil alumnos abandonaron sus aulas de clases, versus un 6 por ciento, es decir 108 mil que lo hicieron en 2012.
“La reducción de los índices de reprobación significa que decenas de miles de niños y jóvenes se liberan de no ir a casa, desertar o ir a la calle”, resaltó el funcionario.
Nivel medio
Mientras, en el nivel de secundaria (de primer curso a diversificado), los números han sido más halagüeños.
En este rubro, donde este año la matrícula fue de 600 mil alumnos, el registro de reprobados es de 50,723.
Tal cifra representa 32,076 aplazados menos que en 2011, ya que en ese año los aplazados fueron 82,799.
Nuevamente Francisco Morazán, que tiene el padrón de estudiantes más alto, reporta menos casos de aplazados.
En ese departamento hubo 28,349 reprobados en 2011, contra 13,754 en 2013. La diferencia es de 14,595 reprobados menos al compararse los dos periodos.
Aunque el número de alumnos es bajo con relación a otra zonas, las cifras globales de Atlántida de reducción de reprobación están entre las mejores.
Para 2011 se registraron 4,288 aplazados y en el año 2013 el dato descendió a 1,663 niños que deberán de ir a proceso de recuperación.
La tendencia de decrecimiento se revierte en Yoro, pues ahí el número de aplazados ha ido hacia arriba.
El Sinieh reporta que en 2011 se contabilizaron 2,475 menores de colegios que perdieron su año lectivo y en 2013 hubo 4,874 niños aplazados, lo que indica que el número de reprobados subió en 2,399.
Al final de cuentas, los reprobados en primaria y secundaria ascendieron a 160,992 en 2011 y para el período lectivo de 2013 son 107,751 los que no pasaron sus respectivos cursos, es decir que hubo una baja de 53,241, que en términos porcentuales representa una baja de un 30 por ciento.
Contradicen cifras
Roberto Tróchez, secretario de Finanzas del Colprosumah, analizó que “esas cifras no son confiables”. Sostuvo que es imposible que se revierta una tendencia que durante los últimos años ha venido a la alza.
Señaló que el ministro pretende hacer creer que solo por haberse impartido 200 días de clases, se va a reducir la deserción y la repitencia.
“El tema del abandono de las aulas de clases está íntimamente relacionado con la pobreza, con la falta de trabajo, con que las familias pobres, sobre todo del campo, se ven obligadas a llevar a sus hijos al campo para que aporten con la economía familiar, y esa realidad no ha cambiado en nuestro país”.
Adicionalmente, señaló, muchos directores de centros educativos han lamentado una fuerte disminución en programas sociales como la merienda escolar y el vaso de leche, que hasta el año pasado era un elemento motivacional para los niños y padres de familia, pero ahora sin esos programas “nos cuesta creer que se han reducido esos índices”.
Además, hay otros factores como la parte pedagógica, de infraestructura, de acceso a la educación, que también se deben considerar, apuntó Tróchez.
Juez y parte
Pedro Canales, secretario de Relaciones Externas del Coprumh, dijo que “antes de dar veracidad a las cifras de disminución en los fenómenos de deserción y repitencia durante este año hay que señalar que quien maneja las estadísticas es la misma Secretaría de Educación y eso como tal pone en duda la veracidad”.
Adicionalmente consideró que la deserción y repitencia escolar no están ligadas solamente al factor de días de clases impartidos, hay otros elementos que influyen en esas mediciones.
Fin a la anarquía
Durante décadas, los gremios magisteriales habían marcado la agenda a seguir en el sistema educativo. Los puntos en la libreta de trabajo de los educadores contemplaban paros de labores por doquier cuando se trataba de exigir mejores salariales.
En la presente administración se puso freno a las constantes huelgas con la suspensión de pagos a los maestros que no asistieran a sus escuelas o colegios.
También se tomaron otras medidas drásticas como la eliminación de licencias pagadas a maestros y lo suspensión o despido de educadores
que cometían infracciones, algo que no se había hecho con anterioridad con la frecuencia que se hizo en esta gestión.
Pero la Secretaría de Educación tiene una deuda respecto a la infraestructura educativa.
Un 20 por ciento de las 23 mil escuelas y colegios necesitan reparación o ser reconstruidos, según cifras reveladas por el gobierno a inicios de 2013.
Para atender estas necesidades se requieren unos 10 mil millones de lempiras, pero apenas se contaba con unos 2,500 millones de lempiras.
El déficit de pupitres es de 400 mil, pero la Secretaría de Educación programó solo adquirir unos 13 mil.