Con valentía e inclaudicable hidalguía asumió enfrentarse a los delincuentes que le cegaron la vida a su esposo y exigir castigo para los actores materiales e intelectuales de este brutal asesinato.
Caldera ha sido fuerte crítica, al igual que su esposo, de la impunidad que impera en el sistema de justicia y los miles de casos sin resolver y sin condenar.
El pasado 5 de noviembre la justicia hondureña declaró culpable a Marvin Andino Mascareño, por el asesinato en perjuicio de Alfredo Landaverde.
Sin embargo, los autores intelectuales aún andan libres en las calles.
El crimen de Landaverde aconteció alrededor de las 10:00 de la mañana del 7 de diciembre de 2011, a la altura de la intersección que conduce a las colonias 21 de Octubre y San Miguel, en Tegucigalpa.