Candidatos

Yani Rosenthal, la pieza clave para las alianzas que todavía no logra unir al Partido Liberal

La gran mayoría le pide que se una a Xiomara Castro (Libre) para la superalianza de oposición, mientras que otros le recomiendan que se una al nacionalismo por el juego de intereses. Lo cierto es que todavía no logra unir a su propio Partido Liberal
02.11.2021

TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Aunque prometió ser el hombre que uniría a todas las fuerzas del Partido Liberal, lo cierto es que 387 días después de lanzar su precandidatura en busca de la presidencia (11 de octubre de 2020), su institución política sigue fraccionada debido a que carece de la simpatía de los ejes principales.

Por un lado, no cuenta con el apoyo de Luis Zelaya, su contrincante en las anteriores elecciones primarias y, por el otro, la alianza con la Democracia Cristiana (DC) para apoyar como candidato a alcalde de Tegucigalpa a Godofredo Fajardo en lugar del aspirante liberal, Eduardo Martell, solo confirma la deplorable relación en lo interno del liberalismo.

Puede tratarse de una estrategia, de una pelea o, incluso, de criterios indiscutibles para los liberales protagonistas, pero la Biblia, por ejemplo, sentencia (en Mateo 12:25) que 'todo reino dividido es asolado, y toda ciudad o casa dividida no permanecerá'.

La historia además muestra cómo muchas veces la victoria se obtuvo no por un poderío, sino por un planeamiento eficaz (como en el caso de David y Goliat), por lo que asumir los próximos comicios hondureños con más discordia que unidad puede ser un pecado capital que dé la estocada final.

Sin muchas opciones para ganar (según las encuestas), pero con la oportunidad de levantar el perfil del Partido Liberal y su deteriorada imagen por haber estado en prisión en Estados Unidos, Yani Benjamín Rosenthal Hidalgo, de 55 años, se presenta como candidato a la presidencia de la República de Honduras.

Más de Yani

Fue ministro de la Presidencia, coordinador del Gabinete Económico en la gestión de Manuel Zelaya Rosales, diputado en el gobierno de Porfirio Lobo Sosa y luego de cumplir con su condena a tres años de prisión en Estados Unidos por un delito vinculado al lavado de activos buscará sentarse en la silla presidencial por cuatro años pues, según él, la reelección no está en sus planes.

A la fecha, en términos políticos, la candidatura de Yani es el mayor éxito de un Rosenthal, por causa de que Jaime, su fallecido papá, nunca pudo ser la figura presidencial del Partido Liberal a consecuencia de sus derrotas, que en total fueron cuatro.

Por lo que, para Yani, las elecciones del domingo 28 de noviembre serán cruciales: puede establecer al Partido Liberal en el poder doce años después, convertirse en el primer presidente que asume el cargo luego de estar en prisión y elevar nuevamente el apellido Rosenthal, uno de los seis más poderosos de Centroamérica hace años, pero debido a los múltiples decomisos del gobierno a sus bienes, perdió fuerza.

Con 31 años de matrimonio junto a Claudia Madrid, a la que nunca le ha sido infiel (según él), y con cuatro hijas ( Isabella, Victoria, Elissa y Alexandra), se muestra como un hombre temeroso de Dios, que ora todas las mañanas, aunque no condena el matrimonio igualitario, el aborto ni el consumo de drogas.

Durante la infancia tuvo todas las comodidades, prueba de ello fue que se graduó en la Escuela Internacional (bilingüe), en San Pedro Sula, una de las más prestigiosas del país cuando era un estudiante.

En su juventud probó drogas en la universidad, en donde obtuvo el título como abogado, pero no le gustaron. Consume alcohol, pero ha bajado la cantidad por la edad. Es amante de la música romántica, pero no puede dejar de escuchar reguetón.

Siempre mantuvo una relación amorosa con sus papás, y con sus hermanos no fue la excepción, fruto de ese vínculo es que ellos se han hecho cargo de su manutención porque al llegar de Estados Unidos tuvo que recurrir a la 'caridad' para sobrevivir a raíz de que sus empresas estaban cerradas.

'Antes que me acusaran yo era clase alta. Ahora no tengo casa, ni carro, ni cuentas de banco. No tengo nada. Así que mi posición cambió. No voy a decir que soy clase baja, pero depende de los juicios: si me devuelven mis cosas tendré prosperidad y si no, no tendré nada', dijo a EL HERALDO Plus en una entrevista previo a las elecciones primarias.

Para las elecciones primarias, Yani Rosenthal atendió al equipo de EL HERALDO. Para la contienda de las generales, el candidato liberal declinó de dar una entrevista. Foto: Alex Pérez / EL HERALDO.

Para las elecciones primarias, Yani Rosenthal atendió al equipo de EL HERALDO. Para la contienda de las generales, el candidato liberal declinó de dar una entrevista. Foto: Alex Pérez / EL HERALDO.

Un partido dividido

Yani participará por decimocuarta vez en una campaña del Partido, sea en elecciones primarias o generales, por lo que su rodaje en la arena política lo hace creerse como uno de los hombres fuertes del liberalismo, aunque para otros no sea así.

'Por qué participar en elecciones, mejor se hubiera ido antes y nos quedamos los que amamos al Partido Liberal', dijo cuando Luis Zelaya expresó que, de perder las primarias en marzo pasado, no apoyaría al ganador, o sea él.

'En realidad en el partido nunca lo vi', añadió, siempre sobre Zelaya, un ingeniero que declinó a su cargo como rector de Unitec para incursionar en política en 2016.

Históricamente el Partido Liberal ha sido el fuerte de Honduras, pero después del 28 de junio de 2009 (el golpe al expresidente José Manuel Zelaya) algo cambió: el Partido Nacional, desde 2010, no ha dejado el poder, lo que originó que surgiera Libertad y Refundación (Libre), un apéndice del rojo-blanco-rojo.

Con la fuerza que ha logrado el nacionalismo, más la simpatía de Libre que se presentó como un partido de izquierda que busca el bien común, los liberales han perdido vigor, hasta convertirse en la tercera fuerza política del país.

En 2013, con Mauricio Villeda como candidato, el Partido Liberal obtuvo un poco más de 632,000 marcas en los comicios generales, quedando rezagado en tercer lugar, por debajo del nacionalista Juan Orlando Hernández (1.1 millones) y Xiomara Castro (casi 900,000), de Libre.

Lo preocupante de ese proceso para el liberalismo fue que sacó de ventaja 223,000 votos sobre Salvador Nasralla, del Partido Anti Corrupción (PAC), quien participó por primera vez en un proceso general.

Y 2017 se tocó fondo: con Luis Zelaya como líder, el Partido Liberal registró la suma de votos más baja de su historia, superando las 484,000 marcas y, también, posicionándose en el tercer lugar.

En el proceso primario celebrado el 14 de marzo de este 2021, el Movimiento Yanista alcanzó los 339,000 votos, lo que significó el 50% de todas las marcas obtenidas por el Partido Liberal, que pasaron las 678,000.

Ahora, con Yani a la cabeza, el panorama sigue siendo sombrío en función de que el liberalismo está dividido, pero con la salvedad que, según analistas, podría levantar la imagen del Partido tras los pasados procesos fatídicos.

Para el liberal Enrique Ortez Sequeira, excandidato a alcalde de Tegucigalpa y exmagistrado del extinto Tribunal Supremo Electoral (TSE), la pugna presidencial está entre Nasry Asfura y Xiomara Castro.

'Todos estamos claros: la lucha es entre 'Papi' y Xiomara, no hay que confundirse con eso', consideró a través de un mensaje de voz.

'A mi juicio el Partido Liberal no tiene la opción de canalizar el voto de castigo que va a ser el elemento fundamental para sacar al Partido Nacional', añadió.

Ni alianzas ni consensos

Muchos piden que Yani se una a la alianza de Xiomara Castro con Salvador Nasralla y el Partido Innovación y Unidad Social Demócrata (Pinu) para intentar ganar las elecciones que frenen la idea del Partido Nacional de seguir con el poder.

El primer acercamiento entre los líderes liberales y de Libre fue a finales de abril pasado cuando ambas partes se reunieron, pero la postura de Castro en ser la candidata impidió que se lograra un consenso, dijo una fuente del Partido Liberal a EL HERALDO Plus.

Tras lograr la Unión Nacional Opositora de Honduras el pasado 13 de octubre, un acuerdo de hecho, que consistió en que Nasralla renunciara a su aspiración presidencial, el ambiente triunfalista de la izquierda se ha disparado.

Con un camino 'casi trazado', la unión de Yani parecía un trámite, pero el candidato dejó en claro que no ha recibido una propuesta formal para lograr un acuerdo.

No obstante, Yani, uno de los candidatos más preparados académicamente, puntualizó que la ideología radical de Libre (apoyo al aborto y matrimonio igualitario) era una de las razones por las que no se podría lograr una alianza porque va en contra de los preceptos del Partido Liberal.

El analista Steven Duarte consideró que al Partido Liberal le conviene más una alianza con el Partido Nacional que con Libre en función de los intereses que están en juego.

Hay quienes dicen que Porfirio Lobo Sosa, expresidente de Honduras, está trabajando para que Yani se una al bloque opositor, similar al de 2017, con la diferencia que Xiomara es la figura.

Pero otra de las variables que entra en la ecuación es el acuerdo que Yani y Manuel Zelaya Rosales tenían, el que consistía que el partido que lograra más votos en las primarias sería el que liderara la alianza.

Sin embargo, Zelaya, derrocado por intentar establecer una consulta popular sobre el continuismo, no ha emitido una postura sobre el acuerdo que habían establecido en una servilleta de papel, dijo Yani.

En tanto, Enrique Ortez Sequeira advirtió que Yani debe de tomar una decisión (unirse a la alianza o no) para saber en qué nivel perderá las elecciones fijadas para el domingo 28 de noviembre.

'El Partido Liberal ha quedado sumamente debilitado y habría que ver cuál va a ser la actitud que va a tomar el candidato para definir el nivel del fracaso', sentenció.

Cada vez falta menos para el gran día y, de acuerdo con las encuestas y opiniones de expertos, Yani tiene una derrota casi asegurada por lo que convendría unirse a una de las dos fuerzas: Partido Nacional o Libre.

Estrategias

EL HERALDO Plus intentó entrevistar a Yani Rosenthal de manera presencial, pero dejó en claro que no le interesó atender la solicitud en reiteradas ocasiones.

Consciente de la situación del país, sus ideas son con base en cuatro ejes: mejorar el deplorable sistema sanitario 'que dejó desnudó la pandemia', fortalecer la educación virtual 'porque estamos retrasados', generar empleos masivos para erradicar la pobreza y el combate a la inseguridad 'que tanto agobia al hondureño'.

'Nuestra principal propuesta de gobierno es dar trabajos dignos y bien pagados, por ello hablamos de la economía de exportación', destacó el pasado 13 de octubre, cuando presentó su plan ante el Foro Nacional de Convergencia (Fonac).

La generación de empleos no podría ser un problema para un empresario como Yani que, junto con su familia, generaron unos 15,000 puestos de trabajos con el consorcio Rosenthal, que incluía un banco, un equipo de fútbol, una empacadora de carne, una azucarera y una empresa de cable, por ejemplo.

De hecho, entre 2006-2007, cuando coordinó el Gabinete Económico, el país creció siete puntos porcentuales, 'por eso sé que lo debo de hacer para generar empleos', alardeó.

Pero existen acciones que hacen dudar de su palabra, como es el caso de los 350 ex trabajadores del cerrado Diario Tiempo que desde hace seis años aún esperan el pago de sus prestaciones pese a una sentencia judicial que así lo establece.

Fredy Perdomo, quien fue subeditor de Diario Tiempo exhortó a la población a no votar por Yani debido a que sus incumplimientos son la muestra fehaciente de sus mentiras.

'Votar por Yani es botar tu sufragio. Yani es un mentiroso, dijo que al salir de la cárcel honraría sus compromisos y no ha cumplido', reprochó.

'Yani no merece ser presidente porque no tiene la autoridad moral para presentarse ante el pueblo hondureño, especialmente a los electores', añadió.

Otro de los ítems en la agenda de Yani es el Acceso a la Información Pública y Transparente, que será una exigencia para todas las instituciones del Estado, una práctica poco común en las anteriores administraciones en Honduras.

De preso a buscar la presidencia

El estar encarcelado en una prisión de cuatro por cuatro metros, en la soledad, el frío, el hambre y el dolor físico, por ejemplo, fueron condiciones que moldearon a un Yani que, hasta antes de esa etapa, no sabía lo que era pobreza pese a que conocía la realidad del 70% de los hondureños.

Sabe qué se siente estar enfermo y que le nieguen medicamentos. Sabe qué se siente tener hambre y no comer. Sabe qué se siente enterarse del fallecimiento de su papá sin ni siquiera haberse despedido y también sabe qué se siente no tener ni un lempira en su bolsillo.

Mientras cumplía su condena dio clases de álgebra a otros reclusos, se acercó más a Dios y leyó al menos 150 libros, lo que le permitió conocer la biografía de Nelson Mandela, un personaje que se asemeja a él, según sus propias palabras, aunque una era la realidad social y esta la criminal.

Ahora, con una condena cumplida, Yani, quien no pretendía estar en política, pero debido a la insistencia popular cambió de parecer, aspira a ser el presidente de Honduras arropado por un dividido Partido Liberal, que viene de su peor derrota en la historia de las elecciones. ¿Podrá?