Rixi Moncada, la ungida por el oficialismo para llevar a una segunda mujer a la presidencia
Rixi Moncada se perfila como la candidata indiscutible de Libre para las elecciones de 2025. Designada por muchos como la “ungida” por los Zelaya-Castro para darle continuidad al proyecto político de Libre
- Actualizado: 17 de noviembre de 2025 a las 15:35
Tegucigalpa, Honduras.- Meticulosa en su trabajo, disciplinada en su actuar y con una lealtad inquebrantable hacia el proyecto del partido (Libertad y Refundación (Libre) desde su fundación. Ha sabido moverse en los círculos de poder con una mezcla de autoridad y combatividad que la han llevado a ser la “ungida” por su partido.
Su mirada firme y su discurso sin rodeos reflejan parte de la determinación con la que ha transitado en su amplio y destacado camino en la política hondureña. De semblante serio y carácter fuerte, una mujer no teme la confrontación.
Así es Rixi Moncada, la “funcionaria versátil” que busca convertirse en la segunda mujer presidenta del país bajo la bandera del mismo partido que tiene a Xiomara Castro ostentando la titularidad del Poder Ejecutivo (2022-2026).
Su temperamento implacable y su defensa del proyecto de Libre la han convertido en una de las figuras más influyentes del gobierno de Xiomara Castro, y ahora, con el 2025 en el horizonte, se perfila como la principal -y única- carta del oficialismo para mantener el poder por otros cuatro años más.
Sus defensores aseguran que tiene un largo historial en la administración pública que avalan su personalidad metódica y enfocada en resultados, lo que la ha llevado a ser nombrada en varios cargos de diferentes áreas, no afines al Derecho, que es su especialidad.
Con solo estar unos pocos metros de frente a ella, Rixi proyecta una imagen de seriedad y autoridad, lo que le ha valido tanto seguidores como detractores. Su debate es hasta confrontativo y sin titubeos, con un tono a menudo desafiante, lo que refuerza su imagen de líder fuerte dentro de su partido.
Además, Rixi se caracteriza por su lealtad política, en sus inicios al Partido Liberal por el entonces expresidente (2006-2009) Manuel Zelaya Rosales, ahora hacia el proyecto de Libre y la figura de Xiomara Castro.
Estos factores convierten a Moncada en una de las piezas clave del oficialismo, con una postura de combatividad frente a la oposición, bajo una visión ideológica alineada con el progresismo y el socialismo democrático, aunque cargando la “cruz” de ser funcionaria pública en plena campaña electoral.
De la docencia a la administración pública
Nacida en el municipio de Talanga, Francisco Morazán, Rixi Moncada creció en un hogar donde la educación fue inculcada -principalmente- por sus padres y su abuela paterna, encontrando así su primera vocación, la docencia.
A la corta edad 17 años, egresó como maestra de educación primaria de la Normal Mixta Pedro Nufio en la capital, logrando ejercer como docente durante siete años en escuelas rurales y urbanas de su municipio.
Moncada amplió su horizonte académico al graduarse como licenciada en Ciencias Jurídicas y Sociales, con orientación en Derecho Penal. Se convirtió en abogada y notaria pública, especializándose en las áreas de Derecho Penal y Procesal Penal.
Su trayectoria y estudios la llevaron a los tribunales de la República, donde ejerció la profesión con reconocimiento a nivel nacional. Además, fortaleció su formación con una especialidad en Derecho Penal y Derecho Constitucional en la Universidad de Salamanca, España.
Con una ya destacada trayectoria en el ámbito judicial, Moncada se desempeñó como juez de Letras de lo Criminal y magistrada de la Corte Primera de Apelaciones durante cuatro años
Entre 1999 y 2003, ejerció como asesora del Ministerio Público y del fiscal general, colaborando con varios juristas desde la Fiscalía hondureña.
Su amplio conocimiento del derecho la llevó al Congreso Nacional, donde asesoró la Comisión de Legislación y diversas comisiones especiales.
Su paso por el Poder Legislativo le brindó el espacio para participar en la redacción de leyes de relevancia como el Código Procesal Penal, un anteproyecto del Código Penal, la Ley del Tribunal Superior de Cuentas, la Ley de Creación del Consejo de la Judicatura y reformas constitucionales sobre la elección de magistrados de la Corte Suprema de Justicia (CSJ).
Su incursión en la administración pública comenzó en 2006, cuando el entonces presidente Manuel Zelaya la nombró Secretaria de Trabajo y Seguridad Social (STSS).
Tras dos años en el cargo, en 2008, Moncada asumió la gerencia de la Empresa Nacional de Energía Eléctrica (ENEE), un cargo que la puso en el centro de la controversia debido a la crisis del sector energético que atravesaba el país. Su gestión estuvo marcada por intentos de modernización y regulación de contratos con empresas privadas, un paso del que todavía se habla.
Durante su gestión, la ENEE firmó un contrato con la constructora brasileña Odebrecht para la construcción de las represas Los Llanitos y Jicatuyo. Sin embargo, este contrato no se materializó debido al golpe de Estado de 2009 y posteriormente fue objeto de investigaciones por posibles irregularidades, aunque Moncada defendió la legalidad del mismo y salió librada de sus acusaciones.
Pese a su ascenso metódico, su carrera política sufrió un giro inesperado con el golpe de Estado de 2009 que derrocó a Manuel Zelaya donde Rixi se encontraba dirigiendo el proyecto de la “Cuarta Urna” en Choluteca.
Moncada se unió al movimiento político y social del Frente Nacional de Resistencia Popular (FNRP) y participó activamente en las protestas contra la instalación del gobierno encabezado por Roberto Micheletti, teniendo un papel como una opositora férrea, actitud que la llevó a sumar detractores políticos.
Tras el golpe, Moncada fue una de las figuras clave en la creación del partido Libertad y Refundación (Libre). Su trabajo dentro del partido le permitió ganar reconocimiento como una estratega política, líder y mano derecha de la familia Zelaya. Desde el exilio fundó el Frente Nacional Contra el golpe de Estado del FNRP. Además de mediar los diálogos para solventar la crisis y lograr el retorno de Zelaya a Honduras.
Con la fundación del partido Libre en 2011, Moncada tuvo un rol protagónico al integrar la comisión política y durante las elecciones de 2013 se desempeñó como representante de Libre en el extinto Tribunal Supremo Electoral (TSE).
Siempre fungió como miembro activo de Libre, ostentando el cargo de secretaria de actas de ese instituto político y trabajando a lo interno de su partido.
Para 2019, fue elegida por el Congreso Nacional como consejera del Consejo Nacional Electoral (CNE) para representar a Libre, donde incluso alcanzó la presidencia del organismo electoral, de cara a las elecciones de 2021.
Con la llegada de Xiomara Castro al gobierno en 2022, Moncada fue nombrada secretaria de Finanzas, cargo que desempeñó hasta el 1 de enero de 2024, cuando anunció que buscaría la presidencia.
Sin embargo, sorpresivamente fue nombrada como secretaria de Defensa el pasado 1 de septiembre de 2024, en sustitución de José Zelaya, quien renunció horas después que su padre -el exdiputado Carlos Zelaya- aceptara que sostuvo una reunión con narcotraficantes.
Pese a que renunció de su cargo anterior para dedicarse de lleno a su campaña política por orden de Castro a pocos meses de los comicios electorales.
Aunque cuenta con poco tiempo en el cargo en Defensa, sufrió el revés de no materializar los proyectos de las megacárceles en las Islas del Cisne y La Mosquitia en Gracias a Dios.
El proyecto de la cárcel en las Islas del Cisne fue cancelado tras el fracaso de tres procesos de licitación, en los cuales las empresas participantes no pudieron obtener las garantías bancarias requeridas.
Ante esto, Moncada atribuyó este fracaso a un “boicot” que, según ella, beneficia a grupos del narcotráfico al debilitar la seguridad en esa zona estratégica.
Posteriormente, el gobierno propuso la construcción de una megacárcel en Mocorón, La Mosquitia, diseñada para albergar a 20,000 reclusos de alta peligrosidad. Sin embargo, este proyecto ha enfrentado una fuerte oposición por parte de líderes indígenas y comunidades, lo que sería otro revés para la gestión de Moncada.
Candidata del oficialismo
A pesar del respaldo del oficialismo, la candidatura de Rixi Moncada no estará exenta de desafíos. Libre enfrenta un último año de gestión con una creciente inconformidad social, críticas por las promesas incumplidas y el reto de mantener unida a su base, que cuenta con posturas divididas sobre el rumbo del país si Moncada asume la presidencia.
Su discurso ha estado marcado por la continuidad del proyecto de Libre y la denuncia en contra de los sectores que ella misma considera -adversarios- del cambio político en el país.
Debido a la popularidad ganada en sus diferentes roles en la administración pública y dentro de su partido, Moncada es vista como una de las principales cartas de Libre para las elecciones de 2025.
A su favor, tiene su cercanía con el liderazgo de los líderes de su partido, además de su imagen de funcionaria, de acuerdo a sus simpatizantes, de eficiente y combativa.
Sin embargo, la carrera interna dentro de Libre no está siendo del todo sencilla. Deberá consolidar su liderazgo más allá de su hoja de vida e historial con Libre, conectando con las bases del partido y con el electorado independiente.
Pero sin duda que el mayor desafío que enfrenta Moncada en esta contienda electoral es el equilibrio entre su responsabilidad como funcionaria pública y su aspiración a la presidencia.
Al haber manejado dos de los cargos más importantes del gobierno, como es la secretaría de Finanzas y Defensa, su postulación plantea cuestionamientos sobre el uso de recursos estatales, mayor influencia en los organismos, generando una impresión de imparcialidad en la contienda electoral, aunque se ampara en la ley.
Por si fuera poco, fue tildada de tener “superpoderes” dentro de Defensa al tener la potestad para realizar compras directas dentro de las Fuerzas Armadas.
De acuerdo a analistas, Moncada deberá convencer a un electorado que sigue demandando transformaciones en temas claves como la economía, la seguridad y la lucha contra la corrupción.
Con la consigna: “Rixi sí, otro no” cientos de simpatizantes forman un torrente de pueblo vestido de rojo y negro cada fin de semana en lo que sería un apoyo abrumador a Moncada
Si bien hasta ahora no ha surgido una figura de peso que pueda desafiar seriamente a Moncada en las primarias, debido a la falta de apoyo de la cúpula del partido hacia otros aspirantes, como Rasel Tomé, sugiere que Moncada tiene el camino prácticamente allanado para convertirse en la candidata presidencial de Libre.
Estos factores generan un debate sobre la ética de su doble rol y la necesidad de establecer límites claros: la transparencia en el financiamiento de su campaña y la claridad en la separación de sus funciones como secretaria de Estado si se quiere imponer en la justa electoral, sin acusaciones de favoritismo o conflicto de intereses.
En este contexto, Rixi Moncada avanza con un respaldo sólido hacia las elecciones primarias de 2025, pero el dilema moral que enfrenta será una prueba clave en su camino hacia la candidatura presidencial.
Para el analista político Germán Licona, Moncada es clara favorita para alzarse como la candidata de Libre para las generales.
“Rixi Moncada va a ganar arrolladoramente las elecciones internas, no hay más liderazgos, Rasel Tomé va a sacar en las alcaldías y tal vez diputados”, analizó.
Licona aseguró que “es la que tiene la venia de Mel Zelaya y es ahí donde toda la batería se está impulsando a ella, Rasel Tomé equivocó el camino, él formaba parte del grupo de lealtad, como él lo dice, pero en política no todo está escrito, Mel Zelaya valoró que Rixi Moncada sea su sucesora”.
¿Cumplirá Rixi Moncada las promesas fallidas por el actual gobierno? ¿Se siente vencedora para las primarias? ¿Aceptará la derrota en caso de perder las primarias?
Estas son algunas de las tantas preguntas que EL HERALDO le haría a Moncada en caso de que conceda una entrevista, pero su equipo confirmó a este rotativo que será “hasta después”, sin embargo, Moncada se ha caracterizado por brindar pocas entrevistas y no participar en debates. Lo que es seguro es que la militancia de Libre decidirá el 9 de marzo.