La XXIII edición del Diccionario de la Real Academia Española (DRAE) verá la luz en octubre de este año, y este será el cierre de la celebración del tercer centenario de la RAE.
Para conocer más sobre las nuevas actualizaciones del DRAE conversamos con el lingüista Ramón Hernández, quien fue el coordinador del equipo de la Asociación Hondureña de la Lengua (AHL) que colaboró en la actualización del DRAE, al igual que las otras 21 academias que forman parte de la Asociación de Academias de la Lengua Española (Asale).
XXIII edición del DRAE
A diferencia de las otras ediciones del DRAE, esta XXIII edición incorpora algunas innovaciones “que se hicieron a nivel lexicográfico, este diccionario estaba muy retrasado en cuanto a esto, y con esta nueva edición se busca modernizar mucho más el DRAE”.
La XXIII edición del DRAE estará conformada por 2,400 páginas, con un número de 93 mil artículos, seis mil más que la edición XXII de 2001. Esto también corresponde a más del doble de los artículos aparecidos en el diccionario publicado en 1780. Este diccionario incluirá 200 mil acepciones, entre ellas 19 mil americanismos y alrededor de 6 mil artículos nuevos.
En cuanto a las enmiendas de esta edición, superan las 100 mil, sobre un total de 45,300 entradas, y las supresiones de artículos serán 1,350.
“Las adiciones son los nuevos términos, que llamamos entradas, estas son las palabras que aparecen en negrita en el diccionario y tienen una marca que identifica si son de Honduras o de otros países”, explicó Hernández, y aclaró que las adiciones no solo son nuevas palabras, sino también palabras que tienen uno o dos acepciones, “de repente hay un nuevo significado y hay que agregar esa nueva acepción”.
En cuanto a las supresiones, consisten en la eliminación de palabras que se consideran obsoletas, “que son arcaicas, aunque hay que tener cuidado con esto porque puede ser arcaica en Honduras pero en Nicaragua puede ser de uso corriente, entonces ya no es un arcaísmo”.
“Las enmiendas son las palabras que, por ejemplo, se tipifican como hondureñismo, pero resulta que no solo son de Honduras, sino de otros países, entonces hay que enmendar también esas marcas, porque hay palabras que son de uso regional, no solo local”.
En relación a los 6 mil artículos nuevos, son palabras que no estaban en el diccionario y su incorporación fue gracias al Diccionario de Americanismos, en el que trabajaron todas las academias de la Asale. “De hondureñismos incorporamos muchas palabras”, como por ejemplo: papada y cuchumbo.
El aporte de los países latinoamericanos ha sido muy importante en esta nueva edición del DRAE, “tengo la percepción, al igual que otros lingüistas, de que nosotros somos más innovadores en cuanto a la lengua, no solo de generar nuevos términos, sino en cuanto a formas gramaticales, en cuanto a pronunciación, en cambio el español de España es más conservador”, dijo nuestro entrevistado.
Toda esta actualización del DRAE es una muestra del dinamismo de la lengua española, que a consideración del lingüista no debe censurarse.
“El español es una lengua con mucha vitalidad... Algunos dicen que la lengua se va a perder por la cantidad de extranjerismos, pero ese no es un factor determinante en la pérdida de una lengua, las lenguas evolucionan y todo el tiempo ha habido préstamos”, y agregó que “las lenguas que están en peligro son las nativas de Honduras, porque son minorías lingüísticas, que están siendo tan asediadas por el español o inglés que tienden a desaparecer”.
Por su parte, Víctor Manuel Ramos, académico de la AHL, considera que así como la sociedad ha evolucionado el diccionario también, y eso se ve reflejado en esta edición del DRAE.
“El primer diccionario, dicen los académicos que era el diccionario apolítico, y ahora un diccionario no puede ser apolítico porque tiene que incorporar todos estos vocablos”, dijo, y señaló que ha habido un gran crecimiento de palabras que han surgido a raíz de los avances tecnológicos.
Bloguero, chat, friki, spanglish, SMS, tableta electrónica, jonrón, audioguía, pilates, precuela, impasse, multiculturalidad, femicidio, hacker, externalizar, spa, positividad, tuitear, red social y dron son algunos ejemplos de las palabras que fueron incorporadas. “Así que el diccionario será muy modernizado, muy actual y activo”, apuntó Ramos.
Aunque algunas personas critican la inclusión de muchas de las palabras en el diccionario, Hernández es del parecer que hay que distinguir entre el uso que hacen los hablantes de la lengua y lo que está en el diccionario, “muchos vocablos no están en el diccionario, la lengua hablada es más dinámica”. Ramos considera que “no podemos seguir utilizando el idioma de hace tres siglos”.
Diccionario de las Lenguas de Honduras, un aporte a la riqueza cultural
Las lenguas nativas de Honduras están en riesgo de desaparecer. Y con la idea fundamental de rescatarlas, el escritor y académico de la AHL, Víctor Manuel Ramos, emprendió hace algunos años el proyecto de crear un Diccionario de las Lenguas de Honduras (DLH), que finalmente fue publicado en 2013, con el apoyo del Centro Cultural de España en Tegucigalpa (CCET) y su director Álvaro Ortega.
Este diccionario “es un gran aporte que se ha hecho para, de alguna manera, conservar estas lenguas, ha sido bien recibido por el público, nos queda la tarea de ir a las etnias para entregarlo”, dijo Ramos.
El chortí, garífuna, isleño, misquito, pech, tawahka y tolupán son las siete lenguas que integran este diccionario, conformado por cinco mil palabras.
Este proyecto es pionero en la salvaguarda de las lenguas hondureñas que, a consideración de Ramos, es importante cultivarlas porque forman parte de nuestra riqueza cultural.
En cuanto a la situación actual de estas lenguas, Ramos señaló que “los tolupanes, muchos de ellos no hablan fluidamente su lengua; y el chortí, que es el idioma de los antiguos mayas de Copán, prácticamente no se habla en Honduras; de tal manera que las lenguas más vigorosas de las lenguas nativas son la garífuna y la misquita”, y agregó que el tawahka está siendo absorbido por el misquito.
“El lenca es una lengua totalmente desaparecida, por eso no está en el diccionario, sin embargo, hemos localizado algunos materiales, y creo que si hacemos una próxima edición va a ir incluido el lenca”.
Nuestro entrevistado señaló que en muchas comunidades los jóvenes tienen más contacto con nuestra cultura y se niegan a aprender su propia lengua, “que es justamente lo que hace que se pongan en más peligro, y por qué razón, porque no hay libros para ellos, no hay textos.
El chico que tenga algún interés por sobresalir va a buscar la literatura española”.
Si se concreta una segunda edición del DLH, serían incorporadas cinco mil palabras más.