Esta edición de los Premios Oscar podría ser una de las más complicadas de los últimos tiempos a la hora de elegir la película del año.
Las historias nominadas van desde temas serios y políticos, como Argo, pasando por una gama de sangriento realismo (Django Unchained), aventuras en tercera dimensión (Life of Pi) y biografías históricas (Lincoln), hasta terminar con musicales (“Los Miserables”).
Una niña maravillosa, Quvenzhané Wallis (Beasts of the Southern Wild), y el extravagante romance de “Juegos del destino” (Silver Linings Playbook), simplemente terminaron de aportar desigualdad a este grupo tan dispar.
El premio a Mejor director podría estar “cantado”, si no fuera por la irreverencia de Ben Affleck (Argo), que decidió minar el camino a la tercera coronación para Steven Spielberg, a quien ya todos daban como ganador por Lincoln, una cinta más académica que emocional. En el caso de la categoría a Mejor actor, las cosas se simplifican mucho más.
Aunque son cinco los nominados, Daniel Day-Lewis, interpretando al mítico presidente de Estados Unidos (Lincoln), tiene destinado acariciar la estatuilla por tercera vez consecutiva.
De nuevo la contienda se pone reñida por el lado de las féminas. Aunque sin duda toda la locura, ansiedad y desdén del trabajo de Jennifer Lawrence (Silver Linings Playbook) podría desequilibrar la balanza ante la obsesiva policía que va tras la pista de Osama bin Laden (Zero Dark Thirty), interpretada por Jessica Chastain.
