Ciudad del Vaticano, Roma.- El primer día del cónclave es uno de los momentos más cargados de simbolismo en el Vaticano. La película Cónclave, dirigida por Edward Berger y basada en la novela de Robert Harris, recrea este día con precisión, convirtiéndose en una guía visual del protocolo, revelando al público lo que ocurre tras las puertas cerradas de la Capilla Sixtina.
Desde las primeras escenas, la película muestra el traslado de los cardenales al Vaticano; momento en que ellos ya permanecen incomunicados.
Uno de los momentos más representativos de este primer día es la ceremonia del juramento. En ella, cada cardenal promete mantener secreto todo lo que ocurra durante el cónclave, donde permanecen sin celulares, encerrados y un juramento de silencio, Pero, ¿por qué el cónclave se hace en secreto?
La película muestra cómo se da el cierre simbólico y literal del cónclave: las puertas de la Capilla Sixtina se cierran con una tranca visible, y los asistentes no autorizados se retiran. En ese instante, los cardenales quedan completamente incomunicados del mundo exterior. La película subraya este aislamiento con planos largos y silenciosos que refuerzan la sensación de encierro.
Durante la primera jornada, no hay una votación oficial a primeras horas, pues primero se realiza la misa y otros actos solemnes, pero sí se celebran las conversaciones informales.
La película dedica especial atención al alojamiento de los cardenales, quienes son instalados en la Domus Sanctae Marthae. Aunque este detalle es breve, muestra cómo, a pesar de la modernidad de las instalaciones, los participantes del cónclave viven en un régimen austero y completamente vigilado.
También se muestra el papel del Maestro de Ceremonias, encargado de dirigir el protocolo litúrgico, y del cardenal decano, quien lidera los momentos iniciales del proceso, en este caso, en la vida real, el cardenal Giovanni Battista Re es el encargado.
Otro aspecto importante del primer día, según la película, es la misa “Pro eligendo Pontifice”, que se celebra antes de ingresar oficialmente a la Capilla Sixtina. Aunque el filme no muestra la liturgia completa, es un momento en el que los cardenales piden sabiduría y guía divina antes de ejercer su voto.
La cinta logra transmitir que, más allá de los rituales, el primer día del cónclave es un día de preparación interna.
